diumenge, 29 de desembre del 2024

'El cuerpo ausente', una exposición al servicio de la memoria democrática

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Uno de los ambientes creados para la exposición 'El cuerpo ausente'

José Iván Suárez

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Todavía quedan unos días para acercarse a una exposición única. Hasta el 6 de enero, el Museo de Albacete acoge la muestra 'El Cuerpo Ausente: tantas maneras de despedirse, tantas formas de pervivir'.

La exposición, tal y como cuentan sus comisarios, “habla de los hijos que tejen la memoria y que, anudados en fotografías, objetos, cartas o documentos, hacen pervivir a los ausentes”.

A lo largo de más de una década, el grupo Mapas de Memoria, iniciativa del Centro Internacional de Estudios de Memoria y Derechos Humanos de la UNED en colaboración con la Diputación de Ciudad Real, ha trabajado por generar conocimiento sobre el pasado reciente. En concreto, sobre la represión franquista y sus víctimas. 

En este grupo colaboran antropólogos, historiadores, investigadores y artistas y lo hacen con el objetivo de “establecer puentes que nos permitan comprender la memoria, la violencia y el trauma, así como dignificar a las personas que fueron desaparecidas o silenciadas”, explican. Así, durante años han recogido historias personales, fotografías y relatos íntimos que ahora son el corpus de esta exposición donde se combinan viejas imágenes, cartas, papeles y una concepción artística de los espacios. Arte al servicio de la memoria democrática. 

Financiada por la Junta de Comunidades de Castilla-La Mancha, la Secretaría de Estado de Memoria Democrática, Universidad Nacional de Educación a Distancia y Centro de Arte Reina Sofía, la exposición ha sido concebida como una conversación con el espectador. 

Afirman desde la organización: “El tema es sugerido por el escenario en que se encuentra, en un itinerario que superpone dos caminos. Por un lado, el que muestra cómo se fue conformando una telaraña legal y social que fue asfixiando a los detenidos y a sus familias, pero también cómo se fueron encontrando espacios para la esperanza y la resistencia que se expresaron de distintas formas. Por otro lado, el que fue guiando a los investigadores desde los documentos del terror y la represión hasta las casas de los que nos estaban esperando para ser escuchados y dignificados”.

La exposición aconseja un recorrido reposado. Contemplar con detenimiento, viajar a la vida cotidiana de aquel tiempo, dejarse llevar por una realidad silenciada. Y con este tesoro frágil que es la memoria se ha construido una reflexión que, desde lo emocional, pretende que pensemos. Que no olvidemos el trauma de nuestra historia inmediata. “Esta es una de las sendas de recuperación de memoria y dignidades”, ha comentado Julián López García, catedrático de Antropología Social y Cultural y director del Centro Internacional de Estudios de Memoria Social y Derechos Humanos. 

Dentro de las actividades organizadas con motivo de la exposición, recientemente se ha celebrado una jornada vespertina con varias conferencias y la proyección de una pieza documental. En este encuentro, López García ha dicho que más de 2.500 personas han visitado 'El Cuerpo Ausente', 1.000 de ellas entre los 60 grupos organizados. Unas visitas guiadas en las que han tenido especial interés la veintena de grupos de estudiantes. A este respecto, el antropólogo ha afirmado que “lo importante es que se extienda a otras capas de la sociedad”. Este es el valor añadido de una muestra como la del Museo de Albacete. 

Porque en la actualidad, como ha revelado el historiador Manuel Ortiz Heras, “más de la mitad de la población no ha tratado el tema de la dictadura”. Desde el Seminario de Estudios del Franquismo y la Transición, grupo de trabajo formado en Albacete diez años atrás, trabajan intensamente en dar a conocer aspectos que no llegan a tratarse en las aulas.

En este tiempo, han generado cinco monografías, han organizado ocho jornadas científicas y, lo más relevante, han documentado a 46.860 víctimas de la dictadura en las tierras que hoy conforman Castilla-La Mancha; 16.000 de ellas, en Albacete. “Aún queda mucho por hacer”, reflexiona Ortiz Heras. 

Lo que sí se está haciendo, y cada vez con mayor profusión, es el análisis científico de la violencia franquista contra las mujeres. En la jornada de clausura de la exposición, presentada por la directora del Museo de Albacete, Blanca Gamo, han expuesto su trabajo las profesoras, Clara López Cantos, María García Alonso y Llanos Pérez Gómez.  

La primera ha presentado el documental “Calla”, realizado junto a Almudena Sánchez-Rey, y en el que aborda, con entrevistas hechas en Alcázar de San Juan y Villarrobledo, el drama de las mujeres rapadas durante la dictadura. La segunda de las profesionales, María García Alonso, ha dado las claves del trabajo de investigación que vienen desarrollando en Ciudad Real con las mujeres presas. “La comida y el cariño se hacían cada vez más difíciles según se las alejaba; las mujeres sin red política estaban muy abandonadas”, ha recordado la profesora de la UNED. 

Por último, Llanos Pérez Gómez, que ya ha publicado dos libros sobre sus investigaciones en Albacete, ha expuesto un caso individual que ha podido ampliar en los últimos meses. Un caso sintomático del padecimiento anónimo de miles de personas. Gracias a su nieta, ahora Julia Pérez Roda tiene relato y rostro para esta historia de escarnio contra las mujeres. Esta maestra de un municipio albaceteño acabó sus días en una prisión del norte de España.

Allí, en una de sus últimas cartas, le decía a su marido: “No creas que te echo en olvido”. La ciudadanía tampoco debe olvidar nuestro pasado colectivo.