dimarts, 9 de novembre del 2021

Encontrados los restos del avión de Luis Tuya (brigadista uruguayo) en Celadas (Teruel)

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 Imagen: Agecor

El sábado 6 de noviembre se han encontrado los restos del avión del piloto comunista uruguayo Luis Tuya que murió en defensa de la República Española el 16 de abril de 1937.

El joven combatiente había desaparecido a bordo de su Polikarpov I-15 luego de un combate con fuerzas franquistas en el frente de Teruel.

Un grupo de investigadores hispano-uruguayos halló restos del avión del piloto Luis Tuya, derribado el 16 de abril de 1937 durante un combate aéreo en el frente de Teruel, en plena Guerra Civil española. Partes del Polikarpov I 15 que pilotaba fueron hallados por el equipo encabezado por el también oriundo de la capital sorianense Federico Marotta, quien tras un paciente trabajo de recopilación de datos pudo dar con el lugar donde cayó la aeronave.

Algunos integrantes del equipo que encontraron los restos son Xavier y Martín Godás quienes junto al arqueólogo Gonzalo Berger (hijo de padres uruguayos) viajaron desde Barcelona para realizar la búsqueda, así como Gabriel Tuya, sobrino nieto de Luis quien desde Madrid fue hasta Celadas para sumarse a la búsqueda.

El arqueólogo y docente universitario Gonzalo Berger, integrante del equipo de búsqueda, detalló que fueron encontradas más de 200 piezas en esta primera búsqueda.

Probablemente, en este mismo sitio fueron enterrados los restos de Luis Tuya, ya que en el cementerio de Celadas no hay registros de que fuera inhumado allí. El mencionado grupo intentará ahora encontrar los restos del combatiente internacionalista.

Tuya nació en Mercedes el 18 de setiembre de 1908 y -deslumbrado por la aeronáutica todavía incipiente- se graduó de piloto militar en la segunda promoción de la Escuela Militar de Aviación. Cuando en 1929 obtuvo su brevet emigró a Argentina, donde en 1932 se alistó en la aviación paraguaya para defender a ese país en la Guerra del Chaco, en la que tuvo una destacada participación por la que fue condecorado con la Cruz del Chaco y con el grado de teniente primero aviador “Honoris Causa”.

En este conflicto conflicto empujado por la Standard Oil de Estados Unidos y la Shell de Gran Bretaña, que se disputaban los yacimientos petrolíferos de la zona en disputa, murieron casi 100.000 personas.

Según el artículo “El Héroe Olvidado” publicado en 2009 por el hoy brigadier general uruguayo (Av.) Rodolfo Pereyra, en determinada ocasión Luis Tuya se dirige a su jefe, informándole de su conocimiento por las penurias sufridas por Paraguay en la “Guerra de la Triple Alianza”, por lo que solicitó participar en una misión de apoyo a un grupo de soldados paraguayos que se encontraban sitiados.

“Así, de este modo, quisiera pagar en parte nuestra deuda de gratitud, que el Uruguay debe a este ejemplo de América que es el Paraguay”, señaló Tuya.

Para ser considerado en otra misión, el piloto uruguayo -dirigiéndose al capitán Isidoro Jara- enfatizó: “Yo vine a defender el derecho y la justicia del pueblo de mis amores, es más, mi compañero el Teniente Sánchez Leiton (otro de los voluntarios uruguayos), se encuentra ya herido de gravedad, y yo mi capitán no quisiera regresar al Uruguay sin llevar cicatrices de fuego en mi cuerpo, por favor desígneme como piloto en esta misión.”

Pereyra recuerda que Córdova Iturburu, un periodista y militante comunista que lo conoció en Buenos Aires, rememoró en el diario Justicia: “Un día los Guillot Muñoz vinieron a verme, hay un piloto -me dijeron- que quiere ir a España. Es un muchacho experimentado, ha hecho toda la guerra del Chaco. Se necesita para enviarlo quinientos pesos . . . Yo no tenía quinientos pesos para darle . . . Pero hablé con Barreda y entre él y los obreros del taller de Crítica juntamos los quinientos pesos. Y Luis Tuya, el piloto uruguayo que había hecho la guerra en el Chaco, se fue para España”, donde llegó a finales de 1936.

Alberto Etchepare, periodista y columnista del diario “El País” relató que cuando Tuya fue a la sede del Ministerio del Aire en Valencia a alistarse “el Capitán Parrondo; Jefe de Pilotos Extranjeros, lo recibió con cierta desconfianza de quien supone hallarse frente a un aviador mercenario, de los muchos que se ofrecieron en forma interesada y exigente . . . Hubo quienes pedían un contrato en el que se estipulaba que la paga sería en dólares o en francos . . . Luisito Tuya presentó sus credenciales y al requerimiento del Capitán Parrondo respondió con altivez: -Solamente quiero un avión. ¡Yo no cobro por defender la justicia!”

Pereyra señala en su texto que Tuya se desempeñó en las bases aéreas del Prat de Llobregat, de Reus, y de Aragón y entre sus actuaciones, se menciona que derribó cuatro trimotores nacionalistas en el frente de Madrid, y participó en un ataque a las bases aéreas italianas en Palma de Mallorca, desde donde partían expediciones fascistas hacia ciudades y aldeas españolas.

Su destreza y entrega le valieron el traslado a la escuadrilla de aviones Polikarpov I-15 (conocidos popularmente como “Chato”), dirigida por el comandante soviético Alexandr Petrovich Osadshii, alias Boris Kosakov.

Pilotos de la Escuadrilla Lacalle en los primeros dos meses de 1937. En el extremo izquierdo, de pie y con boina, Frank Tinker, el piloto norteamericano testigo directo de la muerte de Tuya. También son identificables el propio Lacalle (de pie, segundo por la derecha) y Dahl, otro voluntario norteamericano (fila inferior con el pelo canoso). En el centro, detrás de Dahl, encontramos a Miguel García Granados, el guatemalteco alistado como “Juan Gómez” y derribado en marzo de 1937. Esta imagen ha sido publicada por la Sociedad Benéfica de Historiadores Aficionados y Creadores en su web http://www.sbhac.net

El 16 de abril de 1937, en una misión en el frente de Teruel su avión cae en llamas y los restos de Tuya han permanecido desaparecidos hasta ahora.

Frank Tinker, el más destacado piloto voluntario de los Estados Unidos, testigo de la última batalla de Tuya, dice en su libro “Some Still Live”, que el derribo ocurrió a las 10:30 del día 16 de abril de 1937 sobre el frente de Teruel, según continúa Pereyra.

Concluye el brigadier general (Av.) Pereyra su texto homenaje señalando: “Luis Tuya fue un hombre valiente y de firmes convicciones, su fin lo encuentra haciendo lo que deseaba, volando y combatiendo en aras de sus ideales. Hoy, el nombre Luis Tuya no es registrado en la memoria de los integrantes de la Fuerza Aérea Uruguaya, basta con nombrarlo para que surja la pregunta: ¿quién era? Sin embargo, en Paraguay, se recuerda su nombre en una calle del barrio San Vicente de Asunción. En cambio, en Uruguay, en su Mercedes natal, el camino que conduce al aeródromo “Ricardo Detomasi” lleva el nombre oficial “Luis Tuya”, pero los lugareños lo identifican como “El camino de Mauá”.”

En la montevideana localidad de Santiago Vazquez se encuentra la plaza “Segunda República Española”, donde está la estela con los 54 nombres de uruguayos que pelearon en las Brigadas Internacionales junto a más de 50.000 voluntarios de diversas nacionalidades que enfrentaron al franquismo, el fascismo y el nazismo juntos en la Guerra Civil. Mucho no volvieron, tampoco Luis.

Luis Tuya murió con 29 años de edad luego de haber ofrendado su vida en dos guerras en defensa de quienes no tienen nada que perder excepto las cadenas. Nuestra memoria lo mantiene eternamente vivo y su ejemplo iluminará por siempre nuestras luchas y las de las futuras generaciones de jóvenes comunistas. 

Según informa el Diario de Teruel el  grupo de investigadores uruguayos y españoles ha  que llevaban años tratando de descubrir el lugar conde cayó el avión pilotado por Luis Tuya  lo han  encontrado.

 Dicho avión formaba parte de la escuadrilla Kosakov, por lo que se pensaba que el piloto era ruso.

El sábado seis de noviembre, con la ayuda de un detector de metales, dieron con el sitio donde se precipitó el avión de combate, en el conocido como el Barranco de la Balsa Seca, y se hizo un homenaje al que asistió también Gabriel Tuya, un sobrino nieto del piloto. 

Federico Marotta se emociona todavía al contar cómo ha transcurrido el trabajo de investigación que les ha llevado a encontrar el lugar donde se estrelló el avión de Luis Tuya, y en cuyas inmediaciones podrían estar enterrados sus restos mortales, aunque sobre esto no hay certeza de momento.

Detrás hay numerosas personas, uruguayas y españolas, que se han implicado en esta búsqueda, a los que hay que sumar ahora a los propios vecinos de Celadas, que han abierto sus puertas a los visitantes para ayudarles. Una colaboración valiosísima porque todavía hay testigos vivos que vieron precipitarse el avión envuelto en humo y prenderse fuego, incluso de quien estuvo a pocos metros como Antonio Guillén Gómez, Rosino, que a sus 99 años puso ayer rostro a aquel piloto.

“Se impresiona uno al ver a una persona que tiene el fuego debajo de él y está ardiendo”, aseguró Rosino cuando Marotta le mostró unas fotografías de Luis Tuya. Al ver la foto reconoció estar un “poco conmocionado” al poner rostro a aquel piloto que vio entre las llamas, ya fallecido, aquel 16 de abril de 1937 cuando él solo contaba con 14 años de edad y fue testigo presencial del combate aéreo.

“Sería usted una buena persona, pero en las guerras, a quien le toca...”, balbuceó el anciano sin perder de vista el cuadro con las tres fotografías de Luis Tuya que le mostraba Marotta. Fue él uno de los que indicó a los investigadores el lugar donde se estrelló el avión. “Qué cosas se ven en la vida, y en las guerras, pues más”, comentó el anciano tras conocer que Tuya era nieto de un asturiano emigrado a Uruguay en el siglo XIX.

Junto a Rosino, otros vecinos del municipio han aportado su testimonio, de forma directa o indirecta a través de otras personas, para ubicar el sitio donde el pasado sábado el arqueólogo Gonzalo Berger, con la colaboración de Xavier y Martín Godás, dieron con el lugar exacto donde se precipitó el Polikarpov I 15 de la República que tripulaba Tuya tras mantener un combate aéreo con dos aviones nacionales sobre el cielo de Celadas.

Barranco de la Balsa Seca

El lugar donde cayó abatido, el Barranco de la Balsa Seca, está a unos dos kilómetros del casco urbano de este municipio, uno de los más castigados por la guerra al quedar en medio de los frentes republicano y nacional, lo que obligó a sus habitantes a abandonarlo durante los meses duros de la contienda. El año pasado se inauguró en las calles del pueblo una exposición que muestra imágenes de cómo quedó con fotografías del archivo de  Regiones Devastadas.

Marotta, uruguayo como Tuya, es consciente del dolor que sufrió la población durante la guerra y asegura que cuando planificaron el viaje para buscar restos del avión y conocer más de lo ocurrido aquella primavera de 1937, el respeto era la prioridad absoluta.

“Al llegar, mucha gente se nos acercó a contarnos cosas y nos abrieron las puertas de sus casas y ninguno nos preguntó en qué bando combatió Luis (Tuya)”, cuenta. Explica además que la alcaldesa, Raquel Clemente, le dijo que en el pueblo no había rencillas. “A mí me impresionó”, constató ayer para agradecer a todos los vecinos el recibimiento y la ayuda que les han prestado.

El hallazgo del lugar donde se estrelló el avión ha sido un primer paso para conocer el final de la vida de un hombre, Luis Tuya, que en Uruguay y Paraguay está reconocido como un héroe de la aviación, puesto que participó en la Guerra del Chaco, y fue uno de los pioneros de la aviación de combate en su país.

Ahora queda por delante saber dónde pueden estar sus restos mortales. En el cementerio antiguo no hay rastro de él ni han encontrado ningún indicio de que pudiera ser enterrado allí. Lo frecuente en estos casos era enterrarlos en el mismo lugar donde eran abatidos, por lo que no descartan que sus restos puedan estar allí mismo.

La prospección que han hecho ahora, con los correspondientes permisos de las distintas administraciones competentes, ha permitido identificar el lugar donde se estrelló el avión. El detector de metales empezó a pitar en una zona donde han encontrado numerosos restos de metralla en la que se aprecia cómo los cartuchos estallaron a consecuencia del calor al incendiarse el avión, así como pequeñas piezas de la aeronave, ya que los principales componentes como el motor se lo tuvieron que llevar en el acto y el resto con posterioridad.

Marotta apunta que en una zona de 20 metros han detectado restos de metales bajo tierra. Podría corresponder quizás a piezas metálicas del uniforme y equipo del aviador, aunque no da nada por seguro ya que eso correspondería a una segunda búsqueda. Ahora, tras las emociones vividas al encontrar restos del avión en el lugar donde se precipitó, aboga por un periodo de “reflexión y calma” antes de dar nuevos pasos, que requerirían de nuevos permisos para poder excavar ya con un equipo contratado, puesto que quienes lo han hecho ahora ha sido de manera altruista y todo se ha hecho sin subvención alguna.

Cerrar la historia del piloto

“Queremos intentar cerrar la historia de Luis”, dijo Marotta, para precisar que todos, incluido el sobrino nieto del aviador, sintieron “mucha paz” en el barranco donde encontraron los restos de la aeronave. Así lo compartieron el domingo en una tertulia con la alcaldesa y los vecinos que tuvieron en el Ayuntamiento.

Toda la vivencia de estos días les ha hecho reflexionar de que “Luis (Tuya) está en paz de cualquier modo” y que el sobrino nieto les había manifestado que “dada la calidez con que los vecinos hablaban del hecho, si Luis aparecía, genial, pero que si Luis quería quedarse aquí por la calidez de la gente de Celadas, sabíamos que iba a estar afectuosamente cuidado”.

Esa es la sensación con la que se van, apuntó, para concluir diciendo que les gustaría encontrarlo y que si así fuese desearían que sus huesos volviesen a Uruguay, “pero esta visión que hemos tenido de la visita a Celadas y de cómo se ha comportado la gente del pueblo con nosotros y de cómo nos han contado a su manera la historia, nos ha hecho reflexionar eso, que Luis está en paz de cualquier modo”.

Federico Marotta es uruguayo pero lleva viviendo en Mallorca desde el año 2001, donde es presidente de la Asociación Uruguaya de Mallorca. Nació en el mismo municipio que Luis Tuya, Mercedes, en el departamento Soriano de Uruguay, el equivalente a las provincias españolas. El piloto en realidad nació en 1905 en Duraznito, un paraje rural próximo, y se educó en Mercedes. En 1922 vio una exhibición de aeroplanos y así nació su vocación por la aviación convirtiéndose en piloto en Montevideo. Tras combatir en la Guerra del Chaco viajó a España para hacerlo del lado de la República en la Guerra Civil.

Al compartir orígenes, Marotta ha sentido siempre un gran interés por la vida de Tuya, y forma parte de un equipo de investigación con los uruguayos Pedro Troche, autor de una biografía del piloto y de la página de facebook “Alma de pájaro”, y Alejandro Gil, jefe de relaciones públicas de Soriano. En los últimos años han ido cerrando el círculo hasta identificar Celadas como el lugar donde murió Tuya.

En el camino se han ido encontrado a personas que les han ayudado a completar su investigación y asegura que fue determinante la aportación de José Antonio Guillén, un vecino de Celadas que vive en Madrid, que fue quien hace un año les alertó a través de las redes sociales que el piloto de la República que fue abatido en su pueblo podía ser el que buscaban.

Búsqueda del lugar donde cayó el avión el pasado sábado en Celadas

Desde entonces han cotejado informaciones de diferentes sitios y han llegado a la conclusión de que era él, y una vez hallado el lugar donde cayó abatido aguardan la siguiente fase si se puede dar con sus restos.

De aquel 16 de abril de 1937, Marotta explica que Tuya salió del aeródromo de Sarrión con otros seis aviones republicanos Polikarpov I 15, conocidos como chatos, de la escuadrilla del aviador soviético Kosakov. Se estaba produciendo una ofensiva republicana en la que se tomó el monte Santa Bárbara durante diez días, y la aviación apoyaba desde el aire.

Salas Larrazábal, con uniforme de la Luftwaffe en la Unión Soviética, 1941, prestando juramento de fidelidad al Führer. Como piloto del componente aéreo de la División Azul (15. Staffeln / JG 27), acreditaría seis derribos. Se retiraría como teniente general del Ejército del Aire franquista en los años 70.

Cuando los siete aviones republicanos sobrevolaban Celadas aparecieron tres aeronaves de combate del ejército franquista. A partir de las averiguaciones que han hecho se sabe que dos de esos aviones, pilotados por los aviadores nacionales Ángel Salas Larrazábal y Joaquín Ansaldo, entablaron un combate aéreo con Tuya.

Cuenta Marotta que no han conseguido saber qué pasó con el resto de aviones, y que fueron esas tres aeronaves las que pudieron ver en el aire combatiendo los vecinos de Celadas durante doce o quince minutos. Cuenta el investigador que a pesar de haber “demostrado su valentía”, Tuya cayó abatido y se incendió al estrellarse, aunque cree que murió a causa de la metralla cuando estaba en el aire.

Antonio Guillén, Rosino, lo vio cuando estaba en el campo con las ovejas y acudió con un amigo al sitio donde se precipitó. Ayer contaba que el cuerpo estaba sentado con la cabeza hacia atrás, como mirando al cielo, pero muerto ya mientras las llamas devoraban la carlinga del avión. Recuerda que la metralla hacía explosión por el fuego y que todavía salían casquillos disparados. Llegó entonces la Guardia Civil de Villarquemado y les mandó marcharse porque había peligro de que alguna bala de los casquillos que estaban explotando les pudiera matar.

El lugar exacto

Los investigadores asocian el sitio donde el sábado encontraron una gran concentración de casquillos reventados por el fuego, con el lugar exacto donde el avión se estrelló, por lo que allí mismo hicieron un homenaje que retransmitieron por streaming a través de la página de facebook de Marotta, donde se recordó a Luis Tuya y cada uno de los participantes pronunció algunas palabras de lo que suponía ese momento.

Especialmente emotiva fue la participación de Gabriel Tuya, sobrino nieto del piloto, que depositó en el lugar un ramo de flores, algo a lo que se había comprometido con su padre si algún día encontraban el lugar.

Junto al arqueólogo Gonzalo Berger, de padres uruguayos, y sus colaboradores Xavier y Martín Godás, participaron también otras personas como los amigos de Marotta que viajaron con él desde Mallorca, el escritor Miguel Palou Bosch y Sergio Capurro.

Palou Bosch aseguró ayer que estaba “emocionado” por lo vivido y pensó en la “dureza que debió ser luchar en aquellos momentos”, mientras que Capurro comentó que había sido una experiencia “emotiva”.

Ambos con Marotta regresarán mañana a Mallorca, tras haber puesto nombre a aquel aviador anónimo que murió sobre los cielos de Celadas, pero estos días siguen visitando el municipio y conociendo más de su historia y de lo acontecido durante la Guerra Civil, para lo que ayer contaron con la colaboración del historiador Rubén Sáez, que les mostró algunos de los escenarios bélicos de la contienda.

Fuentes: El Popular de Uruguay. Artículo de Fabricio Mato 8 de noviembre 2021. Diario de Teruel. Artículo de Javier Millas. 9 de Noviembre 2021. La columna uruguaya. Uruguayos en la guerra civil española. Portal Montevideo. Memorias del cielo. 9 de noviembre 2021. Agesor. Luis Tuya. 13 de abril 2013.