"El  caudillo que ganó la guerra hace 82 años", según frase literal de la diputada del PP en la Asamblea de Madrid Begoña García, no fue un dictador ni humano ni conciliador con sus víctimas, sino sanguinario. Que “durante el franquismo hubo muchas familias que lo vivieron con naturalidad y normalidad” como dijo el ex ministro del PP, Mayor Oreja, es otra frase para coleccionar en el álbum de las más injustas y desproporcionadas frases de la derecha española en contra de la reconciliación y de la Memoria Histórica. Si el PP no condenó oficialmente el franquismo hasta el año 2002 fue por algo y, además, lo hizo casi obligado y a regañadientes.
Ese dictador asesino mandó construir con el dinero de todos los españoles, incluidos las familias de los represaliados y fusilados, y con el trabajo esclavo de los presos republicanos un mausoleo en honor a su victoria con armas, esa que implicó “ganar la guerra hace 82 años” como entre indignantes risas echaba en cara la diputada Begoña García.
El Valle de los Caídos, la pirámide de Franco, albergó los restos mortales de unos 20.000 cuerpos del bando “nacional”, completamente identificados, localizados en el Valle y transportados a Cuelgamuros desde casi todas las provincias españolas de manera digna. En cambio los restos mortales de los más de doce mil republicanos llevados contra su voluntad e ideas para que sirvieran de falso decoro, de “relleno” o para mostrar una falsa e hipócrita imagen “reconciliadora” del “patascortas”, se transportaron sin identificar y de cualquier manera,además de contra la voluntad de las familias.
lapida catedral
Muestra de ello es la factura a la que ha tenido acceso ELPLURAL y que  ha podido conocer gracias a la ingente labor de investigación de los memorialistas malagueños y en especial de un luchador de la recuperación de la dignidad como es José Sánchez Gallardo, presidente de la Asociación Contra el Silencio y el Olvido por la Recuperación de la Memoria Histórica.
Factura ataúdes Valle de los Caídos
En este documento de alto valor histórico se pueden comprobar cómo las autoridades franquistas del momento, el 22 de abril de 1959 año en el que se inaugura el Valle de los Caídos, emiten una factura por el traslado desde Málaga de 924 cuerpos o restos mortales al mausoleo franquista de Cuelgamuros.
Lo tétrico y más dramático del hecho está en que la factura de funeraria Alfaro, desglosa 90 cajones (ataúdes) para 10 cuerpos cada uno, los “republicanos” y otras  24 cajas individuales destinadas a los combatientes franquistas. Es decir, incluso en el traslado de sus restos a la última residencia vital, Franco prestó un trato denigrante y diferenciador según fuera el bando al que pertenecieron los fallecidos. Los republicanos hacinados como cuerpos de animales en ataúdes, cajones, de diez en diez, juntos y revueltos, mezclados en esa ignominia del poder y en cambio, los “nacionales” en ataúdes individuales. Como dijo el poeta Gabriel Celaya “enterrados estos como Dios Manda a sus muertos” unos, otros en cambio como cerdos al matadero.
La factura desglosa el coste: 90 cajones “colectivos” a 550 pesetas, total 49.500 pesetas y 24 cajones individuales a 141 pesetas, total 3.384.  El camión de la funeraria para el viaje Málaga-Valle de los Caídos tuvo un coste de 3.384 pesetas y un automóvil para el Jefe de Expedición 3.366 pesetas.  También se recoge el concepto de “mandar varios cajones a pueblos”, lo que indica que no solo se “reclutaron” restos de la capital malagueña, sino también de poblaciones como la de Ronda y otras.
Esta es la factura que el franquismo, por tétrica e indignante, escondió. Como ésta debe haber centenares, las que el franquismo del “Caudillo que ganó la guerra hace 82 años” no quiso que viéramos.