Nicomedes Emilio Fernández
Rubiano tenía 33 años cuando lo asesinaron. Había nacido en Nerva, Huelva, y
era minero en la explotación de Río Tinto. Sus manos nunca estuvieron manchadas
de sangre. Su delito, como el de tantos otros, era tener un pasado de
compromiso político y sindical "de izquierdas". Era dirigente
sindical de la CNT.
Sus restos fueron
encontrados, junto a los de su compañero en esa misma cuneta del pequeño
municipio de Él Álamo en noviembre de 2011 y el pasado sábado se enterraron en
el cementerio de Osuna.
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