Santander (EFE).- Cantabria tiene pendiente la exhumación de cuatro fosas comunes en Tama (Liébana), Cieza, Anievas y Piélagos, unos trabajos que comenzaron con el anterior gobierno PRC-PSOE tras la aprobación de la ley autonómica de Memoria Histórica y Democrática que el Ejecutivo del PP prevé derogar.
El pasado lunes, los populares votaron a favor de una iniciativa de Vox en la que instaban al Gobierno de María José Saénz de Buruaga (PP) a acabar con la ley, que aprobaron el PRC y el PSOE en 2021.
Entre otras cuestiones, esta norma contempla un censo de las víctimas de la Guerra Civil y el franquismo, así como la localización, identificación y exhumación de todas ellas; la eliminación de los símbolos de exaltación franquista y la creación de una Comisión de la Memoria.
Tal y como defendió el parlamentario popular Íñigo Fernández, aunque la voluntad del PP es derogar la ley por “sectaria”, se apostará por mantener las exhumaciones y la conservación de la documentación.
Sobre estas exhumaciones, la consejera de Cultura, Eva Guillermina Fernández puntualizó que “es muy importante contar con la voluntad de las familias”. “No todos quieren remover a sus muertos, algunos consideran que están bien dónde están y si no que se lo pregunten a los que están en Paracuellos”, dijo.
La norma entró en vigor hace dos años, por lo que el anterior Ejecutivo PRC-PSOE no pudo desarrollarla al completo, aunque sí se trabajaba con un número aproximado de 180 víctimas identificadas con nombres y apellidos y un mapa de fosas.
Cuatro exhumaciones pendientes
Según explica a EFE la ex directora general de Patrimonio Cultural y Memoria Histórica, Zoraida Hijosa, el anterior Ejecutivo tenía activada la localización y exhumación de cuatro fosas comunes en toda Cantabria.
La más avanzada y la más grande (unas doce víctimas) está ubicada en Tama, en la comarca de Liébana, donde se tiene localizada una finca en la que los estudios de georradar indicaron que podría haber una fosa.
Tras estos estudios, se debe acometer una cata de los terrenos para confirmar la existencia de cuerpos enterrados y luego se procedería a la exhumación.
También se estaba trabajando en Anievas, donde según explica Hijosa, aún no están localizados los terrenos donde estarían los enterramientos.
Respecto a la ubicada en Piélagos, se estaba empezando a trabajar en el terreno entrevistándose con los vecinos; mientras que la de Cieza aún estaba en fase de investigación.
Todas ella, subraya Hijosa, contaban con el visto bueno y la aprobación de los familiares.
La documentación
Respecto a los trabajos de documentación, otro de los aspectos que el PP ha apostado por preservar de la ley, se trabajó en un archivo que está ubicado en la Biblioteca Central o un repositorio de fotografías digitalizadas.
También forma parte de ello el proyecto Legado, una iniciativa de entrevistas a personas mayores de 70 años de la región que tiene como objetivo preservar la memoria de la “gente común”.
Además, hay un contrato en vigor para en el que historiadores elaboran informes para las familias u otras instituciones que piden información sobre los desaparecidos y que también engrosan el archivo de documentación.
Los símbolos de exaltación franquista
La ley también persigue eliminar todos los símbolos de exaltación franquista de la región, un elemento en el que sí se avanzó y “no queda mucho”, según Hijosa.
Se establecieron catálogos en casi todos los Ayuntamientos y se acometió la eliminación de estos símbolos en Suances, Santillana del Mar, Camargo, San Vicente de la Barquera.
Sin embargo, aún existen nombres de calles franquistas en Santander, como el paseo de General Dávila, o monumentos como el de Santoña dedicado a su vecino Luis Carrero Blanco.
La Comisión de la Memoria
Otro de los puntos polémicos de la ley fue la formación de una Comisión de la Memoria Histórica, que la oposición de entonces (PP, Cs y Vox) tildó en su momento “de la verdad” y en la que se negaron a participar.
Este organismo, que no se llegó a reunir pero que sí eligió a sus miembros, estudió, entre otras medidas, implantar formación especializada en exhumaciones para arqueólogos o diversas actividades con las asociaciones de víctimas. EFE
Por Pablo Ayerbe
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