dimarts, 9 d’abril del 2024

Puerto Real ofrece un entierro digno a los fusilados en el franquismo

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El homenaje fue anónimo porque los restos no han podido ser identificados

Puerto Real ofrece un entierro digno a los fusilados en el franquismo.

Puerto Real ofrece un entierro digno a los fusilados en el franquismo. / EFE

Efe

La memoria de unas 180 personas que fueron fusiladas al comienzo de la Guerra Civil en Puerto Real (Cádiz) recibieron este domingo, 87 años después, un entierro digno, aunque anónimo porque sus restos no han podido ser identificados.

El homenaje a estas víctimas culmina años de trabajo para exhumar los restos óseos de la fosa común del cementerio de la localidad, donde se hallaron 185 cuerpos. Sólo dos de ellos, Juan Díaz Menacho y Pedro Cumplido Casas, pudieron ser identificados por los análisis de las muestras de ADN que realiza el Laboratorio de Identificación Genética de la Universidad de Granada, según el protocolo firmado con la Junta, responsable de la memoria democrática andaluza. Ambos pudieron ser enterrados en 2021.

A la llamada de la Asociación por la Recuperación de la Memoria Histórica de Puerto Real para recoger muestras de ADN acudieron 55 personas, de distintos pueblos de Cádiz y de lugares tan distantes como Barcelona o Palma de Mallorca. Pero ningún cuerpo más ha podido ser identificado, de momento.

Los cuerpos hallados en la fosa de Puerto Real no identificados recibieron este domingo un entierro en unos nichos, junto a un monolito levantado en su memoria, en los que habrá números, no nombres. «Tenemos muestras de las piezas dentales guardadas, por si en cualquier momento pueden ser usadas para nuevos análisis de identificación por ADN», explicó Paco Aragón, presidente del colectivo memorialista. El concejal de Memoria Democrática, Antonio Gil, destacó la «encomiable» labor de esta asociación y señaló que este entierro «no deja de ser un reconocimiento a quienes sufrieron persecución o violencia en la defensa de sus libertades», «un momento de reflexión sobre el pasado» y «un paso adelante hacia la curación de las heridas que aún perduran en la sociedad española».