La Policía Judicial recoge parte de los restos mortales aparecidos para su entrega al juzgado de Almazán ante la judicialización del asesinato
La asociación memorialista Recuerdo y Dignidad ha localizado dos fosas comunes con tres cuerpos en Villasayas. Son previsiblemente los restos de Esteban Ciria Ballesteros, Rufino Felipe Gómez Escribano y Félix Iglesia Casado, a quienes trataba de localizar a petición de sus familias.
Tras un primer intento infructuoso en marzo de 2022, los trabajos de prospección en el paraje conocido como El Cargado, en las cercanías de Villasayas en busca de personas secuestradas, asesinadas y enterradas clandestinamente, han dado sus frutos con la delimitación de dos fosas comunes. Ambas fueron encontradas tras una semana de intenso trabajo y más de tres años de investigación e indagación entre los vecinos, apunta la asociación.
Las dos fosas están muy cercanas entre sí y contenían dos cadáveres y uno, respectivamente. "De acuerdo con todas las evidencias encontradas, y a la espera de la confirmación de la prueba de ADN, estas dos fosas comunes albergarían a las tres personas que Recuerdo y Dignidad buscaba a petición de sus familias".
La primera de las víctimas se llamaba Esteban Ciria Ballesteros, picapedrero procedente de Almazán. Su hermano lo vio por última vez mientras le subían a la fuerza a un coche en la Puerta de Herreros de la villa el 19 de septiembre de 1936. Fue asesinado solo.
Las otras dos víctimas fueron fusiladas juntas. Se llamaban Rufino Felipe Gómez Escribano, maestro de Barahona asesinado el 22 de agosto de 1936; y Félix Iglesia Casado, agricultor natural de Barahona y de gran estatura, que fue sacado de la cama estando enfermo de neumonía para ser fusilado junto a Rufino y Gregorio Ranz Iglesia. Este último fue desenterrado por su familia la misma noche de su asesinato e inhumado de nuevo en el cementerio civil de Barahona.
El trabajo de prospección recuerda al realizado con éxito por Recuerdo y Dignidad en Adradas el pasado julio. Y en este caso, las cifras vuelven a ser de vértigo: 6 días de trabajo intensivo; 750 metros cúbicos de tierra excavada y removida a lo largo de 180 metros lineales; un área excavada total de 1.600 metros cuadrados (375 de parcela agrícola y 1.525 de barranco).
Más de veinte voluntarios han dedicado todo su tiempo disponible para poder colaborar en la búsqueda, según la asociación memorialista. Vecinos de Villasayas, Almazán, Barahona y Fuentegelmes se han acercado al paraje para ayudar ofreciendo testimonios orales, apoyo y colaboración en las tareas. Familiares de las víctimas han presenciado las actuaciones y han formado parte del proceso de búsqueda.
Recuerdo y Dignidad destaca la labor científica de la intervención, así como la humana, "con el objetivo único de que se respeten los Derechos Humanos, no se pierda la memoria de las víctimas y se garanticen los valores de no repetición". Del mismo modo, ha mostrado su agradecimiento a las personas que han participado en todo el proceso, en un ambiente que califica de acogedor, solidario y de hermandad.
Como es habitual en las prospecciones de Recuerdo y Dignidad, durante toda la intervención se mantuvo el contacto directo con la Policía Científica y Judicial. Por ello, tras el hallazgo de la fosa se dio aviso a la Guardia Civil, que inició el proceso de judicialización del asesinato, tomando los restos óseos liberados durante la excavación para iniciar los trámites legales pertinentes y enviarlos al juzgado.
Con este procedimiento se logra el objetivo de Recuerdo y Dignidad: que las víctimas del franquismo sean tratadas como seres humanos asesinados y no como restos arqueológicos. Así, el protocolo a seguir ha sido el mismo que el utilizado en los crímenes actuales, explica la asociación: acordonamiento de la zona, respeto a la intimidad de las víctimas y presencia policial.
Las tareas de delimitación de la fosa corrieron a cargo de Areco arqueología, empresa soriana con una dilatada experiencia en la provincia y colaboradores recurrentes de Recuerdo y Dignidad.
Tras el trabajo de prospección, se ha procedido a realizar los trabajos necesarios para devolver el paraje y la zona de labor adyacente al mismo a su estado previo a la excavación.
Esta intervención ha sido financiada por la Junta de Castilla y León. Pese a que buena parte del trabajo es llevado a cabo por voluntarios, son necesarios profesionales en muchas de las tareas que se llevan a cabo: alquiler y conducción de excavadoras, supervisión arqueológica de la excavación, análisis forense de los restos. Recuerdo y Dignidad deja claro que en ningún caso los familiares de los asesinados corren con los gastos de búsqueda y exhumación de sus seres queridos.
Ésta es la sexta intervención de Recuerdo y Dignidad que cuenta con presencia judicial.
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