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Se cumplen 75 años de uno de los bombardeos más sanguinarios de la Guerra española contra el fascismo. El 25 de mayo de 1938, la iación fascista asesinó a más de 300 personas y dejó heridas a más de mil en un bombardeo de castigo a la población civil.
Dissabte 25 De Maig De 2013
Personas entre los escombros del bombardeo
Aquella mañana del 25 de mayo de 1938 el Mercado Central de Alacant rebosaba de actividad. Al puerto había llegado una abundante captura de sardina, algo poco habitual en la escasez de la Guerra Civil. "Una multitud, compuesta en su mayoría de mujeres, mayores y niños (los que no iban al frente) se agolpaba alrededor de los puestos, -narra el historiador alicantino Francisco Moreno-, cuando llegó una escuadrilla de 9 aviones fascistas italianos que había despegado de Mallorca".
Las alarmas antiaéreas no llegaron a sonar. "Lo cierto es que los aviones no entraron por el mar, como venía siendo habitual, sino que lo hicieron desde el interior, escapando de las escuchas antiaéreas situadas en la playa del Postiguet y en el Puerto, orientadas hacia el Mediterráneo", explica Roque Moreno, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alicante. La ciudad, que sufrió más de setenta bombardeos durante la contienda, contaba con refugios antiaéreos con capacidad para más de 30.000 personas. Pero esa mañana nadie pudo alcanzarlos por la maniobra de la escuadra dirigida por los capitanes fascistas italianos De Prato y Zigiotti.
En breves pasadas la aviación fascista descargó más de 90 bombas en el casco urbano, principalmente en la zona del Mercado Central. "El balance de víctimas mortales se sitúa entre los 275 muertos contabilizados en el Registro del Cementerio Municipal (que lógicamente no incluye los enterrados en las localidades próximas), y los 393 fallecidos referidos por las propias autoridades franquistas, según consta en la documentación del Archivo Municipal", explica Roque Moreno. Más de mil personas resultaron heridas. En el bombardeo aéreo más recordado de la Guerra Civil, el de Gernika, la cifra de asesinados oscila entre 120 y 300.
"Fue una carnicería y los testigos presenciales hablan de ríos de sangre en las calles adyacentes al mercado", describe Roque Moreno. Juan Carrión, que tenía 8 años cuando vivió el suceso, lo corrobora con su testimonio en el programa Attacantes(de radio Artegalia) y recuerda la imagen de los carros, que habían traído las sardinas, llenos de cadáveres. Algunos testigos relatan que vieron cuerpos o partes de cuerpos colgadas de los balcones por efecto de la onda expansiva. "Se trataba de bombardeos de terror sobre la población civil, con el único objetivo de minar su moral y empujarla a la rendición", expone el catedrático Moreno.
Repercusión internacional
Esto fue lo que dijo Franco a un corresponsal del londinense The Times un mes después, el 28 de junio: "El bombardeo de las poblaciones civiles por nuestros aviones (lo afirmo rotundamente) no existe. Se bombardean tan sólo objetivos de carácter militar. Es cierto que se producen bajas entre la población civil. Y son muy de lamentar. Pero el Gobierno rojo, lejos de evitarlas, las sitúa cerca de los objetivos militares. Después de todo, el ejército rojo necesita y desea esas víctimas para su propaganda".
No obstante, las noticias del bombardeo llegaron a los oídos de los gobiernos de Francia y Reino Unido. "Los británicos formaron una comisión que investigó los hechos en la propia ciudad a lo largo del mes de agosto de 1938 -cuenta Roque Moreno- dictaminando que fue ’un ataque deliberado a una zona civil". En los días siguientes al bombardeo, las delegaciones diplomáticas existentes en la ciudad condenaron, según recoge el historiador Solé Sabaté, que "el ataque haya sido recibido en el casco céntrico de la población, alejado de objetivos militares".
Pero si en su época la noticia llegó al extranjero, lo que ocurrió después, al acabar la guerra, fue la imposición del olvido en su propia ciudad. "La dictadura se ocupó de que no se hablara del tema", explica Francisco Moreno. "Hasta hace escasos años, el bombardeo del 25 de mayo ha permanecido en la ignorancia, en el olvido de la población, consecuencia del clima de miedo y represión impuesto por la dictadura franquista", lamenta el catedrático Moreno. Para él, el mejor ejemplo de ello lo constituye "la escasa atención mostrada hacia las víctimas, la mayoría de las cuales fueron enterradas en fosas comunes del cuadro nº 12 del Cementerio Municipal de Alicante". La humillación fue más allá, como relata Francisco Moreno: "En esa fosa, en la que también había fusilados, las autoridades franquistas colocaron una lápida en la que pedían una oración por las víctimas de un fatal accidente".
A pesar de esos esfuerzos del régimen, Francisco Moreno señala que existía "un cierto conocimiento oral de la tragedia, a final del franquismo incluso apareció algún artículo en la prensa local". El historiador señala también como hito la aparición del libro de Miguel Angel Perez Oca, La tragedia olvidada, "que de una forma novelada narra los hechos". En los últimos años gracias a la labor realizada por diferentes colectivos, como la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante, se han logrado pequeños reconocimientos. Desde 2005 se celebra una concentración a la hora exacta del bombardeo en la que se homenajea a las víctimas de aquella masacre.
Francisco Moreno, que forma parte de esta comisión, cuenta que se constituyeron en 2004 con cinco objetivos, "retirar del callejero los nombres franquistas, instalar un monumento en recuerdo a las víctimas del bombardeo del Mercado Central, otro en el puerto para recordar a los que esperaron al Stanbrook y otro en el Campo de los Almendros, que fue el primer campo de concentración y la anulación de la condena a muerte de Miguel Hernández".
El año pasado consiguieron que el Ayuntamiento, 74 años después, pusiera una placa informativa en la plaza del Mercado. Y no estuvo exenta de polémica, pues la alcaldesa, Sonia Castedo, del Partido Popular e implicada en el caso Brugal, no veía con buenos ojos calificar al bombardeo con el adjetivo "fascista" detrás, aunque a última hora reculó y se inauguró la placa. Hasta ese momento, el único recordatorio expuesto en el edificio del Mercado Central era la alarma antiaérea que no sonó aquel día, y el reloj del mercado, que se paró en el momento del bombardeo. Alguien, quizá como última humillación, cambió las manijas para que no marcaran las 11:20, hora exacta del ataque.
Monumento de recuerdo 75 años después
Esta mañana está prevista la inauguración de un monumento en recuerdo de las víctimas en la plaza del Mercado Central de Alicante. La Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante convocó en 2007 un concurso de ideas para elegir un proyecto. El memorial consta de nueve placas, representando a los nueve aviones fascistas, noventa puntos negros, uno por cada bomba, y 330 lucecitas rojas que se iluminarán a la hora del bombardeo, representando a las víctimas. Tras varios problemas con el ayuntamiento, que alegó que no tenía dinero, desde la Comisión decidieron sufragarlo ellos mismos con aportaciones populares, para lo que venden participaciones y han abierto una cuenta corriente. En el homenaje estarán presente supervivientes de la masacre.
Diagonal
Aquella mañana del 25 de mayo de 1938 el Mercado Central de Alacant rebosaba de actividad. Al puerto había llegado una abundante captura de sardina, algo poco habitual en la escasez de la Guerra Civil. "Una multitud, compuesta en su mayoría de mujeres, mayores y niños (los que no iban al frente) se agolpaba alrededor de los puestos, -narra el historiador alicantino Francisco Moreno-, cuando llegó una escuadrilla de 9 aviones fascistas italianos que había despegado de Mallorca".
Las alarmas antiaéreas no llegaron a sonar. "Lo cierto es que los aviones no entraron por el mar, como venía siendo habitual, sino que lo hicieron desde el interior, escapando de las escuchas antiaéreas situadas en la playa del Postiguet y en el Puerto, orientadas hacia el Mediterráneo", explica Roque Moreno, catedrático de Historia Contemporánea de la Universidad de Alicante. La ciudad, que sufrió más de setenta bombardeos durante la contienda, contaba con refugios antiaéreos con capacidad para más de 30.000 personas. Pero esa mañana nadie pudo alcanzarlos por la maniobra de la escuadra dirigida por los capitanes fascistas italianos De Prato y Zigiotti.
En breves pasadas la aviación fascista descargó más de 90 bombas en el casco urbano, principalmente en la zona del Mercado Central. "El balance de víctimas mortales se sitúa entre los 275 muertos contabilizados en el Registro del Cementerio Municipal (que lógicamente no incluye los enterrados en las localidades próximas), y los 393 fallecidos referidos por las propias autoridades franquistas, según consta en la documentación del Archivo Municipal", explica Roque Moreno. Más de mil personas resultaron heridas. En el bombardeo aéreo más recordado de la Guerra Civil, el de Gernika, la cifra de asesinados oscila entre 120 y 300.
"Fue una carnicería y los testigos presenciales hablan de ríos de sangre en las calles adyacentes al mercado", describe Roque Moreno. Juan Carrión, que tenía 8 años cuando vivió el suceso, lo corrobora con su testimonio en el programa Attacantes(de radio Artegalia) y recuerda la imagen de los carros, que habían traído las sardinas, llenos de cadáveres. Algunos testigos relatan que vieron cuerpos o partes de cuerpos colgadas de los balcones por efecto de la onda expansiva. "Se trataba de bombardeos de terror sobre la población civil, con el único objetivo de minar su moral y empujarla a la rendición", expone el catedrático Moreno.
Repercusión internacional
Esto fue lo que dijo Franco a un corresponsal del londinense The Times un mes después, el 28 de junio: "El bombardeo de las poblaciones civiles por nuestros aviones (lo afirmo rotundamente) no existe. Se bombardean tan sólo objetivos de carácter militar. Es cierto que se producen bajas entre la población civil. Y son muy de lamentar. Pero el Gobierno rojo, lejos de evitarlas, las sitúa cerca de los objetivos militares. Después de todo, el ejército rojo necesita y desea esas víctimas para su propaganda".
No obstante, las noticias del bombardeo llegaron a los oídos de los gobiernos de Francia y Reino Unido. "Los británicos formaron una comisión que investigó los hechos en la propia ciudad a lo largo del mes de agosto de 1938 -cuenta Roque Moreno- dictaminando que fue ’un ataque deliberado a una zona civil". En los días siguientes al bombardeo, las delegaciones diplomáticas existentes en la ciudad condenaron, según recoge el historiador Solé Sabaté, que "el ataque haya sido recibido en el casco céntrico de la población, alejado de objetivos militares".
Pero si en su época la noticia llegó al extranjero, lo que ocurrió después, al acabar la guerra, fue la imposición del olvido en su propia ciudad. "La dictadura se ocupó de que no se hablara del tema", explica Francisco Moreno. "Hasta hace escasos años, el bombardeo del 25 de mayo ha permanecido en la ignorancia, en el olvido de la población, consecuencia del clima de miedo y represión impuesto por la dictadura franquista", lamenta el catedrático Moreno. Para él, el mejor ejemplo de ello lo constituye "la escasa atención mostrada hacia las víctimas, la mayoría de las cuales fueron enterradas en fosas comunes del cuadro nº 12 del Cementerio Municipal de Alicante". La humillación fue más allá, como relata Francisco Moreno: "En esa fosa, en la que también había fusilados, las autoridades franquistas colocaron una lápida en la que pedían una oración por las víctimas de un fatal accidente".
A pesar de esos esfuerzos del régimen, Francisco Moreno señala que existía "un cierto conocimiento oral de la tragedia, a final del franquismo incluso apareció algún artículo en la prensa local". El historiador señala también como hito la aparición del libro de Miguel Angel Perez Oca, La tragedia olvidada, "que de una forma novelada narra los hechos". En los últimos años gracias a la labor realizada por diferentes colectivos, como la Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante, se han logrado pequeños reconocimientos. Desde 2005 se celebra una concentración a la hora exacta del bombardeo en la que se homenajea a las víctimas de aquella masacre.
Francisco Moreno, que forma parte de esta comisión, cuenta que se constituyeron en 2004 con cinco objetivos, "retirar del callejero los nombres franquistas, instalar un monumento en recuerdo a las víctimas del bombardeo del Mercado Central, otro en el puerto para recordar a los que esperaron al Stanbrook y otro en el Campo de los Almendros, que fue el primer campo de concentración y la anulación de la condena a muerte de Miguel Hernández".
El año pasado consiguieron que el Ayuntamiento, 74 años después, pusiera una placa informativa en la plaza del Mercado. Y no estuvo exenta de polémica, pues la alcaldesa, Sonia Castedo, del Partido Popular e implicada en el caso Brugal, no veía con buenos ojos calificar al bombardeo con el adjetivo "fascista" detrás, aunque a última hora reculó y se inauguró la placa. Hasta ese momento, el único recordatorio expuesto en el edificio del Mercado Central era la alarma antiaérea que no sonó aquel día, y el reloj del mercado, que se paró en el momento del bombardeo. Alguien, quizá como última humillación, cambió las manijas para que no marcaran las 11:20, hora exacta del ataque.
Monumento de recuerdo 75 años después
Esta mañana está prevista la inauguración de un monumento en recuerdo de las víctimas en la plaza del Mercado Central de Alicante. La Comisión Cívica para la Recuperación de la Memoria Histórica de Alicante convocó en 2007 un concurso de ideas para elegir un proyecto. El memorial consta de nueve placas, representando a los nueve aviones fascistas, noventa puntos negros, uno por cada bomba, y 330 lucecitas rojas que se iluminarán a la hora del bombardeo, representando a las víctimas. Tras varios problemas con el ayuntamiento, que alegó que no tenía dinero, desde la Comisión decidieron sufragarlo ellos mismos con aportaciones populares, para lo que venden participaciones y han abierto una cuenta corriente. En el homenaje estarán presente supervivientes de la masacre.
Diagonal
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