"En Palencia no hubo guerra civil, pero sí mucha represión y décadas de miedo y silencio", explicó el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Palencia, José Luis Posadas
La historia del parque de la Carcavilla de Palencia, que fue fosa de cientos de represaliados del franquismo, ha servido este miércoles para traer al presente la necesidad de "recursos y voluntad" para poner en primer plano la verdadera historia de España. Un grupo formado por 32 pensionistas del sindicato CCOO de Asturias ha viajado a la capital palentina para conocer la historia de ese parque, una zona de juegos infantiles, de pistas deportivas y aéreas recreativas que fue el antiguo cementerio de Palencia y llegó a albergar, en fosas comunes, los cuerpos de cerca de 500 represaliados del franquismo. "En Palencia no hubo guerra civil, pero sí mucha represión y décadas de miedo y silencio", ha explicado el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Palencia, José Luis Posadas, al grupo procedente de la comunidad asturiana que, junto al monolito que recuerda aquella historia, ha depositado un ramo de flores y colocado banderas republicanas. Un acto sencillo que buscaba traer al presente la historia colectiva de un país, para que no se entierre en el olvido y que "la memoria histórica se incorpore como una realidad natural y normal a las actividades culturales, a la memoria y a la verdadera historia de este país", ha manifestado a EFE José García Fernández, responsable de Memoria Histórica del sindicato de pensionistas de CCOO de Asturias. Con este objetivo han llegado este miércoles a Palencia, pero su periplo, iniciado hace ya varios años, les ha llevado por distintos puntos de la geografía nacional, siguiendo las huellas de la memoria. En Zamora rindieron homenaje a Amparo Barayón, la primera esposa de Ramón José Sender, que estuvo en la cárcel y fue fusilada en esta ciudad y han visitado, entre otros, el campo de concentración de Camposancos, en la parroquia del municipio pontevedrés de La Guardia, en Galicia; el cementerio de Torrero en Zaragoza; la localidad navarra de Sartaguda, conocida como el pueblo de las viudas, y distintas fosas comunes y exhumaciones en La Rioja, León o Valladolid. En Palencia, tanto el portavoz asturiano como el presidente de la ARMH han pedido que se aplique la ley de Memoria Histórica y que autonomías como la de Castilla y León "dejen de boicotearla" con "una política cero recursos y negándose a aplicar la ley nacional". "Como mínimo tenemos que aplicar la ley nacional", han manifestado los dos. "Necesitamos recursos económicos y voluntad política", han continuado. Tanto en lo relativo a las exhumaciones y las ayudas a las asociaciones, como en su incorporación con normalidad a los programas educativos. "Esto no es ideologización, esto es historia y está universalmente admitida en todos los países democráticos", ha insistido García Fernández quien ha urgido a que España deje de ser "una excepción en estos temas". Por su parte, el presidente de la Asociación para la Recuperación de la Memoria Histórica de Palencia, José Luis Posadas, ha expuesto los trabajos que se realizaron en la Carcavilla, que llegó a albergar a 486 personas que fueron fusiladas entre 1936 y 1937 y enterradas en fosas sin nombre en este parque que entonces era el cementerio municipal de Palencia. Campesinos, mineros, intelectuales, maestros, médicos, funcionarios, vecinos de hasta 25 municipios de la provincia de Palencia y la capital, de los que se recuperaron 110 cuerpos y se identificaron la mitad. Pero aún quedan, en la zona que hoy ocupa la pista de baloncesto, entre 60 o 70 cadáveres que, como ha explicado Posadas, podrían ser mineros del norte de Palencia. En este sentido el portavoz de los asturianos ha reconocido "la peculiaridad" de que un parque público esté edificado sobre un cementerio y ha considerado que, independientemente de su uso actual "deberían agotarse las posibilidades de exhumación". "Está muy bien que se juegue en el parque, pero también estaría bien que no hubiera huesos de represaliados debajo", ha afirmado. Al respecto, Posadas ha reconocido las dificultades de estas exhumaciones, al margen de que alguien tendría que reclamar los cuerpos, y ha señalado que a corto plazo lo único que se plantea la ARMH es poner en esa zona un hito con los nombres de todos los represaliados que hasta el momento tienen documentados. En cualquier caso para Posadas, lo importante es que actos como el celebrado este miércoles en Palencia, sirvan para que se conozca la Historia de este país y lo que fue la represión franquista en Palencia y en el resto de España. Algo a lo que han contribuido pequeñas historias como la del famoso sonajero de Martín, el juguete que fue hallado en el delantal de su madre, Catalina Muñoz, enterrada en la Carcavilla, y que fue entregado a su hijo Martín, cuando este ya tenía 83 años. O el tesón de Esperanza Pérez Zamora que, cuando no existían las asociaciones, recuperó con sus propios recursos los cuerpos de más de 150 de represaliados.
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