¡Represión republicana y franquista en Cantabria. (I)
No me cabe duda de que hay un antes y un después a mi presencia en el pleno del Parlamento de Cantabria donde se debatía la anulación de la Ley de Memoria Histórica de Cantabria puesta en vigor por el anterior gobierno regional. Los discursos escuchados en la grada de lo que suponemos la voz del pueblo, me dejaron pasmada por la ira que mostró el diputado Iñigo Fernández (PP) y en menor medida la diputada Leticia Díez (VOX) aunque lo más sangrante de ambos discursos fue la total ignorancia que mostraron ambos diputados. Entendemos que sus señorías tienen o deben tener asesores que les cuadran las intervenciones, les documentan antes de la puesta en escena de sus discursos, más que nada para no hacer el ridículo. Y ese día lo hicieron con saña.
Es harto difícil que los diputados citados accedieran a leer este informe, en parte porque no deben ser de lecturas y menos si provienen de datos históricos veraces y no manipulados como los que ellos nos mostraron en la intervención.
Nos llamó la atención, a las presentes en el palco de invitadas, la cifra que el señor Fernández dio de muertos y desaparecidos durante los trece (que no dieciocho, como dijo el diputado) meses que duró la guerra en Cantabria. La cifra nos abofeteó, literalmente, puesto que nos miraba con ira desmedida, mientras cifraba en 1.800 las víctimas, a lo cual le preguntarnos ¿de dónde saca esa cifra y qué nombres tiene que acrediten dicho número?
Conformada la Plataforma Memoria y Democracia de la que formo parte y perteneciente al grupo pedagógico me impuse la tares de estudiar con detenimiento los hechos acaecidos durante esos trece meses. Haciendo la salvedad que la gran, la enorme diferencia en ambas represiones (republicana y franquista) no es tanto los sucesos criminales acaecidos en ambas sino la respuesta ante los mismos.
Las personas represaliadas o asesinadas durante los meses de guerra fueron debidamente restituidas, bien enterrándolas en cementerio donde sus deudos podían visitar, bien con honores dignos de mártires. Como ejemplo puede servir el enterramiento y lápida que está en la Catedral santanderina con el nombre de los 159 asesinados en el Alfonso Pérez, y las sucesivas lapidas grabadas en todas las iglesias de la Comunidad, algunas (demasiadas) de ellas siguen estando presididas por el yugo y las flechas, símbolos fascistas de triste recuerdo para muchas de nosotras. Las familias recibieron restitución social, económica y honores varios.Compárese con las víctimas del franquismo que siguen yaciendo en fosas comunes y si se han restituido los nombres y hay monumentos que las recuerdan han sido gracias a la conciencia popular que ha sufragado económicamente dichos monumentos e investigaciones. En estos momentos, nuestros compañeros de Héroes de la República siguen intentando colocar un humilde monolito que recuerde a las víctimas del bombardeo del 27 de diciembre de 1936 en el parque de Mendicuague, sin obtener más que evasivas de los estamentos públicos, y en reciente votación de la Corporación municipal se desestimó la moción presentada por PSOE y Sumar, con los votos negativos de PPVOX y la dolorosa abstención del PRC, que, sorprendentemente, forma parte de nuestra Plataforma Memoria y Democracia. Por no hablar de la nomenclatura en calles, frente a los honores que se rindieron a los dos pilotos nazis de la Legión Cóndor que cayeron en nuestra tierra y al monumento funerario en Ciriego, de la División Azul.
Nos hace mucha gracia cuando los políticos de la derecha – PPVOX– hablan de “paguitas” hacia las personas memorialistas… Pueden preguntar a Antonio Ontañón y a los miembros de su organización, por ejemplo, lo que se recibió para cubrir los años y el trabajo de investigación sobre los enterrados en la fosa de Ciriego, así como quién sufragó el monumento que honra a los asesinados por el franquismo.
Las viudas, madres, hijas, hermanas o novias de los asesinados durante la dictadura no pudieron ni llorar ni llevar luto en público porque eso suponía vejaciones, humillaciones o algo mucho peor. Algunas, valientes, se atrevían a llevar flores a las fosas, cosa que debían hacer con rapidez porque los guardianes del cementerio las insultaban y amenazaban con detenciones. Cientos de mujeres fueron vejadas, humilladas, rapadas, obligadas a tomar aceite de ricino mientras eran paseadas por la ciudad, entre la hilaridad y los insultos de los viandantes por el único delito de ser esposas, hermanas, madres, hijas, novias de izquierdistas. O que ellas profesaban alguna de las ideologías condenadas. Hay ejemplos con nombres propios que desacreditan la calidad humana de la gente que aplaudía los actos contra la mujer. Hubo violaciones sistemáticas a mujeres, terrible ejemplo de ello es el crimen cometido contra la joven Fidelita Díez,https://www.lapajareramagazine.com/fidelita-diez-por-jose-ramon-saiz-viadero rapsoda y poeta de diecisiete años que murió a consecuencia de una violación múltiple que perpetraron un grupo de falangistas. Su delito, ser hija de socialista y hacer poemas.
La gran diferencie entre ambas represiones es justamente lo que apuntamos. Unos delitos fueron sistematizados por el régimen quedando impunes, queriéndose borrar su trágico fin mientras que las otras víctimas fueron restituidas de largo. Justo es lo que pretendía restañar la Ley de Memoria, bien que siempre la consideramos escasa y poco ambiciosa, al menos era un primer paso, que el gobierno PPVOX se ha ocupado de derogar con la saña de ser el primer paso que ha realizado ese gobierno, como si nuestra comunidad no tuviera cosas más urgentes que legislar. Tras los discursos y la saña mostrada por los diputados/a hemos constatado que sigue presente el odio visceral y la sensación de hacer valer el que son “ganadores de la guerra” lo que mostraron los integrantes de ambos partidos. En el Parlamento de Cantabria, nos demostraron que no hay equidad entre las víctimas porque no les da la gana a ellos.
Antes de seguir, diré que a título personal y me atrevo a decir que común a las personas que participamos de actos memorialisticos, que no hacemos diferencias. Nos duelen los hechos acaecidos en aquellos trágicos tiempos, los juzgamos terribles y jamás haríamos valoración de que una muerte o tortura fuera lícita y otra no. Todos son nuestros/as porque es nuestra historia y debemos asumirla con los claroscuros que mantiene. Para aprender, para honrar el ideario democrático por el que lucharon nuestras personas y por el sentido humanitario que debe presidir nuestros pasos.
Las víctimas y el dolor no tienen ideología. La reparación, por desgracia, constatamos que sí la tiene.
Se nos ha dicho, y se repitió en el Parlamento -bien que la señora Díaz lo matizó un poco, hablando del asesinato del teniente Castillo y la consiguiente respuesta matando al diputado Calvo Sotelo– que este crimen fue el detonante de la guerra civil. Primera falacia que diversos historiadores y el sentido común, han demostrado falsa. A Calvo Sotelo le asesinan el día trece de julio de 1936 en Madrid ¿Hay alguien que crea posible organizar un golpe de estado, fletar un avión (Dragón Rapide) para traer las tropas regulares y africanistas desde Canarias a la Península y movilizar el ejército y las fuerzas vivas del país en solo cinco días? Sería de risa afirmar tal cosa.
Lo cierto es que no había salido el rey Alfonso XIII de Cartagena y ya estaban las fuerzas vivas monárquicas y económicas conspirando contra la República. Como muestra clara, tenemos la Sanjurjada, intento de golpe frustrado y encabezado por el general Sanjurjo que se produce el diez de agosto de ¡1932! Apenas dieciocho meses después de proclamarse la República.
Como ejemplo nos puede servir que el «31 de marzo, Antonio Goicoechea, en nombre de Renovación Española, Antonio Lizarza de carlistas y el teniente general Barrera firmaron en Roma, con Mussolini, un acuerdo por el cual el Duce se comprometía a sostener un movimiento para el derrocamiento de la República con armas y dinero. Entre 1934 y 193, jóvenes de la organización militar carlista de requetés recibieron en Italia instrucción militar. Se acumularon depósitos de armas en Navarra gracias al dinero italiano» (Pierre Broué y Eugene Temime: La revolución española y la guerra, vol I, pag.80. Fondo Cultura Económica, Mexico 1977
Hemos de considerar como andaba Europa durante la época, con la asunción al poder del nazismo en Alemania, que el treinta de enero de 1933, el anterior cabo, Adolf Hitler es nombrado canciller con todos los honores por Von Hindeburg, mientras que el amigo Mussolini llevaba en Italia más tiempo, ya que asume el poder en diciembre de 1922. Todo ello colaboró a que la conspiración se dotara de poderosos amigos que colaboraron con armamento, dinero y formación para el futuro golpe. Golpe que se empezó a gestar mucho antes y que no tuvo nada que ver con las incidencias violentas en las calles, violencia que los partidos fascistas, que comenzaron a surgir enseguida además de las huestes juveniles de la CEDA, potenciaban desde los primeros días republicanos.
Se suele insistir en que durante la República hubo violencia callejera, imputando al régimen democrático como causante del problema. Esta premisa es falsa de raíz. Lo que había era enfrentamientos entre ambas facciones, sobre manera se sucedían provocaciones constantes de grupos fascistas que se iban formando al calor de la contestación antirrepublicana. Hemos de decir que tanto los falangistas como facciones de anarquistas y algunos integrantes del socialismo se enfrentaban con violencia provocando desmanes. Hago la salvedad de otra falacia bien construida, las que da lugar a la llamada “lucha contra el comunismo” porque el PCE apenas tenía militancia en los primeros tiempos republicanos y escasos diputados. En 1931 contaba con unos 4.950 miembros en todo el estado -eran tan pocos que no obtuvieron representación parlamentaria- En las segundas elecciones que participan consiguen solo un diputado, por Málaga, habiendo presentado 188 candidatos en 40 provincias. Aunque no superaron el 1,2% de los votos totales emitidos, consiguieron su primer diputado de los 474 que componían la cámara al ser elegido el doctor Cayetano Bolívar, candidato, como decimos, por Málaga, en segunda vuelta
Cierto es que en las elecciones de febrero 1936 aumentaron su presencia en el Frente Popular consiguiendo el 3,5% de los votos obteniendo 17 diputados. Ese es el poder del nefando comunismo al que nos querían salvar los golpistas. Claro que durante la guerra, la Unión Soviética fue el único país que se decantó por ayudar al gobierno legal republicano con armas y personal…Que cobraba con largueza porque, así como Hitler y Mussolini prestaron la ayuda militar con pago a largo plazo -al perder ambos, la II Guerra Mundial parte se quedó en el olvido- lo que llegaba de Moscú había que pagarlo al momento o por adelantado. Al final de la guerra quedaron contenedores de armas y pagos efectuados al gobierno soviético que no fueron servidos por falta de tiempo. Es durante el periodo de la guerra cuando los comisarios soviéticos, de triste memoria muchos de ellos, se infiltran en el estado republicano provocando crímenes execrables como el de Andreu Nin y tantos otros potenciando la creación de checas al modo de NVKD soviética.
En las elecciones de febrero de 1936, en Santander capital ganan, por escaso margen, las izquierdas, no así en el resto de la provincia que es feudo de partidos derechistas imbricados en el campesinado. Estos partidos se polarizan hacia posiciones violentas a imitación de los camisas pardas alemanes y las facciones negras de Mussolini, aunque, como en el caso de los comunistas su numero de militantes es escaso. La Falange obtiene tan solo 651 votos, la Comunión Tradicionalista ,2207 votos, los Carlistas, que se habían implicado ampliamente en la Sanjurjada, obtiene 1932 votos. Durante ese tiempo -hablamos de los meses siguientes al triunfo del Frente Popular– se suceden las reuniones clandestinas de los grupúsculos de derechas con perspectiva de realizar acciones violentas.
Sirva como ejemplo de lo que decimos, lo ocurrido nada más conseguirse la victoria del Frente Popular. Se dicta una amnistía total en la que el veinte de febrero de 1936, salen de prisión los detenidos durante los sucesos revolucionarios de octubre del 34. En Santander, se forma una manifestación que discurre, alegre, por las calles del centro, al pasar por el local de Falange, sito en la calle Pedrueca, se tirotea a los manifestantes hiriendo a algunos. Al intervenir la policía de Asalto el local, se detiene a los participantes en el tiroteo incautándoles armas y porras, además de munición. Los falangistas alegan defensa propia… Poco después se les pone en libertad, por lo que, ante el escándalo, dimite el gobernador civil y se nombra en su lugar a Manuel Ciges Aparicio que clausura el local de Falange retirando el permiso de armas a los integrantes de dicho partido. Poco después es clausurada también la sede de CNT.
El cinco de mayo de 1936, de nuevo, unos pistoleros de Falange tirotean de forma indiscriminada al bar Español, hiriendo a dos militantes comunistas, convocándose poco después, en respuesta al acto criminal, una huelga general. El tres de junio cae abatido Luciano Malumbres mientras jugaba la acostumbrada partida de mus en la Zanguina, (hoy, bar Tívoli). Malumbres era director de la Región, periódico de izquierda que sale por las tardes y tiene una gran importancia e incidencia en la gente de izquierda de Santander. Cuando le asesinan, su compañera Matilde Zapata asume la dirección del periódico. Será fusilada en la madrugada del 29 de mayo de 1938. Uno de los niños que vendía a grandes voces ese periódico para sacarse un dinero, fue fusilado por los fascistas al entrar en Santander en 1937, su delito: vender a voces La Región.
María Toca Cañedo©
Continuará…
¡Represión republicana y franquista en Cantabria. (II)
La República y sus sucesivos gobiernos no potenciaron el desorden público, lo padecieron. Hubo huelgas, las lógicas dada la terrible situación de los/as trabajadores en España. La revolución de Asturias fue un estallido ante el duro trabajo minero y laboral en general, además de la frustración producida ante una reforma agraria que no llegaba, y la decepción que produjo ver llegar al poder a los derechistas de la CEDA, con el retroceso en los pequeños avances sociales conseguidos, pero en general fueron los comandos derechistas fascistizados quienes provocaron disturbios como respuesta a un régimen que detestaron desde el principio.
Ante la falaz idea del combate al comunismo, hemos de insistir, que fue la guerra provocada por el golpe militar fallido, quien propició la entrada de rusos en España. El comunismo, fantoche que han enhebrado en su inconsistente relato, lo trajeron los que realizaron un pronunciamiento fracasado que produjo una cruenta guerra civil.
Otra de las certezas que nos asisten es la diferencia en el trato de la represión. La ocurrida en las zonas republicanas fue propiciada en su mayor parte por elementos no gubernamentales, reacciones ante bombardeos (el Alfonso Pérez, los “paseos” en las zonas que eran bombardeadas) ante matanzas a la población civil. Pocas veces escucharán ustedes en los discursos políticos republicanos diatribas que incitaran a la violencia colectiva como se pudo escuchar en las ondas radiofónicas a Queipo de Llano arengar a los fascistas para violar y asesinar mujeres. O las confesiones del general Mola en la Instrucción reservada Número Uno, en la que firma como El Director y afirma: “Se tendrá en cuenta que la acción ha de ser en extremo violenta para reducir lo antes posible al enemigo, que es fuerte y bien organizado” Esto lo escribe Mola el veinticinco de mayo de 1936.
O las manifestaciones de Franco a un periodista británico que le entrevista, donde dice que no le temblará la mano en fusilar a media España con tal de mantener fiel a su ideario a la otra media…
Ahorro a mis lectoras/es los discursos de Queipo porque revuelven las tripas y son asequibles a quien quiera escucharlos.
En cambio hemos escuchado clamar a Manuel Azaña con el “paz, piedad y perdón” en un discurso memorable en que tendía la mano al enemigo. También clamó Indalecio Prieto reportando los desmanes que elementos extremistas criminales realizaban en nombre de la República.
Adjunto el enlace de la Fundación Sistema que publica Adrián Barbón, para confirmar lo que indico https://fundacionsistema.com/indalecio-prieto-memoria-contra-la-infamia/
Cierto es, que dentro del Partido Socialista, hubo personas con un concepto revolucionario más agudizado como Largo Caballero, pero jamás podrán acusarle de incitación a la violencia, al crimen político o a las violaciones como los citados elementos del bando fascista.
Dichas las generalidades un tanto perogrullescas en esta época, dicho sea con respeto, son fácilmente constatables si los que dudan de las afirmaciones que realizamos, se acercaran con curiosidad y afán de estudio a los libros de historia…(los serios, los contrastados, no los que concibe la mente calenturienta de Pio Moa o los que recita Jiménez Losantos en sus arengas cuartelarias radiofónicas)
Como digo, dicho lo general vamos a ir a hechos concretos sucedidos en nuestra comunidad, entonces provincia de Santander.
El golpe no triunfó en Santander lo cual fue una sorpresa inesperada que se debió a varios sucesos fortuitos y a la buena coordinación del gobernador civil Juan Ruiz Olazarán y al diputado Bruno Alonso que formaron un equipo extraordinario, coordinado con diversos estamentos de la administración consiguiendo incautar el telegrama esperado por el coronel Argüelles, jefe del destacamento María Cristina, en donde se le conminaba a unirse al golpe. Aunque no diéramos más datos, los sucesos acaecidos y protagonizados por el general Argüelles demostraría ,sin falta, lo que pretendemos demostrar en este escrito.
El coronel José García Argüelles había sido africanista participando activamente en la Sanjurjada, por lo que fue castigado como golpista recuperando el mando poco después; creemos que se pecó por parte del gobierno republicano de dejar bastante impune la intentona y sin castigo o inhabilitación a los culpables. Por lo tanto, es indudable que García Argüelles, se hubiera sumado al golpe sin problema. Como hemos explicado, Ruiz Olazarán y Bruno Alonso, con ayuda de telegrafistas, consiguen interceptar el telegrama que envía Burgos con la orden de sublevarse, sacar las tropas a la calle y tomar el poder civil. Argüelles espera ese telegrama, sin atreverse a dar el paso por si mismo, sin las ordenes de Burgos, aunque es espoleado por los más de mil voluntarios que tenía Falange bien dispuestos a salir en apoyo del golpe. Duda y deja pasar el tiempo suficiente para que el capitán García Vayas, militar fiel al gobierno con mando en Santoña, se incorpore a la Remonta arengue a la tropa y haga desistir a los revoltosos. García Vayas, dispuso de dos compañías que se dirigían a Santander desde Santoña prestas a defender la legalidad. También diremos que había dos barcos de la Armada en el puerto santanderino, el acorazado Jaime I (que marchó al poco tiempo por lo que poco pudo intimidad) y el Almirante Antequera, atracado cerca del club marítimo, con sus cañones apuntando al cuartel del Alta (ahora General Dávila…) lo que hizo que algo se intimidara Argüelles y desistiera de su empeño golpista.
Sofocado el riesgo de golpe, el coronel José García Argüelles es destituido de su cargo el 22 de julio , detenido por las fuerzas leales, conducido a Valdecilla porque mostraba problemas de salud viviendo el tiempo de guerra retenido en su casa alternando con estancias en Valdecilla. Nunca fue molestado durante los trece meses de guerra. Al entrar las tropas fascistas en Santander, fueron menos misericordiosas con el pobre hombre, siendo juzgado y fusilado el 18 de noviembre de 1937 por sus compañeros y afines ideológicos en Rostrío, lugar destinado al fusilamientos de militares. Dato que deberían pasarles al PPVOX porque les puede despertar el interés por la verdad.
Se da la circunstancia que a los pocos días de comenzada la guerra, el Comité de Guerra de Santander hace llamamientos precisos para controlar las acciones de incautación, requisa y detenciones que elementos descontrolados realizan por las ciudad a personas derechistas. El Comité limita la circulación de coches, y advierte que las acciones violentas serán reprimidas con dureza.
Hacemos notar algo que se dijo más arriba. Había escaramuzas entre elementos falangistas e izquierdistas, sirva de ejemplo el citado asesinato cometido en la persona de Luciano Malumbres sucedido el cuatro de junio de 1936, realizado por Amadeo Pico Rodríguez, natural de Castro y conocido falangista. Recordemos que una de las teorías del líder fascista José Antonio Primo de Rivera era que había llegado la hora de la dialéctica de los puños y las pistolas…Y el simbolismo de los brazos al aire, con la camisa remangada para mejor disponer del puño en la pelea buscada por sus violentos adeptos. Sirva como ejemplo el discurso de José Antonio Primo de Rivera, en su primer acto público, el 29 de octubre de 1933.
“Y queremos, por último, que si esto ha de lograrse en algún caso por la violencia, no nos detengamos ante la violencia. Porque ¿quién ha dicho -al hablar de ““todo menos de violencia””- que la suprema jerarquía de los valores morales reside en la amabilidad? ¿Quién ha dicho que cuando insultan nuestros sentimientos, antes que reaccionar como hombres estamos obligados a ser amables? Bien está, sí, la dialéctica como primer instrumento de comunicación. Pero no hay más dialéctica admisible que la dialéctica de los puños y las pistolas cuando se ofende a la justicia o a la Patria” Herbert R. Southworth Antifalange Estudio critico de Falange en la guerra de España, pag 26, Editorial Ruedo Ibérico, Paris 1967
Este mismo autor, Southworth, matiza “ no sería exacta la afirmación de que toda violencia política procedía en aquel tiempo de la Falange. Los socialistas practicaron en ocasiones la violencia, los comunistas mucho menos, porque eran numéricamente residuales, mientras que la violencia era pan de cada día de los anarquistas” Ibdem
Durante ese tiempo, quiero destacar para la Memoria colectiva, al que fuera alcalde de Santander del periodo de guerra, Ernesto Castillo Bordenave, apodado con cierta ironía “Piqueta”, nacido en México y afincado en Santander, farmacéutico de profesión que ejercía en su farmacia de la calle Lope de Vega, número uno. El señor Castillo primero había sido monárquico para desengañarse poco después, cambiando a la ideología republicana. Fue elegido alcalde el 28 de febrero de 1936 con apoyo de los socialistas y republicanos.
Durante su mandato se empeñó en modernizar el urbanismo santanderino, que era el de una ciudad medieval con calles estrechas y empedradas y casas tapón que imposibilitaban el paso de vehículos de motor. Desarrolló un plan de urbanismo modélico derribando, para ello, alguna casa y la iglesia de San Francisco -no tuvo nada que ver en la demolición la persecución religiosa sino solo la intención de ampliar el Ayuntamiento, de hecho, años después se respetó la ampliación y la iglesia fue reconstruida en otro lugar cercano- Una de las obras que emprendió el alcalde Castillo Bordenave fue la construcción del Túnel…que permitía comunicar el centro de la ciudad con la zona de las estaciones de tren y el puerto. Ese túnel fue terminado e inaugurado en 1943 por el ministro de entonces, el franquista Peña Boeu, recibiendo el nombre del ministro, Pasaje de Peña, olvidando al verdadero creador de la idea.
El señor Castillo Bordenave pudo salvar la vida cuando entraron los fascistas en Santander huyendo a Francia donde residió hasta su muerte. En 1941, enterado del drama del incendio santanderino, realizó unos planos modélicos para la reestructuración de la ciudad que amaba. De haberse respetado dichos planos hoy gozaríamos de una ciudad modélica y se hubieran evitado los desastres y dispendios que se fraguaron en la reconstrucción santanderina posterior al incendio y que costaron, incluso, peleas físicas entre autoridades y la dimisión y defenestración del alcalde franquista, Emilio Pino, enfrentado a las fuerzas vivas de la ciudad que se aprestaron como cuervos a la tarea especulativa y de latrocinio por lo que padecemos una ciudad desastrosa en cuanto a urbanismo se refiere.
Otra cosa a tener en cuenta, que no se suele contar, es que la primera mujer concejal del Ayuntamiento de Santander, fue elegida en la época de la guerra. Se trataba de Consuelo Trueba, elegida concejala el uno de febrero de 1936 perteneciente al Sindicato de Profesiones Liberales de la CNT.
Siguiendo con los avatares del inicio de la guerra, hacemos notar el dato que el 18 de julio de 1936, había más flota en el puerto santanderino, el Tiburón, en el que la tripulación se mostraba favorable al golpe. El capitán Matojo que estaba al mando y ocho tripulantes afines fueron condenados a cadena perpetua mientras que el resto de los treinta soldados fueron absueltos. Estuvieron en la cárcel siendo liberados al entrar las tropas golpistas.
Durante el periodo republicano diversos historiadores e investigadores como Fernando Obregón, del que proceden gran número de los datos mostrados en este escrito, nos hablan de 800 personas asesinados en Santander y 343 desaparecidos que se distribuyen de la siguiente forma
Santander: 199 personas (en esta cifra se incluyen los asesinados en el Alfonso Pérez que fueron 159)
Reinosa: 90 personas
Corrales: 62 ,,
Torrelavega: 51 ,,
Camargo: 38 ,,
Castro: 42 ,,
Santoña: 38 ,,
Hacemos notar que, aunque hubiera sido uno solo de estos crímenes, sería condenable y execrable, puntualización que no hace falta incidir pero nos consta por experiencias pasadas que siempre se nos echará en cara la no implicación en la condena de los crímenes acaecidos en el periodo del Frente Popular.
En la parte terriblemente negativa de este periodo de tiempo anotamos a un personaje siniestro causante de infinito dolor y nombrado ¡cómo no! por los diputados citados al principio en sus diatribas parlamentarias. El gobernador Ruiz Olazarán nombró (y no controló ni expulsó del cargo) a Manuel Neila, creador de la checa famosa nombrada como la checa de Neila, que se encontraba en el palacete de la calle del Sol, que aún se mantiene y ha sido utilizada para diversos usos, Juzgado y Tercio de la Guardia Civil, que sepamos.
El citado comisario Neila fue promotor de siniestros paseos, torturas infames que se realizaban en la comisaria bajo sus órdenes y crímenes sin juicio en las personas de derechistas, sacerdotes o gente religiosa. La presencia de coches con hombres a su servicio se convirtió en el terror de derechistas, sacerdotes y personas de destacada ideología contraria al régimen republicano. Durante meses campó sin ningún tipo de cortapisa y es de destacar que el gobernador Ruiz Olazarán en ningún momento puso freno a sus criminales desmanes.
Cuando las tropas golpistas se acercaban a Santander, embarcó en uno de los buques que salían de la bahía, llegando a Francia donde fue detenido porque las autoridades republicanas le reclamaban dinero perteneciente a CNT, del que se había apropiado, siendo soltado poco después por la falta de jurisdicción francesa en delitos cometidos en España, consiguiendo embarcar hacia México donde vivió tranquilamente hasta su muerte. Se dice que se convirtió en ferviente católico llegando a procesar en una orden religiosa.
Hubo más checas en la ciudad, como la del Ayuntamiento, la de los Ángeles Custodios (era de la FAI) Esta checa tuvo el terrible honor de condenar al primer fusilado que fue Darío Bolado Borbolla, portero del hotel Ignacia en donde se había reunido las huestes de Falange poco antes del golpe.
De ahí surge la patraña del Faro. Historia que inventó la imaginación calenturienta de Concha Espina, contando como cierto que se tiraban sacerdotes por el faro, y que un farero se volvió loco al presenciar los crímenes. No ocurrió así, lo cual está recogido en la Causa General incoada por el gobierno franquista poco después de la guerra. No fue menos dramático la historia real. Las “sacas” de Neila se efectuaban de noche, muchos de los detenidos eran embarcados y tirados con pesas en los pies en la barra de la bahía, a la altura de la isla de Mouro, o bien “paseados” por las cercanías de Mataleñas y asesinados en la zona. Como caso curioso uno de los que se apuntó como asesinado en el Faro, lo fue, pero fusilado por los fascistas y está enterrado en la fosa de Ciriego.
El crimen del Alfonso Pérez, por conocido, no explicaré nada más que debe ser referido siempre en relación al terrible bombardeo sucedido el 27 de diciembre en el Barrio Obrero del Rey y zonas limítrofes. Fue la indignación producida por la visión de niños, mujeres y gente que paseaba ese nefasto domingo quien levantó la ira de un pueblo enloquecido encaminándose, al mando de Manuel Neila, hacia el barco prisión.
Hemos de decir que el gobernador Juan Ruiz Olazarán no se encontraba en Santander cuando ocurrieron estos hechos y que el diputado Bruno Alonso, se dirigió a la población por radio solicitando calma y no seguir con los desmanes.
Mención que merece Bruno Alonso, porque mantuvo una postura dignísima dándose la circunstancia que protegió a un diputado de la CEDA, Eduardo Pérez del Molino, compañero de escaño en Madrid, asegurando que quien intentara asesinar al diputado derechista pagaría con su vida. Sus acciones solicitando calma y salvando la vida de muchos derechistas hay que tenerlas en cuenta honrando su memoria como merece.
El obispo José Eguino y Trecu, fue detenido y poco después se le trasladó a Euskadi donde la vida del clero era respetada. A la llegada de las tropas fascistas regresó a Santander y tornó a su cargo de obispo. No tenemos noticias de ninguna intervención suya solicitando piedad para los fusilados, más bien al contrario, ya que el clero santanderino como el de todo el estado bendijo y fue coadyuvante entusiasta en las tareas represivas. Hoy la plaza que da entrada a la catedral santanderina, lleva su nombre.
Los religiosos que fueron asesinados en la provincia fueron trece. Seis agustinos, tres carmelitas, dos salesianos, un capucho y una oblata que fue la única monja asesinada. Hay que unir a esta cuenta el crimen perpetrado en las personas de curas de la Universidad Pontifica de Comillas y un escolapio de Villacarriedo.
Represión republicana y franquista en Cantabria (III)
Derrotadas las tropas leales y huidos la mayor parte de los altos cargos republicanos, la ciudad de Santander queda en absoluto desamparo. Poco antes había acogido a gran número de huidos vascos, los restos del derrotado ejército de gudaris y al lehendakari al que se le cede una casa cercana al Faro donde reside dos meses hasta que es rescatado en el avión Negus y trasladado a Francia . La población vasca acogida en Santander, llegó a las 180.000 personas, cifra que nos parece exagerada pero hemos contrastado con diversos historiadores y todos coinciden en esa aproximación.
Se ha acusado al gobierno vasco de los pactos de Santoña que realizó con el enemigo, cosa cierta, aunque no todos los soldados vascos bajaron las armas al caer Vizcaya, sino que algunos, de ideología izquierdista, siguieron luchando en el frente norte. La persecución religiosa que se realizaba en la provincia desagradaba mucho a los batallones vascos nacionalistas, que mantenían la fe y el respeto por su tierra sin mayores consideraciones hacia el gobierno nacional. Se dice que el lehendakari Aguirre, llamó a Ruiz Olazarán afeándole la persecución de religiosos (cerca de su residencia pudo ver durante un paseo el cadáver de un religioso) alejándole, en parte, de la precaria y dudosa fidelidad republicana que siempre tuvo .
Sea como fuere, el pacto de Santoña no fue respetado por Franco que no solía ser fiel a promesas con el adversario y siendo fusilados y encarcelados los gudaris que encontraron las tropas a su paso, así como una cantidad importante de sacerdotes vascos que mostraban fidelidad al gobierno autonómico y a la patria vasca, con lo que se desmonta otros de los mitos franquistas: la defensa de la religión y el respeto a la vida de los religiosos (sí lo hacían pero solo a los que estaban de acuerdo con el ideario nacionalsindicalista).
Llegadas a la ciudad las tropas italianas procedentes de la carretera de Burgos, es el teniente Francisco Delgado Recio quien de forma voluntaria, después de deliberaciones tensas en el Comité, y el capitán de Carabineros de San Sebastián, Ángel Botella Redondo, portando una triste bandera blanca, entregan la ciudad de Santander al general italiano, Bergonzoli, a la sazón jefe de la División Littororio que entra en la ciudad el 26 de agosto de 1937 sin apenas resistencia, ante el agasajo de los suyos y la desesperación de quienes han querido huir y no les fue posible por falta de sitio en los barcos que se prestaron a sacarlos de la ciudad.
Santander es una ciudad hambrienta, destartalada, que vive escenas terribles de desesperación en el puerto con gente intentando encontrar un sitio en las barcazas que parten sobrecargadas de gente, algunas de ellas zozobran en la misma barra de la bahía pereciendo su tripulación al completo. Los que consiguen huir navegan con el terror de ser interceptados por la flota franquista que controla las aguas, como ocurre con el barco en el que huya Matilde Zapata, que es retenido y al ser reconocida es trasladada a Ferrol para, posteriormente ser devuelta a Santander y fusilada.
La Quinta Columna, tan activa en esos últimos días ha repartido alcohol a los combatientes que se han refugiado en la ciudad y están agotados de la huida. El alcohol es bien recibido como ayuda para sobrellevar el miedo y la derrota. Los testigos que llegan a la ciudad manteniéndose sobrios, como Felipe Matarranz, observan a una población maltrecha y hundida, salvo los que reciben mano en alto a los vencedores que se aprestan a la venganza y a una violencia que durará demasiado.
Ha acabado la guerra para los/as santanderinas pero lo que les espera es mucho peor. Hambre, fusilamientos, rapados, ricino, violaciones y miedo, mucho miedo que se reparte entre las personas que perdieron la guerra y no pudieron huir.
Los vencedores no pierden tiempo, desde las primeras horas detienen a toda persona que no demuestre afinidad total con el Movimiento fascista. A los pocos días en Santander hay de 40.000 a 70.000 detenidos (según autores) que son repartidas por los diversos campos de concentración habilitados. En la Plaza de Toros, se concentran 5000 personas, durante tres o cuatro días no comen ni tienen ningún lugar para dormir, apiñándose en las gradas y en la arena. Los guardianes usan látigo ante la más mínima queja o simplemente por diversión, los malos tratos y las vejaciones son generalizados.
Campos de concentración habilitados para las detenciones:
La Magdalena. Campos de Sport del Sardinero. Hipodromo de Bellavista. Seminario de Corbán. Tabacalera. Salesianos. Ramón Pelayo. Oblatas. Salesas, y la Prisión Provincial.
A estos se une el penal del Dueso, al que desplazaron numerosos presos (entre ellos a mi tío abuelo, Anastasio Cañedo Mancebo) padeciendo un hacinamiento inverosímil además de hambre, carencias de higiene y salubridad. Los piojos, chiches además del hambre y enfermedades derivadas del hacinamiento, se llevó a gran parte de la población reclusa de todos los campos y cárceles de la provincia.
Es posible que en 1937 Santander tenga el dudoso honor de ser la ciudad con más presos políticos del mundo. Aunque no todos eran santanderinos puesto que habíamos recibido huidos de las zonas cercanas, también había presos santanderinos en otras ciudades de España. La población total de la región era de aproximadamente 80.000 habitantes, por lo más de la mitad estaban presos.
Como ejemplo puede servirnos los datos que nos ofrece la investigación de Antonio Ontañón, que indica que en solo cinco días después de entrar las tropas fascistas, el 31 de agosto, fueron inhumados en Ciriego noventa cadáveres, 27 de ellos identificados y 63 desconocidos.
Contaremos alguno de los ejemplos que nos han narrado: Manolita Pescador, joven de Monte, de solo 19 años fue fusilada el 17 de noviembre de 1937, su delito fue pasearse por el pueblo con un pistolón haciendo alarde de republicanismo. Fue asesinada junto a diez mujeres más en Ciriego. El 25 de mayo de 1938 hubo una ejecución colectiva en el patio de la prisión provincial a garrote vil de siete hombres. Había espectadores, que contemplaban la terrible agonía de los ajusticiados coreando con risotadas su muerte. El resto de la población penal de la cárcel sentía todo a través de las ventanas con el consiguiente pavor que debía producirles la vileza del espectáculo macabro.
Se considera que fueron más de mil las personas “paseadas” en Santander en los primeros meses de la entrada fascista.
El doctor Madrazo ejemplifica mejor que mil explicaciones el espanto de ese régimen criminal. Fue detenido el buen médico, contando 87 años. Su delito era ser librepensador, masón y hombre de ciencia además de desarrollar su hospital en la Vega de Pas, renovando el ideario de higiene y salud hospitalaria. Estuvo preso durante cinco años en Tabacalera, sin apenas comida, prácticamente tendido, debido a su edad y sus achaques, en una camilla. Cuentan testigos que han recogido historiadores, que las monjitas que andaban cerca le humillaban diciendo que estaba endemoniado, que nadie se acercara ni le tocara. Le mantuvieron prisionero hasta que viendo que se moría le soltaron…muriendo cinco días después con 92 años.
La enorme diferencia, que a mi juicio, ofrecen ambas represiones es que si en la época de guerra se produjeron crímenes execrables fueron cometidos a contrapié de las autoridades (discutible en el caso de Neila, puesto que nadie frenó su terror) No fue así la represión franquista que se trató, en todo momento, de un sistema represivo previsto y concebido para la eliminación física del adversario. Se trataba de eliminar a las personas que profesaban ideologías democráticas, a saber: liberales, republicanas, anarquistas, socialistas o comunistas. Se trató de “limpieza ideológica” y en las zonas con nacionalismos comunitarios, «limpieza étnica». Fue ejecutada y concebida desde la cúspide del poder. Absolutamente todas las sentencias de muerte producidas durante el franquismo fueron firmadas por la mano del general Franco, de notable impiedad hacia los reos. Recordemos que los últimos fusilamientos políticos se realizaron en 1975.
La represión sistémica se demuestra con la consideración de que poblaciones como Navarra (3000 asesinados) A Coruña (1421 ejecutados) Pontevedra (1114 ejecutados) Valladolid (1321 ejecutados) Zamora (1269 ejecutados) todas ellas zonas sublevadas donde no se produjo ninguna represión republicana. Es decir, entraron y asesinaron sin más causa o motivo que el ideológico.
Los batallones de trabajo fueron norma común utilizando la labor esclava de detenidos. A finales de 1938 existían en España, 120 batallones de trabajo integrados por 90.000 prisioneros, que enriquecían a empresas privadas y reconstruían un país que la guerra y los golpistas habían destruido.
Por no hablar del concepto de “gen rojo” que dio origen al terrible robo de bebés. Comenzado como acto de “salvación” de los hijos de rojas, los bebés nacidos en prisión eran entregados a familias adeptas al régimen. Al poco tiempo se descubre el pingüe negocio que supone la venta de esos bebés a familias sin hijos con lo que se concibe una labor empresarial que dura hasta hace bien poco y ha costado mucho erradicar. También citaremos al Patronato de Protección a la Mujer, documentado anteriormente como el genocidio más espeluznante emprendido por un estado fascista contra mujeres y sobre todo niñas. Aunque el franquismo solo hubiera realizado los crímenes que se cometieron bajo el epígrafe de la protección a mujeres y niñas, ya merecería la condena de la historia por genocidio sistematizado y debiera ser juzgado por los tribunales internacionales.https://www.lapajareramagazine.com/historia-de-un-genocidio-patronato-de-proteccion-a-la-mujer
En Cantabria los fusilamientos duraron hasta el treinta de abril de 1948, cuando fueron ejecutados en Ciriego cinco maquis pertenecientes a la Brigada Pasionaria. En febrero de 1956, se ejecutó a un chico de diecisiete años implicado en un robo en donde se mató a un policía.
Hubo muchos crímenes como los realizados en las personas de los maquis, bien fuera aplicando la ley de fugas o simplemente cazados y asesinados en el momento, como los más conocidos como Paco Bedoya (1957) Juanín(1956) pero las ejecuciones duraron hasta ese momento. Las torturas, vejaciones, violaciones fueron sistemáticas y podemos dar fe que duraron hasta muy entrada la Transición. El Patronato de Protección a la Mujer, duró hasta 1984.
Por todo ello, consideramos que no puede silenciarse y ampararse con la impunidad los execrables crímenes genocidas perpetrados por una de las dictaduras más sangrientas que han existido, y que las víctimas sean reconocidas y dignificadas como se hizo con las del bando republicano sin distinción ideológica ninguna. Hacemos constar que siguen en fosas más de 130.000 personas sin identificar, muchas de ellas en Cantabria y lo que se ha logrado hasta ahora ha sido gracias a la labor de Asociaciones y personas relacionadas con la Memoria en tareas y esfuerzos personales. Exigimos reparación y justicia así como castigo ejemplar a los culpables para NUNCA MÁS pueda volver a pasar lo que se vivió en nuestro país durante gran parte del siglo XX.
BIBLIOGRAFÍA
Gran parte de los datos, nombres, historias han sido extraídas de las obras de Antonio Ontañón (Rescatados del olvido) Fernando Obregón Goyoarrola (República, Guerra Civil y Posguerra en Santander 1931-1948) y José Ramón Saiz Viadero ( Crónicas sobre la Guerra Civil en Santander) y (Crónicas republicanas)
Mi agradecimiento más profundo a cualquiera de ellos porque su labor silente y solvente nos aporta la verdad histórica y prepara un futuro más libre por estar bien informadas.
In Memorian: Anastasio Cañedo Mancebo, Teniente miliciano del Batallón 134 Santander, fusilado en Derio, Vizcaya, el 28 de mayo de 1938. De Matilde Zapata, y la olvidada Manolita Pescador.
De las víctimas no reivindicadas y negadas por las autoridades de Cantabria, del terrible bombardeo del 27 de diciembre de 1936.
Y en general de todas las víctimas de la sinrazón que opacó la normalidad democrática en base a los intereses oligárquicos, eclesiales y militares de una minoría que se embarcó en una guerra que destrozó a una mayoría.
María Toca Cañedo.
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