Este lunes ha arrancado la tercera campaña de exhumaciones en la fosa de El Rellán, en Grado. La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica (ARMH) ha localizado ya las primeras evidencias de varios cuerpos, en la reanudación de las excavaciones para seguir buscando los restos de personas asesinadas por las tropas fascistas tras la caída del frente asturiano, en septiembre de 1937.
Entre las evidencias encontradas hay una suela de un calzado que parece mostrar un cuerpo tumbado boca abajo, lo que puede indicar que haya otros debajo, según informa la ARMH. En los próximos días la asociación recibirá a personas que en los últimos años han recibido información de que podrían tener a familiares enterrados allí.
El pasado mes de diciembre el Gobierno asturiano inició la demolición de las edificaciones anexas a la fosa de La Chabola, en El Rellán, en el concejo de Grado, donde ya se ha producido la exhumación de restos de 38 personas y donde se han hallado indicios sobre la existencia de más víctimas.
El trabajo de demolición y recuperación paisajística de la zona, que cuenta con un presupuesto de 41.060 euros, implica la eliminación de unas naves en estado de ruina y permitirá continuar con las exhumaciones que está llevando a cabo en la zona.
Las investigaciones arrancaron en 2021
La ARMH intervino por primera vez en 2021 en la fosa de La Chabola, en una zanja de algo más de diez metros, donde se recuperaron restos de 15 personas y se documentaron evidencias de una más, enterrada bajo la estructura de lo que fue una granja de cerdos, lo que hizo pensar que bajo la edificación podrían encontrarse más cuerpos.
Esta hipótesis se confirmó en las excavaciones de 2022 en las que se recuperaron los restos de otras 23 víctimas y durante la intervención realizada en abril se comprobó que las inhumaciones podrían continuar bajo esas edificaciones.
En abril se recuperaron numerosos objetos personales y en la trinchera, junto a los restos humanos, se hallaron útiles de aseo como cuchillas de afeitar, peines, pequeños espejos y frascos así como objetos más personales, como gafas, una medalla de la Virgen de Covadonga, un anillo y una hebilla con iniciales, lápices, mecheros, etc.
La Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica tomó entonces muestras de ADN a cuarenta familiares que sospechan que sus seres queridos fueron asesinados y enterrados en ese lugar.
El mapa de fosas elaborado a partir de una investigación de la Universidad de Oviedo pudo identificar al menos a 25 personas que habrían sido asesinadas en ese lugar, siete mujeres y dieciocho hombres, entre ellos un joven de trece años, aunque se calcula que en el lugar podría encontrarse más de medio centenar de personas fusiladas entre 1936 y 1938.
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