diumenge, 3 de març del 2024

EL BOMBARDEO DE ALCAÑIZ (TERUEL) POR LA AVIACIÓN ITALIANA, "EL BOMBARDEO OLVIDADO".

 

EL BOMBARDEO DE ALCAÑIZ (TERUEL) POR LA AVIACIÓN ITALIANA, "EL BOMBARDEO OLVIDADO".
Catorce bombarderos de la Aviación Legionaria italiana destrozaron el pueblo turolense y se cobraron más de 300 vidas con una vertiginosa descarga de diez toneladas de muerte en apenas noventa segundos.
El bombardeo de Alcañiz permaneció oculto por el silencio doloroso de los supervivientes y por la propaganda de los bandos en guerra. No pasó de una nota breve sin apenas datos en los periódicos del día 5 en la zona republicana, tampoco en el de la vecina Caspe, capital del Aragón leal al Gobierno, y ni siquiera llegó a salir en la que controlaban los fascistas, que cuando estos tomaron la ciudad once días más tarde, la madrugada del 14, propagaron el bulo de que la ciudad había sido arrasada por “los rojos” antes de replegarse.
La realidad, sin embargo, era muy distinta de la versión oficial: catorce bombarderos repartidos en tres escuadrillas salidas de la base de Logroño, a la que uno tuvo que regresar por un problema mecánico, y escoltados por cazas descargaron sobre Alcañiz 160 bombas de 50 y de 100 kilos de peso en un ataque iniciado a las 8, lo eran claras: el objetivo era el “Paese” (pueblo, en italiano) de Alcañiz, según indica la orden entregada a la una de ese mediodía al jefe de la expedición, rescatada, por José Mª Maldonado (historiador, autor del libro "Alcañiz 1938. El bombardeo olvidado"), de un archivo militar en Roma; y debían soltar los explosivos en cuanto comenzaran a sobrevolar el casco urbano.
¿Cuántos muertos provocó el ataque? Algunos supervivientes hablaban de entre 800 y mil. Un oficial del juzgado aseguraba que dejó de contar los cadáveres que llegaban a la iglesia de San Francisco cuando superaron el medio millar, aunque ese dato no ha podido ser documentado. Jose Mª Maldonado sitúa la cifra por encima de 300, ya que muchos heridos fueron dados por desaparecidos tras ser evacuados a otras poblaciones. Otros fallecieron después, conforme el frente de Aragón retrocedía hacia el norte.
El bombardeo destruyó 188 casas, más de una por bomba, y los daños fueron mayores en las zonas norte y oeste del casco urbano, como consecuencia de la orden de dejar caer las bombas en cuanto sobrevolaran el pueblo. No discriminaron objetivos: el hospital fue uno de los blancos del ataque, en el que las explosiones en una de las alas provocó numerosos heridos.
Sobre Alcañiz cayeron más bombas de las que las aviaciones italiana y alemana descargarían sobre Gernika, la diferencia con Gernika fue que aquí no lanzaron bombas incendiarias.
En Alcañiz había el 3 de marzo de 1938 alrededor de 11.000 personas, unos 9.000 vecinos y más de 2.000 refugiados, la mayoría procedentes de las batallas de Belchite y de Teruel, y personal de retaguardia del ejército republicano. En la ciudad, considerada la capital del Teruel republicano y que había sido la sede de la columna Macià-Companys desde el inicio de la guerra hasta que poco antes, se encontraba la jefatura del XII Cuerpo del Ejército de la República.
Sin embargo, el motivo del ataque no tenía que ver con esas ubicaciones militares. “Las órdenes estaban dadas desde los primeros días del octubre de 1937, entre el 7 y el 13, cuando el ejército de Franco decidió una serie de bombardeos para romper el frente de Aragón”, según Maldonado.
La finalidad principal de esos ataques era el terror. Más de doscientas personas murieron el 3 de noviembre de ese año en Barbastro (Huesca) bajo las bombas de los aviones italianos, que también atacaron Alcañiz veinte días después y que la víspera habían segado otras 250 vidas, más de 60 de ellas de niños en un colegio, en Lleida, la principal ciudad de la retaguardia del frente aragonés.
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