En la fosa común número 82 yacen vecinos de la Ribera represaliados en 1939 - Los trabajos se prologarán más de un mes pero la identificación de ADN tardará un año
A. C. | Paterna 18.04.2017 | 18:12
Fotos: Miguel Ángel Montesinos
Los trabajos de excavación y exhumación de la fosa número 82 del cementerio de Paterna, donde se encuentran los restos de, al menos, una veintena de fusilados tras la Guerra Civil, han comenzado a primera hora de este martes. Se trata de diez personas de Benifaió, cinco de l'Alcúdia, una de Carlet, una de Alginet y otros tres de Oliva. Algunos familiares de los fallecidos han presenciado en directo el inicio de las excavaciones a cargo del equipo Arqueo Antro y que cuentan con una subvención de la Diputación de València por valor de 58.325 euros. En junio está previsto que se inicie la exhumación de los restos depositados en la fosa 113, con una financiación de 62.348 euros.
Según la historiadora Elena Villasante, los fusilamientos se produjeron el 25 y 27 de octubre de 1939. La mayoría de los detenidos habían sido trasladados a la cárcel que se situó en Sant Miquel dels Reis de Valencia. Eran, prácticamente la totalidad, trabajadores del campo y su vinculación con la política se limitaba a la simple afiliación o simpatía con sindicatos o partidos de izquierdas.
Los trabajos en la fosa 82 se prolongarán durante mes y medio. Posteriormente se trasladarán a Madrid todos los restos encontrados para cotejar el ADN con el de los familiares y proceder a su autentificación. El plazo del trabajo final será de un año. La diputada de Esquerra Unida Rosa Pérez ha revelado que el día de hoy mezcla "satisfacción" y "vergüenza e indignación" por el hecho de que hayan tenido que pasar "más de 42 años desde la muerte del dictador para abrirlas". La también concejala de Catarroja ha instado a los ayuntamientos a pedir ayudas a la diputación para excavar más fosas y "hacer justicia y reparación con las víctimas del franquismo".
Por su parte, Matías Alonso, coordinador del Grupo Recuperación de la Memoria Histórica, ha afirmado que las dos exhumaciones de Paterna "serán las mayores" realizadas en la C. Valenciana, recordando que entre el 39 y el 56 fusilaron en el Paredón de España a 2238 personas, la mayor parte enterradas en el cementerio paternero. Alonso dijo que las labores que comienzan hoy "no son la culminación, sino la fase más importante" ya que cuando "entreguemos a los familiares sus restos es cuando se hace justicia".
Exhumando el 'Paredón de España'
Desde abril del 1939 hasta 1943 fueron fusilados 2.237 republicanos en la tapia del cementerio de Paterna. Algunos de los ejecutados eran trasladados al cementerio general de Valencia, ya que el de Paterna no podía absorber la enorme cantidad de cadáveres de sus tapias, pero la gran mayoría permanece allí, en las fosas comunes del cementerio de Paterna. En la España de Franco, los republicanos no eran dueños de sus vidas, ni de sus muertos, no tenían derecho ni a velarlos, ni a enterrarlos, ni casi a llorarlos. Así fue desde el principio y así fue hasta el final. La nuestra fue una dictadura donde el dictador murió en su cama, se declararon 30 días de luto, le lloró su familia y una buena parte de España y se le enterró en un mausoleo construido por sus víctimas.
A partir de ahí se supone que llegó la democracia, lo que debiera haber conllevado la exhumación sistematizada de las fosas comunes, la retirada de todos los símbolos franquistas, los cambios de nombres en calles, avenidas y plazas dedicadas a torturadores, secuestradores, asesinos y golpistas, reparación a la víctimas, la anulación de condenas como la de Miguel Hernández…pero nada de eso llegó, se hizo una auténtica política de desmemoria y ante cualquier atisbo de petición de justicia la contestación fue y, sigue siendo: “dejad tranquilos a los muertos”, evidentemente, quienes dicen eso, se refieren a los suyos.
Pero algunas no nos resignamos. No nos resignamos a que no exista una verdadera política de memoria, justicia y reparación porque, casi 42 años después de la muerte del dictador, todo está por hacer. Lamento profundamente que justamente comiencen las labores de exhumación el día después de la pérdida irreparable de uno de los imprescindibles: Carlos Slepoy, luchador por los Derechos Humanos contra la impunidad, tanto en Argentina como en nuestro país. El mejor homenaje, sin embargo, es demostrar que su legado se mantiene en demostrar que no abandonamos la batalla.
Como Diputada de Memoria Histórica de la Diputación de Valencia estoy orgullosa de que por fin vayamos a abrir las fosas de la vergüenza. Éste fue uno de los objetivos que tenía más claros cuando se creó la delegación, porque la exhumaciones son y deberían haber sido una obligación para las instituciones públicas, porque las víctimas de la dictadura no han tenido ni tan siquiera los derechos que con carácter general tiene cualquier víctima. Por lo que, al sentimiento de satisfacción se le suma el de vergüenza y, sobre todo, el de indignación porque las instituciones no hayan dado, después de décadas, la dignidad imprescindible a las víctimas del franquismo, esperando quizás que ya no quedara nadie vivo que reivindicara su memoria. Pero algunas no nos olvidamos.
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