UN FUTURO EN CONVIVENCIA
El Gobierno foral ha puesto en marcha un programa para recuperar e identificar a los desaparecidos desde 1936
Domingo, 4 de Febrero de 2018 - Actualizado a las 06:01h
Miembros de la Sociedad de Ciencias Aranzadi realizan trabajos de exhumación en la fosa común del 36 entre Burutáin y Ostiz. (IÑAKI PORTO)
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MEMORIA HISTÓRICA
PAMPLONA- Aunque la Ley Foral de Reconocimiento y Reparación de las víctimas del golpe militar de 1936 fue aprobada en 2013, y la ley estatal en 2007, no ha sido hasta esta legislatura cuando se han puesto en marcha iniciativas de calado. De hecho, ha sido en estos últimos dos años, cuando por fin un buen número de ciudadanos han podido dar sepultura digna a familiares desaparecidos durante 80 años. Lo han hecho gracias al Programa de Exhumaciones y el Banco de ADN, un trabajo pionero en el Estado para el que el Gobierno ha destinado recursos y presupuesto, y que ha permitido recuperar los restos de 58 personas e identificar a 21. En el banco de ADN se ha tomado muestras a 126 personas.
Paralelamente, el Gobierno ha promovido la investigación de los hechos acaecidos a partir del 36 y la posterior represión franquista a través de un convenio con la UPNA. Ha eliminado diversa simbología franquista, como la laureada que todavía permanecía en la fachada principal del Palacio de Navarra, y que ha sido sustituida por un óculo con el escudo oficial. También se ha aprobado el censo provisional de simbología franquista en coordinación con la FNMC y la Comisión Técnica de Coordinación en materia de Memoria Histórica. Son ya varios los ayuntamientos que han avanzado en la retirada de simbología, mientras que esta semana lo hacía el Ayuntamiento de Zaragoza en el puente de Santiago, con presencia del Ejecutivo foral.
La atención a las víctimas del 36 también ha motivado un apoyo técnico y financiero a entidades locales y asociaciones memorialistas para la celebración de actos de reparación, organización de jornadas en torno a la memoria histórica y promoción de lugares de memoria.
Del mismo modo, se viene trabajando en la transmisión de una memoria crítica a las generaciones más jóvenes a través de las denominadas Escuelas con Memoria. En 2016-2017 y 2017-2018 se han ofrecido cursos de formación para docentes de todas las etapas educativas con la participación de reconocidos expertos de todo el Estado. Además, en 2017 se organizaron dos campos de trabajo internacionales para jóvenes en relación con la memoria histórica. Para 2018 se ofertarán otros dos.
Mientras, el Ayuntamiento de Pamplona retiró en 2016 los restos de los generales Emilio Mola y José Sanjurjo de la cripta del Monumento de los Caídos. La exhumación, avalada por la mayoría municipal, forma parte de lo marcado por la Ley de Memoria Histórica y se llevó a cabo en la intimidad de las familias.
PROYECTO EZKABA
Por otro lado, desde la doble perspectiva de la preservación y transmisión de la memoria así como de la defensa de los Derechos Humanos, el Gobierno de Navarra ha impulsado el Proyecto Ezkaba. Todo un elenco de actividades orientadas a la conmemoración del 80 aniversario de la mayor fuga de presos de Europa. En ese marco, se ha publicado el libro de Amaia Kowasch Tejiendo redes. Sareak ehotzen, sobre las redes de solidaridad de mujeres, se ha llevado a cabo un campo de trabajo juvenil en el cementerio de las botellas, se ha creado una ruta de montaña siguiendo el recorrido de la fuga (la GR225) y se está colaborando con instituciones y asociaciones con el objetivo de localizar a familiares de los presos de Ezkaba, entre otras iniciativas. - I.F.
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