DOMINGO, 27 DE ENERO DE 2013
Daniel García del Pino, apodado “Caragrea” fue declarado en rebeldía el 20 de noviembre de 1946, lo que suponía estar de nuevo en busca y captura por la policía represiva del franquismo. Casi un año antes, en diciembre de 1945, estando encarcelado en los calabozos del Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores nº 91 de Marruecos (La Nassa, Ceuta), se dio a la fuga, sin que desde entonces sepamos su paradero.
Su aciaga existencia, como diría el geógrafo Pierre George, estuvo condicionada por su lugar de nacimiento, es decir, en la Porcuna rural de braceros sin tierra, de humildes y paupérrimas familias que mal vivían de la estacionalidad laboral y el despecho del caciquismo local. Daniel García del Pinonació en Porcuna en 1917, hijo de Benito y Encarnación, por lo que tendría apenas 19 años cuando los sables de los militares comenzaron a derramar la primera sangre republicana. Daniel defendió Porcuna del asedio fascista en diciembre de 1936, huyendo sin mirar atrás a la zona leal una vez tomada la población, y queriéndose llevar como rehenes a los hacendados Benito Palomo López y Clemente Fernández Palomo, sucesos que hay que relacionar con la ejecución y muerte del miliciano local Francisco Calderón Cabeza. En esta interfacie bélica, por otro lado, suponemos que se casó conRosario Hueso Hermoso, con la que tuvo un hijo.
Finalizada la contienda, Daniel es detenido, juzgado por un tribunal rebelde y condenado a cadena perpetua por un delito de rebelión militar. En la prisión provincial de Jaén coincidió, entre otros, con el joven y entusiasta Isidro Collado Delgado, “El Perchero”, guardia de Asalto durante la guerra y comunista con una cierta formación política. Desde la cárcel, y aprovechando la puesta en libertad de algunos de ellos, intentó conseguir los apoyos necesarios en Porcuna y Torredonjimeno para crear allí una célula comunista que diese apoyo económico a los presos políticos que abarrotaban las cárceles de Jaén; amén de redactar desde la casa de Carmen Barranco López, las numerosas peticiones de indulto y otras solicitudes necesarias en la burocracia franquista. Así, de esta manera, comenzaría a contactar con antiguos expresidiarios y familiares de aquellos comunistas que más habían sufrido la represión en sus carnes, como por ejemplo los hermanos Barranco López (uno fusilado, dos encarcelados, otro exiliado en Francia y otro muerto en combate). Fue gracias al intento de Isidro, mediante carta rubricada el 26 de mayo de 1944 que fue interceptada en los portillos de la provincial, cuando a Daniel García se le volvió a complicar su malograda existencia.
Daniel salió en libertad condicional el 17 de diciembre de 1943. Se instaló en Torredonjimeno, donde se encontraba su esposa, y presumiblemente su hijo. Poco, por no decir nada, le duró la libertad a Daniel. Para un condenado a cadena perpetua era muy difícil escapar de la llamada “mili de Franco”. Por “rojo” y combatiente republicano, Daniel, como hemos dicho, fue enrolado en marzo de 1944 en un Batallón Disciplinario de Soldados Trabajadores con destino en Ceuta, presumiblemente para trabajar en las fortificaciones de la colonia africana dentro del contexto bélico de la guerra europea. Allí se encontraba cuando Daniel, por mediación del imberbe Manuel González Calahorrro(Torredonjimeno), libre ya por su hurto de harina, intentaba pasarle una carta en el calcetín de su alpargata, cuando fue descubierto por uno de los funcionarios del rastrillo de salida. A partir de aquí se verían perjudicados “viejos y jóvenes comunistas” de Porcuna y Torredonjimeno, casi tod@s ell@s aún lamiéndose las heridas carcelarias o secándose las lágrimas de los hermanos muertos por la fusilería franquista, como pueden ser Fermín de la Rosa Galán (Porcuna); Pablo Batanero Batanero (Guadalajara); Flora Cóllar González (Buenos Aires, Argentina); Carmen Barranco López (Torredonjimeno, vecina de Porcuna); José Casado Cespedosa (Porcuna); Manuel González Calahorro (Torredonjimeno); el propio Isidro Collado Delgado (Porcuna) y nuestro protagonista, Daniel García del Pino (Porcuna). Prácticamente todos y todas, salvo alguna excepción, fueron torturados durante ocho o nueve días en la Comisaría del Cuerpo Nacional de Policía de Jaén por el inspector Francisco Peragón Morago, y los agentes José Barrios Torres y Juan Prieto Calatrava, como la propia causa recoge.
Todos los supuestos inculpados citados anteriormente, lo fueron como autores, y citamos textualmente, “de un delito consumado de ejecutar actos dirigidos a perjudicar el crédito o la autoridad del Estado”; cuando la realidad (o parte de ella) nos dice que el Partido Comunista, sólidamente organizado en las prisiones, intentó por todos los medios a su alcance recoger dinero o alimentos para paliar, en la medida de lo posible, las hambrunas y carestías que sufrían los presos de izquierdas y republicanos en las cárceles de “Paca la Culona”, como diría Queipo de Llano al referirse a Franco. Así, de esta manera, se vio implicado Daniel García del Pino, que fue encarcelado en Ceuta alrededor del mes de abril de 1945. Allí estuvo hasta finales de ese año.
En octubre de 1945, el Gobernador Militar de Jaén, mediante oficio, solicita a las autoridades militares de Marruecos el traslado del recluso a la prisión militar jiennense, momento en el que creemos aprovechó Daniel para poner tierra de por medio y escapar de su cautiverio. Y es que Daniel no quiso enfrentarse de nuevo a las duras condiciones carcelarias, y menos aún pasar el resto de su vida en ellas. Y razón no le faltaba, pues casi todos los implicados en la supuesta “trama comunista”, aunque lograron salir de las cárceles en libertad condicional (vigilada), nunca volverían a pisar suelo de Porcuna. Todos fueron desarraigados de su tierra, separados a cientos de kilómetros para evitar cualquier conato de asociacionismo. La peor parte se la llevó Isidro Collado Delgado, “El Perchero”, que aún se encontraba en la prisión de Santander en 1954.
Nada, a falta de más documentación, sabemos sobre Daniel García del Pino. Posiblemente pasase a la clandestinidad, o bien intentase ponerse en contacto con su esposa y visitar a su hijo. ¡Quién sabe!.
Agradeceríamos, como siempre, cualquier información sobre la vida de estas personas, que creémos pudieran arrojar bastante luz a nuestras investigaciones. Gracias.
Fuente:
- Causa nº 629, legajo 541/7.911 abierto a Fermín de la Rosa Galán y otros siete. Archivo Histórico del Tribunal Militar Territorial Segundo de Sevilla.
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