http://todoslosnombresdeporcuna.blogspot.com.es/2013/02/las-ejecuciones-sumarias-de-cristobal-y.html
SÁBADO, 2 DE FEBRERO DE 2013
Oficio sobre el cumplimiento de la sentencia a muerte |
Llevamos días hablando en estas páginas de los mitos del franquismo, de los engendros creados para justificar no sólo su existencia, sino la guerra y el exterminio consecuente. La guerra fue, dicen los hagiógrafos, para evitar la sovietización de España. En apoyo de los revisionistas actuales ha tenido que salir hasta la propia Esperanza Aguirre que viene a decir que la "II República fue un auténtico desastre para España", al igual que ella, supongo, para la Comunidad de Madrid. A grandes rasgos y poco a poco, los sanos historiadores van desmontando uno a uno los mitos del franquismo, aunque algunos sigan pensando que los comunistas se comen a los niños, tienen rabo y tridente. Y es que aún hoy, muchos se siguen creyendo la leyenda oficial de la Transición, sin preocuparse en averiguar las realidades de aquel proceso histórico, como diría el historiador Ricard Vinyes, que afirma también que "averiguar y razonar cuesta", siendo más fácil para ciertas mentes sacar del bolsillo la baraja de los tópicos (abrir heridas, odios, revanchas, las dos Españas, ...) que el catecismo franquista nos dejó. "El mito encubre el conocimiento y la superstición substituye la razón", nos recuerda el historiador catalán.
Esa mitificación del franquismo, donde el color rojo era "colorao" (mi madre aún lo sigue diciendo) tuvo su versión local. Los nuevos jerifaltes del posguerra (apenas los hubo durante la contienda), en esa doble moral -totalitaria y machista vs misa de once y piedad cristiana- que los caracterizó siempre, crearon todo un elenco de falsedades e injurias sobre las "maldades" del rojerío de "ideas avanzadas". Así, de esta manera, en esa gran coctelera que fue la ficción jurídica de los consejos de guerra sumarísimos y de urgencia, se introducía un poquito de participación en "manifestaciones", un cuarto de kilo de "huelgas", un gran "pañuelo rojo" alrededor del cuello, una "escopeta" en la mano, algunas "imágenes religiosas incendiadas", y el saqueo de la casa de cualquier señorito venido a menos, y ya tenías un nuevo Cristo listo para la crucifixión, un hereje al que purificarle el alma, quemándole el cuerpo. Si a ese Cristo "rojo" lo aderazabas con un par de asesinatos o su vinculación en los "afusilamientos" (como dicen la letradas fuentes) de la localidad, tienes, como Shakespeare, una hermosa calavera entre las manos; un nuevo asesinato y un sentido canto elejíaco de los familiares, que como Miguel Hernández haría con su amigo Ramón Sijé, quisiera desamordazarlo y regresarlo del mundo de los muertos al de los vivos para besar su noble calavera.
Pues bien, con esto quiero decir que muchos de los fusilados, maltratados, torturados, ... y en suma represaliados, lo fueron por su supuesta participación en los crímenes cometidos por los "rojos" en la vecina y cordobesa localidad de Valenzuela, donde hubo varias sacas de presos derechistas. Alrededor de estas muertes la mitología franquista convirtió la mentira en verdad; y las falsas acusaciones, en jurisprudencia contrastada. De esta manera, vemos en distintos expedientes consultados que por los mismos crímenes fueron asesinados gente de Cañete de las Torres, Valenzuela, Baena (Córdoba), Higuera y Santiago de Calatrava, Arjona o Porcuna (Jaén).
Pues bien, con esto quiero decir que muchos de los fusilados, maltratados, torturados, ... y en suma represaliados, lo fueron por su supuesta participación en los crímenes cometidos por los "rojos" en la vecina y cordobesa localidad de Valenzuela, donde hubo varias sacas de presos derechistas. Alrededor de estas muertes la mitología franquista convirtió la mentira en verdad; y las falsas acusaciones, en jurisprudencia contrastada. De esta manera, vemos en distintos expedientes consultados que por los mismos crímenes fueron asesinados gente de Cañete de las Torres, Valenzuela, Baena (Córdoba), Higuera y Santiago de Calatrava, Arjona o Porcuna (Jaén).
"Enterado" significa que la ejecución tiene el visto bueno de Franco |
Así, de esta manera, llevamos ya tiempo tendiendo puentes hacia nuestras localidades vecinas dando como resultado la localización de varios expedientes de suma importancia. Entre otros, acabamos de localizar en el Archivo Histórico Militar de Sevilla los sumarios de los hermanos Cristóbal y Juan Díaz Borrego, así como, deAntonio Martínez Perezuelas.
Cristóbal Díaz Borrego, "Largo de la Borrega", tenía 50 años cuando fue detenido un 22 de abril de 1939 en un cortijo cercano a Valenzuela. Al parecer, según las indagatorias, fue Secretario del Socorro Rojo Internacional de la localidad, Presidente de Izquierda Republicana y miembro del Frente Popular de Valenzuela. Estaba casado conJosefa Serrano Luque, sin hijos.
Antonio Martínez Perezuelos, apodado "Mahoma", tenía 46 años cuando fue detenido, natural de Caniles de Baza, y casado con Teresa Casado Luna, con la que tuvo tres hijos.
Los dos fueron juzgados por asesinato un 20 de mayo de 1939 en Baena. El juicio exprés los condenó a la pena de muerte, que se ejecutó irónicamente en las tapias del "Buen Suceso" del cementerio de Baena. Sus cadáveres, para conocimiento general, y según las anotaciones del sepulturero, yacen en la "fosa común del Patio 1º de Arriba, Zona o Parcela 4ª" (sic).
Juan Díaz Borrego, de 48 años de edad, de Izquierda Republicana, donde ocupó varios cargos, casado con Rosa Pedregosa Arroyo, había estado refugiado en Jamilena (Jaén). Fue juzgado en Córdoba el 25 de noviembre de 1939, siendo condenado a la pena de muerte. Su sentencia apenas cubre una cuartilla de papel. Finalmente llegó el "enterado" de Franco un 22 de abril de 1941. El 3 de junio de ese año, siendo las 5,23 minutos de la madrugada, fue fusilado en el cementerio de San Rafael de Córdoba. Aquél día fueron ejecutadas, según el sumario (p.17) 28 personas en ese cementerio, lo que suponía un número elevadísimo por esas fechas cuando "supuestamente" el franquismo fusilero estaba más relajado. Decir de paso, que Juan Díaz Borrego no aparece en el buscador de víctimas de la web del historiador cordobés Patricio Hidalgo Luque, "La Guerra Civil en Córdoba".
Pues nada, que aquellos familiares o interesados en estos expedientes sumariales obtenidos en el Archivo Histórico Militar de Sevilla, solo tienen que ponerse en contacto con nosotros para obtenerlos. Gracias.
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