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El tema está recurrido ante los tribunales, y el precedente de Betxí inspira confianza a Antonio Ortolá en sus objetivos sobre el parque
Mañana se cumplirá un año de la retirada de la Cruz del Parque Ribalta de Castellón. Un hecho que llevó a cabo el equipo de gobierno del Fadrell, pese a que el monumento había sido resignificado por un ayuntamiento democrático en 1979. El portavoz de VOX ha reiterado su compromiso de hacer todo lo posible para poner una cruz en el parque Ribalta en defensa de la libertad religiosa.
Tal día como hoy, hace un año, se ultimaban los preparativos para la retirada de la Cruz del Ribalta, que se llevó a efecto, el 4 de enero de 20223. Fue un acto que contó con defensores y detractores. Sobre todo, porque la cruz que, es cierto, se alzó como monumento a las víctimas del franquismo, tras la Guerra Civil; fue resignificada por el ayuntamiento democrático de Antonio Tirado. Tras su ‘resignificación’ se convirtió en un monumento por todos los caídos de Castellón, de todos los bandos. Y además, en un símbolo religioso.
El acto fue recurrido por Abogados Cristianos, y, aunque no se consiguió una paralización cautelar, sigue adelante el pleito en los tribunales.
La retirada de la Cruz fue defendida y ejecutada por los tres partidos del Grupo de Fadrell: PSOE, Compromís y Podem, que gobernaban en aquel momento. En contra se posicionaron PP, Ciudadanos y VOX.
Un año después y tras el cambio de gobierno municipal se ha especulado con crear en este punto del parque un monumento a las víctimas, como lo fuera en su momento Miguel Angel Blanco.
El portavoz del Grupo Municipal de VOX en el Ayuntamiento de Castellón, Antonio Ortolá, ha reiterado su compromiso con la reintegración de una cruz libre de cualquier connotación política dentro del parque en defensa de la libertad religiosa y de la calidad democrática.
La Cruz del Ribalta no es el primer símbolo que, tras el paso de una guerra se pone, se quita, y ‘se repone’. Ocurrió lo mismo con el Obelisco del paseo del Obelisco del Parque Ribalta, alzado originalmente por Francisco Tomás Traver en 1897 para celebrar la victoria de Castellón contra los asedios carlistas.
En este caso fueron las fuerzas franquistas las que acabaron con él en 1938. Fue restituido por el ayuntamiento de Antonio Tirado en 1980.
Fue el mismo ayuntamiento, el que en 1979 se planteó la necesidad de eliminar las confrontaciones políticas heredadas de una guerra Civil. Razón por la cual y con el apoyo de la Corporación, ‘resignificó’ la Cruz del Ribalta para transformarla transformándola en un símbolo en recuerdo de las víctimas de la violencia.
Desde entonces, indicaba Antonio Ortolá, la Cruz ha sido percibida objetivamente como tal, desvinculada de cualquier connotación política o acto de homenaje al franquismo. La afirmación de que la retirada de la cruz se justifica para evitar actos de homenaje al franquismo realizada por el anterior gobierno es calificada por VOX como un ataque a la libertad religiosa carente de fundamento legal.
De hecho, cuando el ayuntamiento de Castellón solicitó documentación para aseverar esas manifestaciones de índole franquista, poco o nada se le pudo facilitar desde la subdelegación del gobierno.
Ortolá ha explicado que “continuaremos defendiendo en los tribunales que la actuación del Ayuntamiento en relación con la cruz del parque Ribalta fue ilegal. VOX luchará incansablemente por volver a poner una cruz en el parque Ribalta, que, despojada desde hace muchos años de toda connotación política, representa un símbolo cristiano arraigado en la historia de nuestra ciudad”.
Además, Ortolá ha expresado su firme crítica en relación con el empleo de recursos destinados a la Memoria Democrática, considerándolo como un despilfarro injustificado, especialmente en un momento en el que la economía local se encuentra confrontando numerosas dificultades. En sus declaraciones, ha destacado la necesidad de priorizar la asignación de fondos hacia áreas más urgentes y prioritarias para el bienestar y desarrollo de la ciudad, subrayando la importancia de adoptar medidas responsables en consonancia con la situación actual.
Un precedente optimista
La reciente sentencia emitida por el Tribunal Supremo a favor de la reposición de la cruz de Betxí en su ubicación original ha generado un precedente significativo y optimista para el grupo municipal VOX. En el trasfondo de esta disputa se encuentra la orden del Ayuntamiento de Betxí en 2019, que dispuso el traslado de la cruz de la ermita del Calvario al cementerio municipal.
Hace poco menos de un año, el Tribunal Superior de Justicia de la Comunidad Valenciana reconoció la ilegalidad tanto de la retirada de la cruz como de su traslado, imponiendo la obligación al Ayuntamiento de Betxí de restituir la cruz a su emplazamiento original. La confirmación de esta decisión por parte del Tribunal Supremo, al no admitir el recurso municipal, es vista por VOX como un triunfo de la libertad religiosa y establece un precedente legal que VOX observa con optimismo, consolidando su compromiso con la defensa de símbolos culturales y religiosos en el espacio público.
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