https://documentalismomemorialistayrepublicano.wordpress.com/2018/04/10/el-bombardeo-aereo-fascista-que-masacro-a-la-poblacion-de-alcaniz-teruel/
Elena Bardavío Julve tenía 14 años el 3 de marzo de 1938, eran las 16 horas y 9 minutos, esperaba su turno en la cola de una tienda en la calle Mayor: “..Fue gordo, gordo, nunca se había oído uno tan fuerte, fue un buen rato, parecía que había parado y otra vez volvió a repetir..”. Se metió bajo un mostrador y salió mucho tiempo después de que se hubieran ido los aviones, “..en la calle se veía como una niebla, se habían caído casas, había gente muerte en la calle. Eran todo gritos y gritos, todos como locos, por la calle Mayor bajaba como fuego, como algo encendido..”.
No hubo información de primera mano, ni crónicas desde el lugar de los hechos, ni testimonios gráficos, ni corresponsales extranjeros. A pesar de que el bombardeo de Alcañiz fue de los más graves de la guerra, los libros de historia han contado poco. El bombardeo de Gernika no se pudo silenciar, había periodistas extranjeros en ese momento. El de Alcañiz ha estado silenciado durante 80 años, la población testigo tuvo que huir rápidamente en condiciones deplorables, porque a los pocos días entraron los nazionales que no querían que la gente supiese lo sucedido, mintieron diciendo que habían sido los rojos los que lo habían hecho.
Alcañiz tenía 9.000 habitantes y una población flotante de 3.000 militares. Hubo adultos que se libraron porque estaban en el campo, pero en la ciudad quedaban los abuelos, los niños de recreo con sus maestros en El Cuartelillo, en La Glorieta, jugando. El día era soleado, agradable, azul, algo festivo, las mujeres lavaban ropa en el río, durante la tarde de los jueves las parejas salían, los jóvenes iban al cine. La ciudad tenía refugios antiaéreos y normas de utilización pero nadie esperaba las bombas porque no hubo avisos, no sonaron las sirenas, la población no tuvo tiempo de alcanzar los refugios antiaéreos.
Tres escuadrillas, cada una con 5 bombarderos Savoia Marchettti S-79 escoltados por cazas, descargaron 10 toneladas de bombas sobre el casco urbano. Los aparatos de la Aviación Legionaria Italiana al servicio de los nazionales, procedían de la base de Logroño bajo el mando directo del Jefe del Estado Mayor de Aviación del Ejército de Franco. Las descargas mortíferas se iniciaron en las carreteras de Zaragoza y de la Estación, siguiendo por La Glorieta, Muro de Santiago y calles adyacentes a la Calle Mayor, Cuartelillo, Escolapios y Plaza del Mercado. También cayeron bombas por el Corcho y la Carretera Nueva.
La masacre fue espeluznante, según José María Maldonado, autor de la novela sobre el bombardeo de Alcañiz “El dolor del silencio”, y el libro “Alcañiz, 1938. El bombardeo olvidado”: “..nunca conoceremos el número exacto de víctimas porque carecemos de un registro oficial, pero según los testigos serían más de 500 personas, quizá hasta un millar..”. Muchos eran niños y mujeres que estaban lavando cerca del puente. Los atacantes no discriminaron: El hospital fue blanco del ataque provocando numerosos heridos. Se destruyeron 188 casas, prácticamente todo el casco urbano de la ciudad se vio afectado.
En la Plaza del Mercado, una bomba alcanzó un camión cargado de bidones de gasolina, provocando tal explosión e incendio que muchas víctimas desaparecieron fundidos por la intensidad del fuego. Varios cazas ametrallaban a la gente en las calles. Los alcañizanos jamás imaginaron como la muerte podía llover del cielo de aquella manera. Las escenas de horror «fueron tremendas», llantos de niños buscando a sus padres, padres desesperados buscando a sus hijos entre polvo y restos descuartizados. Sobre Alcañiz cayeron más bombas sobre Gernika, donde murieron unas 300 personas, aunque en Alcañiz no lanzaron bombas incendiarias. Fue un crimen contra la humanidad que durante muchos años cayó en el olvido.
Alcañiz era la población más grande de la zona, un lugar de retaguardia donde no se libraba ninguna batalla. No sufrió enfrentamientos bélicos ni en julio de 1936 ni en 1938. Los bombardeos masivos de la guerra de España sirvieron de ensayo para esos mismos aviones durante la Guerra mundial. Por eso en los archivos italianos hay fotos desde el aire del bombardeo de Alcañiz. Fue un ensayo de la guerra relámpago, utilizada poco tiempo después por el ejército nazi en sus rápidas victorias iniciales: Un bombardeo aéreo devastador, pánico, desmoralización, irrupción masiva y veloz después de fuerzas terrestres móviles y aéreas por sorpresa mediante cuñas y bolsas para atrapar al enemigo.
Tras el enorme desgaste sufrido por el ejército republicano en las batallas de Belchite y Teruel, el bombardeo de Alcañiz fue el presagio de la Batalla de Aragón. Alcañiz se bombardeó como decía la orden general para la ofensiva, firmada por el General Kindelán: “Para amedrentar a la población civil”. A los 9 días del bombardeo, las tropas franquistas tomaron el pueblo. Muchos alcañizanos escaparon, llegó el exilio para mas de 2.000, algunos no se libraron del horror, en la matanza de Oradur sur Glane, el pueblo francés donde los nazis asesinaron a 642 personas, hubo 5 alcañizanos que perdieron la vida: Francisco Gil Egea, Francisca Espinosa, sus dos hijas de 14 años y Carmen Espinosa. Otros acabaron en campos de concentración y otros pudieron huir.
El proyecto de ley memorialista de Aragón en trámite parlamentario, señala el 3 de marzo como Día de la Memoria Democrática de la comunidad. En Alcañiz se realizan este día varios actos en recuerdo y homenaje a las víctimas del bombardeo.
Documentos originales: Eldiario.es (Saúl García). Historias del Bajo Aragón (Pedro J. Bel Caldú). La Comarca. Público (Eduardo Bayona). Aragón digital (Entrevista a José María Maldonado)
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