- El cortometraje de ficción narra la búsqueda de un familiar desaparecido durante la Guerra Civil y el franquismo
- El director, Pruden Castilla, busca dejar a un lado las etiquetas ideológicas para centrarse en "la concienciación social frente al olvido"
Una Clase de Historia
Trailer del cortometraje 'Una Clase de Historia', de Pruden Castilla.
"España es el país occidental con más desapariciones forzosas y el segundo del mundo, solo superado por Camboya", recuerda el tráiler de Una clase de historia, un cortometraje de ficción que narra la búsqueda de un familiar desaparecido durante la Guerra Civil y el franquismo.
El objetivo del corto pasa por representar y hacer visible la lucha de todas aquellas personas que, lejos de resignarse a aceptar esta situación, buscan "devolver la dignidad a esta sociedad que, manipulada y adormecida, continúa aceptando barbaridades como la existencia de fosas comunes y víctimas del franquismo sin localizar", explica la sinopsis.
El director del cortometraje, Pruden Castilla, lo califica como "una gran herramienta de reivindicación y difusión". De este modo, busca dejar a un lado las etiquetas ideológicas para centrarse en "la reparación, el reconocimiento y la concienciación social frente a el olvido y la estigmatización".
Asimismo, el autor afirma haber encontrado la motivación para realizar el corto en una "doble vertiente". En primer lugar estaría "la innegable pasión por el cine y por contar historias", unida al objetivo de promover "la concienciación social ante injusticias que nos afectan en la actualidad".
De este modo, Una clase de historia plantea una serie de preguntas fundamentales que apelan a esta concienciación colectiva: "¿Puede una sociedad considerarse justa sin cerrar completamente su período más amargo? ¿Podemos hablar de democracia cuando permitimos que la sombra de la dictadura siga causando daño, e influyendo en la política aún hoy en día?", enumera el cineasta.
"Con esta realidad como referente asistimos a una lucha por mantener viva la memoria, por hacer justicia, por no aceptar la imposición del silencio cómplice", explica el director.
Ley de Memoria Histórica
Estos esfuerzos por promover la concienciación de la sociedad chocan en ocasiones con las políticas que se llevan a cabo desde el Gobierno. Así, respecto a las declaraciones del ministro de Justicia, Rafael Catalá, en las que afirmaba que la Ley de Memoria Histórica "se aplica cada día" a pesar de haberla dejado sin fondos, Castilla considera que se trata de "una incongruencia más de las tantas que hay".
"Todos estos años estamos viendo cómo se falta al respeto una y otra vez a las víctimas desde diferentes cargos políticos. Han silenciado una historia que esta ahí y que debe esclarecerse.", afirma. Asimismo, recuerda otras declaraciones del portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, en las que aseguraba que "los familiares de las víctimas del franquismo solo se acuerdan de desenterrar a su padre cuando hay subvenciones".
El autor del cortometraje incide también en la "falta de respeto durante todos estos años" del Gobierno con la Ley de Memoria Histórica. "A día de hoy, tras haberla cambiado tantas veces, seguimos sin poder ayudar a estas personas", lamenta.
"Creemos que la idea del Gobierno es que una vez que desaparezcan todas estas personas que luchan, la cosa se olvidará", advierte. Con ello, apela al "sentimiento de la sociedad" para poner fin a este problema.
La intención de Castilla es que Una clase de historia entre próximamente en un circuito de centros de educación y universidades con el fin de que la gente joven también vea el cortometraje y se pueda crear "un feedback entre ellos y la gente mayor". Con ello, busca acercar el tema a los jóvenes, que a veces "lo ven como algo más alejado" por la diferencia generacional.
El objetivo del corto pasa por representar y hacer visible la lucha de todas aquellas personas que, lejos de resignarse a aceptar esta situación, buscan "devolver la dignidad a esta sociedad que, manipulada y adormecida, continúa aceptando barbaridades como la existencia de fosas comunes y víctimas del franquismo sin localizar", explica la sinopsis.
El director del cortometraje, Pruden Castilla, lo califica como "una gran herramienta de reivindicación y difusión". De este modo, busca dejar a un lado las etiquetas ideológicas para centrarse en "la reparación, el reconocimiento y la concienciación social frente a el olvido y la estigmatización".
Asimismo, el autor afirma haber encontrado la motivación para realizar el corto en una "doble vertiente". En primer lugar estaría "la innegable pasión por el cine y por contar historias", unida al objetivo de promover "la concienciación social ante injusticias que nos afectan en la actualidad".
De este modo, Una clase de historia plantea una serie de preguntas fundamentales que apelan a esta concienciación colectiva: "¿Puede una sociedad considerarse justa sin cerrar completamente su período más amargo? ¿Podemos hablar de democracia cuando permitimos que la sombra de la dictadura siga causando daño, e influyendo en la política aún hoy en día?", enumera el cineasta.
"Con esta realidad como referente asistimos a una lucha por mantener viva la memoria, por hacer justicia, por no aceptar la imposición del silencio cómplice", explica el director.
Ley de Memoria Histórica
Estos esfuerzos por promover la concienciación de la sociedad chocan en ocasiones con las políticas que se llevan a cabo desde el Gobierno. Así, respecto a las declaraciones del ministro de Justicia, Rafael Catalá, en las que afirmaba que la Ley de Memoria Histórica "se aplica cada día" a pesar de haberla dejado sin fondos, Castilla considera que se trata de "una incongruencia más de las tantas que hay".
"Todos estos años estamos viendo cómo se falta al respeto una y otra vez a las víctimas desde diferentes cargos políticos. Han silenciado una historia que esta ahí y que debe esclarecerse.", afirma. Asimismo, recuerda otras declaraciones del portavoz del PP en el Congreso, Rafael Hernando, en las que aseguraba que "los familiares de las víctimas del franquismo solo se acuerdan de desenterrar a su padre cuando hay subvenciones".
El autor del cortometraje incide también en la "falta de respeto durante todos estos años" del Gobierno con la Ley de Memoria Histórica. "A día de hoy, tras haberla cambiado tantas veces, seguimos sin poder ayudar a estas personas", lamenta.
"Creemos que la idea del Gobierno es que una vez que desaparezcan todas estas personas que luchan, la cosa se olvidará", advierte. Con ello, apela al "sentimiento de la sociedad" para poner fin a este problema.
La intención de Castilla es que Una clase de historia entre próximamente en un circuito de centros de educación y universidades con el fin de que la gente joven también vea el cortometraje y se pueda crear "un feedback entre ellos y la gente mayor". Con ello, busca acercar el tema a los jóvenes, que a veces "lo ven como algo más alejado" por la diferencia generacional.
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