Matteo Tomasoni
Universidad de Salamanca
1. Un monumento funerario vacío
El pasado 6 de marzo de 2024, Roberto Menia, exponente político italiano del partido Fratelli d’Italia y principal responsable del “Dipartimento Italiani nel Mondo”, utilizó la popular red social “X” para transmitir su personal satisfacción sobre la declaración de “Bien de Interés Cultural (BIC)”[1] del monumento funerario de la Guerra Civil, conocido como “Pirámide de los Italianos”. A lo que añadió, como remate final, de haber “impedito la spallata ideologica di chi vuole cancellare la storia” (obstaculizado el empuje ideológico de aquellos que quieren borrar la historia).
La noticia ha saltado rápidamente a varios medios italianos[2], aprovechando el hecho de que Menia llevaba por lo menos un año detrás de este ‘reconocimiento’[3], sin olvidar su intervención en el Senado italiano el pasado 14 de febrero de 2023. En su interpelación a los ministros de Cultura y del Interior, el senador les preguntaba
se il Governo spagnolo intenda realmente radere al suolo il mausoleo come annunciato dalla stampa, e se nel caso intendano intervenire, ognuno per le proprie competenze, presso il Governo spagnolo per scongiurare la demolizione di un’opera che, anche se non costudisce più spoglie di italiani, rappresenta un monumento di testimonianza funebre e di ‘pietas’, che merita rispetto umano a prescindere dalle connotazioni politiche o nazionali dei caduti a cui fu dedicato[4].
A raíz de estas declaraciones, las dudas surgen espontáneas. ¿Por qué tanto interés – tras años de total abandono – por la pirámide? ¿A qué tipo de “intervención” se refiere el senador en sus declaraciones? ¿Con qué finalidad? Como todo el mundo entenderá, no son preguntas al azar, sino marcadas por un claro interés político. No obstante, antes de averiguar algunas de estas cuestiones, quizás sea necesario, por rigor histórico, hacer un breve repaso de la historia de la pirámide. El proyecto de erigir un “mausoleo funerario” en el recóndito puerto del Escudo surgió a partir del mes de junio de 1938, cuando el arquitecto y escultor Attilio Radic (que había participado a la ofensiva del norte como voluntario del CTV) propuso un monumento que pudiera albergar los cuerpos de los legionarios caídos en las batallas del año anterior (incluyendo la toma de Santander). Al proyecto de Radic se sumó rápidamente el capelán militar y pintor Pietro Bergamini, quién fue el artífice material de su construcción tras el visto bueno del mismo Gastone Gambara (entonces comandante en jefe del CTV)[5]. En cuanto al diseño, Radic planteó una estructura piramidal con la clara voluntad de reproducir aquella “visión romántica de la antigüedad”, utilizando por ello los cenotafios egipcios. El historiador del arte José Miguel Muñoz Jiménez, plantea en su investigación que este edificio funerario correspondía al gusto del art decó probablemente inspirado a las antiguas pirámides Meroe de Sudán, conocidas por los italianos a través de su experiencia colonial. No menos importante era el perfil escalonado de la misma, que pudo simbolizar – al igual que los mausoleos de la Gran Guerra (los Sacrari Militari de Redipuglia y del Monte Grappa) – una «simbólica subida hacia el cielo» como una especie de «montaña ascensional» metafísica[6]. Sea cual fuera la voluntad representativa, la pirámide fue construida con celeridad y completada a comienzos del verano siguiente. El 13 de julio de 1939, aprovechando una gira del Conde Galeazzo Ciano – yerno de Mussolini – por España[7], se presentó el monumento, aunque la inauguración oficial se acabaría celebrando el 26 de agosto (aniversario de la toma de Santander por el CTV). En el interior de la pirámide fueron enterrados los restos de 360 legionarios, después de haber sido exhumados de los precarios cementerios esparcidos por el valle de Valdebezana y alrededores.
El comienzo de la Segunda Guerra Mundial y la entrada de Italia en el conflicto a partir del junio de 1940 interrumpieron la visita de los italianos (en su mayoría ex combatientes) a los campos de batalla de la Guerra di Spagna, alejando de la memoria colectiva un monumento ya de por sí ubicado en un lugar aislado. A partir de los años cincuenta y sesenta las peregrinaciones de exlegionarios, interesados o simples visitantes ocasionales, favoreció una tímida vuelta de los italianos hacia las Merindades (donde el recuerdo de su paso en 1937 quedaba patente en la memoria oral y también gráfica del lugar). En mayo de 1971 se produjo un accidente que produjo diez muertos a efectos de la salida de un autobús repleto de excombatientes y sus familiares, en una de las curvas próximas al monumento. La tragedia fue comentada por la prensa nacional italiana, refiriéndose a un “anónimo” cementerio de guerra perdido en el puerto del Escudo[8]. A raíz del triste episodio, en 1975 el Gobierno italiano decidió el traslado de los restos de los soldados de la pirámide en el más conocido santuario-mausoleo de San Antonio de Padua en Zaragoza (Sacrario Militare Italiano), finalizado durante el segundo conflicto mundial e inaugurado en julio de 1945[9]. A partir de allí, la pirámide “vaciada” fue abandonada a su destino, siendo visitada por algunos curiosos y vandalizada con el paso del tiempo, perdiendo cualquier connotación de lugar histórico-memorialístico. Desde entonces, el debate se centró en quien ostentaba la efectiva propiedad del conjunto, hablando en más de una ocasión de extraterritorialidad, bien de interés o simplemente propiedad del Gobierno italiano. Y esto hasta nuestros días, más concretamente hasta el mes de febrero de 2023, cuando la interpelación de Roberto Menia y el inmediato interés de los diputados de Vox en Castilla y León, volvieron a remover las entrañas de un monumento ya de por sí caído en el olvido.
2. De “la pirámide” a “Bien de Interés Cultural”, pasando por la “Ley de la Concordia”
Entre los años setenta y el comienzo del siglo XXI, la pirámide ha sido omitida del espacio público y relegada a categoría de “monumento-fantasma”. En los últimos años, las referencias a este lugar se han limitado a las publicaciones de especialistas como Javier Rodrigo, Dimas Vaquero o Carlota Martínez[10], aunque en tiempos más recientes el estudio dedicado a la “monumentalistica” de la guerra civil ha destapado nuevos enfoques. Me refiero sobre todo a la obra de Miguel Ángel del Arco Blanco quién, en su Cruces de memoria y olvido, pone al centro de la atención la cuestión de la herencia física del conflicto a través de los monumentos y de la simbología que se ha quedado incrustada en ellos. Al respecto, el historiador granadino afirma que «el problema no se encontraba en la historia de la guerra y el franquismo sino en la memoria», precisando que se trata de una «memoria anclada en un presente que la condiciona y que hace que forme parte de la agenda política para construir el futuro»[11]. El libro en cuestión viene, además, a manifestar el problema de la memoria histórica y de cómo hemos de confrontarnos (y no enfrentarnos) a nuestro pasado.
En línea con la necesidad de recuperar el conocimiento sobre los hechos y las personas que pasaron por este lugar, no podríamos dejar de hablar de sus directos protagonistas. Por un lado, la reciente publicación de la muy recomendable obra de Javier Muñoz Soro, Morir lejos de casa[12], nos pone en la condición de aproximarnos a las vivencias de algunos de estos combatientes italianos. A través de fuentes primarias como las cartas que los legionarios enviaban a sus familias, el investigador madrileño nos brinda la ocasión de conocer sus experiencias, sus vicisitudes e impresiones de un conflicto en el que jugaban un papel no sólo militar sino – y sobre todo – ideológico. Especialmente interesante es el diario del teniente Dario Grixioni, cuya detallada descripción de los largos descansos a la espera de la acción – precisamente en las Merindades –, nos permiten ahondar en las relaciones con la población local o la vida cotidiana en el frente y la retaguardia[13]. Por el otro, la labor – a menudo en la sombra – de apasionados del lugar y auténticos “guardianes” de aquella memoria, como es el caso de José Luis García Ruíz, Chelu para los amigos de la Comarca, quién ha dado origen a una investigación que se ha interesado por el paso de los italianos por el norte de Burgos, testimoniado por la ingente cantidad de “grafiti” encontrados en las Merindades. Se trata de lemas, nombres y una omnipresente simbología fascista esculpida en las rocas por los legionarios y que en breve serán recompilados en una obra que editará la Diputación de Burgos[14].
La actualidad está no obstante en otro ámbito bien distinto al de la divulgación científica y del debate histórico. Como ya hemos visto, la Junta de Castilla y León (JCyL), ha presentado y obtenido – bajo iniciativa directa del grupo político Vox – el reconocimiento de la pirámide como BIC[15]. La estrategia de este partido ha sido muy clara: aprovechar la Ley de Memoria Democrática para justificar una propuesta que, de por sí, no tenía mucho sentido, por el simple hecho de que la pirámide había sido “abandonada” por el mismo Gobierno italiano desde la exhumación y traslado de 1975. La JCyL en su ordenanza se avala de informes elaborados por la Universidad de Burgos y por la Institución Fernán González-Academia Burgense de Historia y Bellas Artes (ambos de 2023), no llegándose a incluir el informe de la Asociación para la Reconciliación y Verdad Histórica, firmado por el arquitecto José Ismael de la Barba Palacio, ya colaborador de la Fundación Francisco Franco en su intento de paralización de la exhumación del dictador en 2019[16].
Ahora la cuestión no es tanto en cómo recuperar este “patrimonio cultural” (siempre y cuando sea esta la intención política), sino con qué fin. Desde un punto de vista jurídico, podría considerarse incongruente la idea de preservar un monumento construido por un régimen fascista, avalándose en una Ley que en su art. 35 (cap. IV, sección 1):
«considera contrarios a la memoria democrática las edificaciones, construcciones, escudos, insignias, placas y cualesquiera otros elementos […] en los que se realicen menciones conmemorativas en exaltación, personal o colectiva, de la sublevación militar y de la Dictadura, de sus dirigentes, participantes en el sistema represivo o de las organizaciones que sustentaron la dictadura, y las unidades civiles o militares de colaboración entre el régimen franquista y las potencias del eje durante la Segunda Guerra Mundial»[17].
Desde Italia, el partido de Roberto Menia, Fratelli d’Italia – que muchos guiños le ha proporcionado a Vox (incluyendo una “apasionada” aparición de Giorgia Meloni en la campaña política de junio de 2022) –, ha aprovechado el tirón para “sensibilizar”, incluso entre sus propias filas, sobre la causa de la pirámide. De allí los vítores del senador que no ha tardado en autoproclamarse como el “salvador” del conjunto funerario[18], aunque desde España los representantes de Vox, y especialmente el vicepresidente de la JCyL, Juan García-Gallardo, se ha apresurado a asumir el papel de portavoz de la petición. En sus declaraciones del pasado 29 de febrero, el vicepresidente ha reiteradamente expuesto la necesidad de salvar a un monumento «único […] con una estética y belleza singular» y amenazado por «una ley sectaria». Lo que sin embargo parece haber olvidado el Sr. García-Gallardo, es que para hacer de la pirámide – cito textualmente – «un documento de lo que se ha vivido en España en la guerra civil como legado para las siguientes generaciones»[19], no deberíamos limitarnos a su arquitectura y estado de conservación o la belleza estética de este lugar y de su entorno, sino también al problema – mucho más urgente – de su contextualización histórica.
El respaldo a García-Gallardo ha sido unánime entre las filas de su partido, como ha sido especialmente en el caso del consejero de Cultura, Turismo y Deporte de la JCyL (también perteneciente a Vox) – Gonzalo Santonja Gómez – quién ha puesto el foco de la atención política y mediática hacia el valor histórico, artístico y paisajístico del conjunto funerario, sin todavía dejar de reiterar el peso político de esta decisión ante las oposiciones, al afirmar que «la historia es también lo que no les gusta»[20]. Por su parte, la oposición ha intervenido en las Cortes con una contestación que ha endurecido el enfrentamiento ideológico, motivando su acusación más en el origen fascista del monumento, que en su posible uso memorialístico[21]. No ha faltado tampoco la reacción de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica que, a través de su blog, ha informado sobre su voluntad de denunciar a la JCyL por «enaltecimiento del fascismo y humillación a las víctimas de la dictadura franquista»[22].
Pero la cosa no acaba aquí. El pasado 26 de marzo, los portavoces del PP y Vox en la JCyL, Raúl de la Hoz Quintano y Carlos Menéndez Blanco respectivamente, han registrado la proposición de “Ley de Concordia de Castilla y León”. El impacto mediático generado por lo que intentará ser una nueva normativa, ha puesto de manifiesto la voluntad explicita de derogar el decreto de Memoria Histórica aprobado en 2018. En parte, este texto no sólo mira a cumplir con uno de los pactos de Gobierno firmados en su día entre PP y Vox (coincidiendo, además, con la inminente votación de los presupuestos de la Comunidad), sino también – en palabras de Menéndez Blanco – de «reivindicar la historia común, entendida como elemento integrador para la reconciliación, combatiendo cualquier intento de quienes tratan de utilizarlas para dividir a los españoles»[23]. Las dos agrupaciones políticas hablan de acabar con una visión “sectaria y sesgada” de la historia española, de incluir como “víctimas” a todos los perseguidos desde 1931, de cooperar con agrupaciones que demuestren estar trabajando para “la concordia” y, dulcis in fundo, apartar las asociaciones memorialistas de una futura “Comisión de Exhumación” que se hará cargo – cabe preguntarse si, exclusivamente – de la «prestación del servicio de búsqueda, localización, exhumación e identificación de los restos de las víctimas»[24]. Por lo visto, lo ocurrido en Castilla y León no difiere mucho de lo que algunos periodistas han llamado la “ofensiva legislativa” del dúo PP-Vox, ya presentado el pasado 21 de marzo también en la Comunidad Valenciana[25]. Lo que llama particularmente la atención es que en ningún caso se haga referencia a la dictadura franquista ni, aún más sorprendente, se recoge una condena expresa a lo ocurrido en el periodo comprendido entre 1936 y 1978. Según el PP la referencia es “implícita” en el texto, pues los tres periodos a lo que alude – Segunda República, guerra civil y franquismo – «están conectado historiográficamente», aunque la norma «no equipara en ningún caso la república con la dictadura»[26]. Unas declaraciones que pueden parecer algo forzadas y sin duda no exentas de polémica, ya que la citada proposición de ley apela a un rigor histórico y a un criterio científico que brillan por su ausencia. Así mismo, no menos afortunadas han sido las referencias – siempre según Raúl de la Hoz – de que “nosotros no somos historiadores” y que las “víctimas son víctimas en todo caso”. Al respecto, creo que sea suficiente recordar las reflexiones del historiador italiano Carlo Ginzburg quién, hace ya tiempo, afirmó que «concebir la historia como un proceso judicial simplifica y empobrece sus conclusiones, que deberían prestar tanta atención al contexto en que se produjeron los crímenes como a la intención del criminal»[27]. Una advertencia que deberíamos preservar al igual que nuestra frágil y politizada memoria.
3. ¿Una memoria estancada? A la sombra del ejemplo alemán
Llegados hasta aquí y ante la evidencia de las intenciones políticas que han movido la declaración de la pirámide a BIC (sin olvidar el peso político de la proposición para una “Ley de la Concordia”), creo que es oportuno volver a las preguntas iniciales. ¿Qué intereses hay detrás de su protección como Bien de Interés Cultural? Recientemente, el investigador Alfredo González-Ruibal ha centrado su análisis sobre el caso de la pirámide y de la nueva Ley de memoria democrática de Aragón, haciendo hincapié en el problema del “terraplanismo sociológico”. Se trata de una forma de negacionismo empapada de intencionalidad política, en la que – dicen sus defensores – sea el ciudadano quién «analice el pasado histórico sin recibir consigna». Lo que, a fin de cuentas, está ocurriendo precisamente en el caso que estamos aquí analizando. En las explicaciones de la JCyL (y especialmente en las ya mencionadas declaraciones de su vicepresidente), se pone el foco de la atención en la estética del monumento, dejando de un lado su interpretación histórica y omitiendo deliberadamente afirmar – o por lo menos “recordar” – que fue el fascismo quién lo levantó. Con el agravante de que se acabe por legitimar, o peor aún, normalizar[28], un discurso que remita a un fascismo entendido como «una opción política más»[29].
La cuestión de la memoria colectiva no puede reducirse a una mera imposición política, pues no se trata de reconducir la memoria hacia algo subjetivo y personal, como sin embargo pretenden algunos. Según el historiador Christoph Corneliβen, de la Goethe-Universität Frankfurt, y todo un experto en cuanto a las “culturas de la memoria”, el gran desafío al que nos enfrentamos mira a como remembrar «bajo las exigencias cambiantes del presente». La cuestión, afirma el historiador alemán, es la necesidad de mantener viva una “autorreflexión permanente” que favorezca la creación de una memoria cultural inclusiva, ya que «en la estela del actual cambio comunicativo, museos, bibliotecas y monumentos […] han pasado cada vez con más fuerza a asumir la función de foros para la autocomprensión social de la cultura de la memoria del presente»[30].
Esta importante reflexión dirige nuestra atención hacia el caso del que habla Corneliβen, y que no es otro que Alemania. Desde hace décadas, especialmente a partir de los años ochenta, en ese país se ha elaborado un proyecto basado en el «análisis crítico de la guerra, la dictadura, los crímenes cometidos por motivos ideológicos y la injusticia política en el siglo XX y el recuerdo de las víctimas de persecuciones»[31]. Entre las principales estrategias del Gobierno alemán para enfocar la atención y, al mismo tiempo, cautivar a su comunidad sobre la importancia de la memoria, encontramos la Vergangenheitsbewältigung y la Geschichtsaufarbeitung (traducibles como “revisión” y “procesamiento” del pasado). Dos propuestas «que hacen referencia al complejo proceso de afrontar el pasado», cuyo principal propósito no sería otra cosa que la Bewältigung, o sea la «asimilación activa del pasado [que] implica la voluntad y la disposición a recordar el pasado oscuro»[32]. Ejemplar en este sentido es lo que Alemania ha hecho con su herencia “nazi”: aunque en un principio, República Federal y República Democrática tuvieron una percepción distinta (y sin duda divergente) sobre el grado de corresponsabilidad de la etapa nacionalsocialista, tras la unificación este legado ha permitido crear un nuevo (y compartido) proceso de «auto-entendimiento político-cultural»[33]. Testimonio de ello, son algunos de los emblemáticos “lugares de la memoria”, como el Topographie des Terrors en Berlín o el NS-Dokumentationszentrum München, sólo para citar un par de casos.
Construidos ambos sobre “localizaciones históricamente problemáticas” como el palacio Prinz-Albrecht, desde 1934 sede de la Gestapo y del Reichsführers-SS Heinrich Himmler, o el palacio Barlow, sede central del NSDAP entre 1930 y hasta 1944, se han convertido en lugares donde reflexionar y conocer a fondo no sólo lo que fue el régimen nazi, sino lo que representó. Ambas visitas no dejan indiferentes: aunque el espacio aparezca como musealizado, su organización y la forma con la que el visitante – más o menos especializado – interactúa con su entorno, le permite manejar la memoria con veracidad y profundidad[34]. No menos importantes son los Campos de concentración esparcidos por todo el territorio alemán (y no sólo), que bien identifican el paroxismo ideológico del nacionalsocialismo. Los casos que conozco de primera mano, Dachau en Múnich y Sachsenhausen en Berlín, pueden ser muy significativos en este sentido: no sólo son obligatoriamente visitados por los alemanes durante su periodo de formación escolar[35], sino convierten sus entrañas en un recorrido didáctico-cultural cuyo fin no es otro que la memoria. Así que, al igual que los grupos escolares, durante la visita estamos animados a llevarnos una “impresión personal” ya que – como se manifiesta en las propias webs – «pueda ayudar a procesar y clasificar personalmente las impresiones adquiridas»[36].
La Guerra Civil española y el franquismo representan, al igual que el régimen nazi y la Segunda Guerra mundial por Alemania, la experiencia más traumática de la historia reciente de España. Según Walther Bernecker, en el caso español «la guerra que representa el núcleo de la cultura de la memoria discutida fue en primera línea una guerra civil» cuyo legado se podría expresar con el titular de “la desmemoria de la memoria”[37]. Esto se debe, a la gran distancia que han asumido la historiografía y la memoria social, que no puede justificarse únicamente a través de la “tardía” vuelta de España al sistema democrático. El problema principal está en las narrativas de la memoria y el enfoque que tenemos que utilizar para su comprensión: en este sentido, valdría el consejo de James Young en su The Texture of Memory. Holocaust Memorials and Meaning: «solo el continuo estudio de ese pasado proporciona una conciencia y entendimiento crítico»[38]. Este es, en definitiva, el fundamento del paso, recordando a Corneliβen, desde una memoria colectiva a una “cultura de la memoria”: «la interiorización de los acontecimientos claves del pasado, además de informar sobre los orígenes del orden social existente, contribuiría a establecer un horizonte tanto para el presente como para el futuro»[39].
Creo que el objeto de esta larga exposición, la “pirámide de los italianos”, puede entrar perfectamente en esta dinámica interpretativa. Como muchos historiadores venimos defendiendo – y ante la “brecha” existente entre la academia y el espacio público – se trata de interpretar y contextualizar la forma con la que nos aproximamos al pasado, incluso a través de los objetos o, como en este caso, de los monumentos. Como ha señalado el historiador Miguel Ángel Del Arco Blanco, para no caer en el error de “acabar con una visión del pasado” y quedarnos “impasibles antes unos símbolos cargados de significado”,
«no bastará sólo con retirar los monumentos: hacerlo generará un vacío en la memoria pública, un silencio sobre un tema demasiado importante que debemos afrontar. […] No es posible escapar a la historia de una guerra civil y de una dictadura como la franquista. Hay que completar estas iniciativas con una memoria plural, que con la historia como buena consejera ayude a reconocer el doloroso pasado»[40].
De esto se trata. El monumento, los símbolos, el lugar y sus interlocutores representan un unicum que debe ser preservado en cumplimiento de una cultura de la memoria, que sea colectiva, plural y, sobre todo, viva. Para ello es necesario que a los historiadores se nos permita hacer de trámite en este proceso de asimilación (Bewältigung), que se fomente la interpretación, el diálogo y la puesta en común de las experiencias colectivas. Contextualizar significa “situar algo en un determinando contexto”, y esto es posible sólo si tenemos los instrumentos para hacerlo. La voluntad política debería pensar en primer lugar a estas cuestiones y a la importancia de la memoria, antes de empeñarse en debates ideologizados defendiendo su particular visión de lo que es el bien o el mal. Quizás, algún día, seamos capaces de convertir la pirámide (y así, muchos otros lugares de España y de Europa) en un espacio crítico, un lugar donde la reflexión y el diálogo constante con la colectividad sean el instrumento de interpretación de un pasado que, a fin de cuentas, nos pertenece a todos.
Notas
[1] “Cultura, Turismo y Deporte protege con su declaración BIC la Pirámide de los Italianos, un singular monumento funerario de la Guerra Civil”, Junta de Castilla y León, URL: https://comunicacion.jcyl.es/web/jcyl/Comunicacion/es/Plantilla100Detalle/1281372051501/NotaPrensa/1285371086756/Comunicacion.
[2] “La ‘Pirámide de los Italianos’ fascista che ora è un bene di interesse culturale in Spagna”, Il Post, 6/03/2024; “L’intervento. Salvata la ‘Piramide de los Italianos’ dai talebani della cancel culture”, Secolo d’Italia, 6/03/2024.
[3] “Graves protestas en el Senado Italiano contra la Ley de Memoria Democrática de Sánchez”, Asociación por la reconciliación y verdad histórica, 20/02/2023, URL: https://verdadhistorica.org/noticias/italia-defiende-piramide-italianos/.
[4] “Legislatura 19ª – Atto di Sindacato Ispettivo n. 4-00224”, Senato della Repubblica, URL: https://www.senato.it/japp/bgt/showdoc/19/Sindisp/0/1368746/index.html
[5] Según algunas de las fuentes citadas a continuación, Bergamini fue quién se asumió el mérito de la obra (lo demuestran las fotos tomadas en ocasión de la visita de Ciano en julio de 1939), marginando el trabajo realizado por Attilio Radic y su proyecto inicial.
[6] MUÑOZ JIMÉNEZ, José Miguel, “Una arquitectura de la memoria: tipo, estilo y simbología de la Pirámide de los Italianos en el puerto del Escudo (1938-1939)”, Racbasj, XXXI, 2017, pp. 129-131. Defiende esta tesis también HERNANDO GARRIDO, José Luis, “«Por España y por mi fe aquí muerto me quedé». Sobre monumentos franquistas de la Guerra Civil española (1936-1939) en la provincia de Burgos”, Locus Amoenus, 19 (2021), p. 291.
[7] TOMASONI, Matteo, “La imagen del Estado franquista en los Cinegiornali Luce (1939-1943)”, en CRUSELLS VALETA, Magí (et. al.), Historia y cine. El primer franquismo 1939-1945, Universidad de Barcelona, 2020, pp. 204-206. RODRIGO, Javier, La guerra fascista. Italia en la guerra civil española (1936-1939), Madrid, Alianza, 2016, pp. 303-308.
[8] PETRUCCI, Enrico, “L’insolita storia. Pirámide de los italianos tra demolizione e salvataggio”, Storia in Rete, 3/03/2023, URL: https://storiainrete.com/piramide-de-los-italianos/.
[9] VAQUERO, Dimas, Aragón con camisa negra. Las huellas de Mussolini, Zaragoza, Rolde, 2011, pp. 282-290.
[10] RODRIGO, Javier, La guerra fascista, cit.; VAQUERO, Dimas, Credere, Obbedire, Combattere. Fascistas italianos en la Guerra Civil española, Zaragoza, Mira, 2007; MARTÍNEZ SÁEZ, Carlota, La Presencia italiana en la Guerra Civil Española: El Corpo Truppe Volontarie en la provincia de Burgos, Trabajo Fin de Máster, Universidad de Valladolid, 2014, URL: https://uvadoc.uva.es/handle/10324/8295.
[11] DEL ARCO BLANCO, Miguel Ángel, Cruces de memoria y olvido, Los monumentos a los caídos de la guerra civil española (1936-2021), Barcelona, Crítica, 2022, p. 301.
[12] MUÑOZ SORO, Javier, Morir lejos de casa. Las cartas de los soldados italianos en la Guerra Civil española, Madrid, Marcial Pons, 2022.
[13] Ivi, pp. 136-153.
[14] GARCÍA RUÍZ, José María, El legado del Corpo Truppe Volontarie en las Merindades burgalesas, de próxima publicación [2024].
[15] “ACUERDO 16/2024, de 29 de febrero, de la Junta de Castilla y León, por el que se declara la Pirámide de los Italianos, en Valle de Valdebezana (Burgos), Bien de Interés Cultural con categoría de Monumento”, BOCYL, 45, 4/03/2024, pp. 190-193. Acuerdo rectificado por el BOE, 64, 13/03/2024, Sec. III, pp. 29929-29932.
[16] MONTERO, Luis Miguel, “Desvelamos todos los datos del informe que tiene paralizada la exhumación del cuerpo de Franco del Valle de los Caídos”, El Cierre Digital, 2/03/2019, URL: https://elcierredigital.com/investigacion/462007591/informe-paraliza-fanco.html. El documento en cuestión se ha publicado bajo el título de: “Informe sobre el valor arquitectónico del túmulo denominado: pirámide de los italianos”, 20/02/2023, URL: https://verdadhistorica.org/wp-content/uploads/2023/02/INFORME-SOBRE-EL-VALOR-ARQUITECTONICO-DE-LA-PIRAMIDE-DE-LOS-ITALIANOS.pdf.
[17] “Ley 20/2022, de 19 de octubre, de Memoria Democrática”, BOE, 252, 20/10/2022, p. 31, URL: https://www.boe.es/buscar/pdf/2022/BOE-A-2022-17099-consolidado.pdf.
[18] «Querían demolerlo por considerarlo un monumento fascista, pero después de mis preguntas en el Parlamento y después de comparecer personalmente en España en el proceso, lo impidimos». Cfr., “El partido de Meloni celebra que la Pirámide se salve de la «ideología ciega de la izquierda española»”, El Correo de Burgos, 2/03/2024, URL: https://www.elcorreodeburgos.com/burgos/provincia/240302/190547/partido-meloni-celebra-piramide-salve-ideologia-ciega-izquierda-espanola.html. A estas declaraciones, le han seguido las de Giorgia Meloni, véase: “El partido de Giorgia Meloni agradece a Vox haber salvado la Pirámide de los Italianos”, El Español, 2/03/2024, URL: https://www.elespanol.com/castilla-y-leon/region/20240302/partido-giorgia-meloni-agradece-vox-salvado-piramide-italianos/836916347_0.html.
[19] “Cultura, Turismo y Deporte protege con su declaración BIC la Pirámide de los Italianos, un singular monumento funerario de la Guerra Civil. Intervención del vicepresidente de la Junta [Juan García-Gallardo]”, Junta de Castilla y León – Comunicación, URL: https://cmcmedia.jcyl.es/media/audio/2024/2-FEBRERO/20240229%20AUDIO%20INTERVENCION%20VICEPRESIDENTE%20PIRAMIDE%20ITALIANOS.mp3
[20] NAVARRO, Juan, “Castilla y León declara Bien de Interés Cultural la Pirámide de los Italianos, un monumento fascista de Burgos”, El País, 29/02/2024, URL: https://elpais.com/cultura/2024-02-29/castilla-y-leon-declara-bien-de-interes-cultural-la-piramide-de-los-italianos-un-monumento-fascista-de-burgos.html.
[21] La referencia es a la intervención de Juan Pablo Fernández Santos (Grupo Mixto), en el pleno del pasado 13 de marzo. Véase, “Pleno – 067T”, Mediateca de las Cortes de Castilla y León, 13/03/2024, URL: https://mediateca.ccyl.es/watch?id=NTFkZTU4YzQtODhmNi00YjQ2LTlmYWQtNjM4M2ZlNzZhZmUw.
[22] “Denunciarán a la Junta de Castilla León por el enaltecimiento de asesinos fascistas italianos”, ARMH, URL: https://memoriahistorica.org.es/denunciaran-a-la-junta-de-castilla-leon-por-el-enaltecimiento-de-asesinos-fascistas-italianos/.
[23] CORNEJO, Laura, “PP y Vox presentan la Ley de Concordia de Castilla y León que deroga el decreto de Memoria Histórica y omite la condena de la dictadura”, El Diario.es, 26/03/2024, URL: https://www.eldiario.es/castilla-y-leon/politica/pp-vox-presentan-futura-ley-concordia-deroga-decreto-memoria-historica-omite-condena-dictadura_1_11244001.html. Véase también la declaración completa del portavoz de Vox en la web del partido, URL: https://www.voxespana.es/noticias/vox-registra-en-castilla-y-leon-una-proposicion-de-ley-de-concordia-20240327.
[24] “Las claves de la Ley de Concordia de Castilla y León: amplía el reconocimiento de víctimas hasta 1931”, El Debate, 2/04/2024, URL: https://www.eldebate.com/espana/20240327/claves-polemica-ley-concordia-castilla-leon-amplia-reconocimiento-victimas-hasta-1931_184919.html.
[25] BONO, Ferran, “El PP y Vox presentan en Valencia una ley de Concordia que se remonta a 1931 e incluye “a las víctimas de la violencia del Frente Popular”, El País, 21/03/2024, URL: https://elpais.com/espana/comunidad-valenciana/2024-03-21/el-pp-y-vox-presentan-en-valencia-una-ley-de-concordia-que-se-remonta-a-1931-e-incluye-a-las-victimas-del-frente-popular.html.
[26] “PP y Vox registran la Ley de Concordia de Castilla y León que derogará el decreto de Memoria Democrática”, RTVE.es, 26/03/2024, URL: https://www.rtve.es/noticias/20240326/pp-vox-registran-ley-concordia-castilla-leon/16033031.shtml.
[27] GINZBURG, Carlo, El juez y el historiador. Acotaciones al margen del caso Sofri, Madrid, Anaya, 1991, pp. 18-24 y 104-112; citado en GARCÍA, Hugo, “Los testimonios sobre la represión franquista: la mirada de las víctimas y la judicialización de la historia”, Historia y Política, 14 (2005), p. 290.
[28] «Los planteamientos de la derecha radical se han normalizado y han sido aplicados por muchos partidos de la derecha tradicional […]. El cambio es muy profundo y se extiende a todos los niveles de la política» Cfr., RODRIGO, Javier y FUENTES CODERA, Maximiliano, Ellos, los fascistas. La banalización del fascismo y la crisis de la democracia, Barcelona, Deusto, 2022, p. 156.
[29] “GONZÁLEZ-RUIBAL, Alfredo, “Terraplanistas de la memoria”, Público, 18/03/2024, URL: https://blogs.publico.es/otrasmiradas/81285/terraplanistas-de-la-memoria/.
[30] CORNELIΒEN, Christoph, “Del recuerdo colectivo al recuerdo cultural”, Goethe-Institut – España, URL: https://www.goethe.de/ins/es/es/kul/sup/eri/20542299.html?forceDesktop=1.
[31] “Cultura viva de la memoria”, La actualidad de Alemania – Tatsachen über Deutschland, URL: https://www.tatsachen-ueber-deutschland.de/es/vivir-en-alemania/cultura-viva-de-la-memoria.
[32] LEIBRANDT, Isabela, “El papel de Alemania en la construcción de la memoria colectiva e identidad cultural europea”, Revista Universitaria Europea, 11 (2009), pp. 106-109.
[33] BERNECKER, Walther L., “’Superación del pasado’ y ‘memoria histórica’: similitudes y diferencias entre Alemania y España”, Memoria y Narración, 2 (2021), p. 10.
[34] Véase especialmente la presentación del equipo científico, empezando por el enfoque de la Dra. Andrea Riedle, directora de este centro de interpretación: “„Topographie des Terrors“ – Geschichte und Bedeutung”, URL: https://www.topographie.de/bildungsangebote/online-angebote-digitales/filmbeitraege-zum-historischen-ort.
[35] GONZÁLEZ MORERA, Rafael, “La memoria histórica de Alemania”, El Diario.es, 11/07/2016, URL: https://www.eldiario.es/canariasahora/canarias-opina/memoria-historica-alemania_132_3906593.html.
[36] “Zur Vor- und Nachbereitung des Gedenkstättenbesuchs”, Gedenkstätte und Museum Sachsenhausen, URL: https://www.sachsenhausen-sbg.de/bildungsangebote/vorbereitung-des-gedenkstaettenbesuchs/.
[37] BERNECKER, Walther L., “’Superación del pasado’ y ‘memoria histórica’”, cit., pp. 11-12.
[38] YOUNG, James E., The Texture of Memory: Holocaust Memorials and Meaning, New Haven, Yale University Press, 1993, p. 21.
[39] SIMON, Vera Caroline, “Memorias culturales nacionales y europeas”, Jerónimo Zurita, 86 (2011), p. 57.
[40] DEL ARCO BLANCO, Miguel Ángel, Cruces de memoria y olvido, cit., p. 323.
Fuente: Conversación sobre la historiaPortada: Foto antigua de la porámide, de la “Samot – Santander” (Genova, Archivio della Provincia di Genova dei Frati Minori Cappuccini, reproducida en José Miguel Muñoz Jiménez, La Pirámide de los Italianos en el puerto de El Escudo – PD Italy)(publicada en 2023 en storiainrete.com)
Ilustraciones: Conversación sobre la historia
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