Identificado el último desaparecido del franquismo. El equipo encargado de la exhumación de Cipriano Martos, militante comunista fallecido en 1973 tras ser torturado en Reus (Tarragona), ha localizado sus restos óseos y ha comprobado que son compatibles con su descripción y características físicas.
Tras un mes de exhumación en la fosa de beneficencia del cementerio de Reus, los arqueólogos hallaron este martes los restos de Martos, si bien restan por terminar los análisis de ADN con los familiares del antifranquista. El departamento de Justicia, Derechos y Memoria ha impulsado las labores de exhumación en el marco del programa de memoria histórica y de apertura de fosas franquistas.
La exhumación ha confirmado lo que ya apuntaba el periodista Roger Mateos en el libro Caso Cipriano Martos: vida y muerte de un militante antifranquista (Anagrama). En agosto de 1973, en plena supuesta etapa aperturista del régimen, Martos fue torturado y asesinado por ser militante del Partido Comunista de España (Marxista-Leninista).
Martos fue uno de tantos otros migrantes que durante la dictadura se vieron obligados a emigrar desde el Sur de España para ganarse la vida. Viajó de su Granada natal, donde era campesino, a Catalunya. En 1969, en el núcleo industrial de Sabadell (Barcelona) se politizó y empezó a militar en filas comunistas y antifranquistas.
Junto a familiares de Martos, el president de la Generalitat, Pere Aragonès, y la consellera de Justicia, Gemma Ubasart, han querido dar relevancia institucional al hallazgo de los restos de Martos y han realizado el anuncio desde el cementerio de Reus.
A juicio de Aragonès, la exhumación de Martos “reafirma el compromiso” del Govern con las víctimas del franquismo. “Cipriano Martos ya es parte de la memoria colectiva”, ha proclamado Ubasart, quien ha recalcado que el Ejecutivo catalán quiere “rescatar del olvido y dignificar la memoria de todos los Ciprianos que, con su lucha, contribuyeron a hacer este país más digno y libre”.
El caso de Martos había permanecido silenciado durante décadas. Su hallazgo es un paso más en la reparación de uno de los casos más brutales y desconocidos de represión, violencia y ocultación por parte del franquismo. Y no sucedió en la Guerra Civil o los años inmediatamente posteriores de mayor represión, sino solo dos años antes de la muerte del dictador.
Martos agonizó durante 21 días en un hospital de Reus sin que las autoridades avisaran a su familia y hasta fue enterrado en una fosa común a sus espaldas. Antes había sido torturado por la Guardia Civil en Reus, ciudad a la que Martos se había mudado para integrar una célula clandestina.
El joven militaba en el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP), un grupo de organizaciones tuteladas por el PCE (ML). En agosto de 1973 fue detenido por la Guardia Civil, que lo interrogó durante más de dos días, hasta que la ingesta del ácido sulfúrico (presumiblemente forzado por los agentes) obligó a ingresarlo urgentemente en el hospital.
Tras fallecer el 17 de septiembre de 1973 en el Hospital de Sant Joan de Reus, las autoridades franquistas enterraron en secreto el cadáver de Martos, sin permitir a la familia presenciar la inhumación (en la fosa número 11, en el sexto piso de la fila 67, lado norte, del cementerio) ni llevarse el cuerpo a su tierra de origen.
El caso de Cipriano Martos fue incluido en 2014, a instancias de su hermano, Antonio Martos, en la macroquerella presentada ante la Justicia argentina por delitos de genocidio y crímenes de lesa humanidad cometidos por el régimen franquista.
Una vez localizados e identificados los restos de la víctima y completado el análisis de ADN, serán entregados a su familia, para que puedan ser trasladados a su tierra de origen. Cipriano Martos podrá descansar en paz por fin en Huétor-Tájar, donde están enterrados sus padres.
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