dimecres, 11 de febrer del 2015

La mala memoria.


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BEATRIZ TALEGÓN

Solamente a un rojo peligroso se le puede ocurrir denunciar a Ana Botella y al alcalde de San Lorenzo de el Escorial por mantener en pie esa gran obra que es El Valle de los Caídos
Vista general del Valle de los Caídos. EFE/Archivo
Vista general del Valle de los Caídos. EFE/Archivo
El malo malísimo de Zapatero hizo muchísimas cosas terribles. Solamente el tiempo le podrá juzgar como se merece, pues no soy yo quién para poder hacerle un traje a medida a alguien tan desconsiderado como para promover las medidas que nos prohibieron fumar en lugares públicos, tan descarado como promover la igualdad de oportunidades de las mujeres, tan mezquino por garantizar una televisión pública de calidad e independiente. El muy ingenuo pretendió dignificar la política, e incluso, el mentecato se ha ido sin haber trincado un sólo euro. ¡Hay que ser pánfilo!

Tuvo la poca vergüenza de airear a viva voz que su abuelo fue republicano. ¡Un socialista reivindicando la República!, no me fastidies.

Sí, le llamaban Bambi, y menudo cervatillo. Con ese talante suyo, con ese tono conciliador, nos la coló por todas partes. Vaya, que el muy rojo puso sobre la mesa las cuestiones que muchos no se han atrevido a plantear en décadas. Hay que ser atrevido y desconsiderado para hacer todo eso en apenas dos legislaturas. Menos mal que alguien decidió empujarle al abismo, porque si hubiera seguido con medidas como la ley de ayuda a los dependientes, la educación para la ciudadanía, la renta básica de emancipación, desde luego no habría habido manera de quitarse de encima a este tipejo. Bueno, y porque el muy caradura ya avisó de que nunca estaría más de dos legislaturas. Pero eso es lo de menos.

Afortunadamente no hay muchos rojos de su calaña. Menos mal. Porque si los hubiera estoy segura de que este país daría pasos de gigante como los que dio en aquellos años. Y sinceramente, yo, que he viajado mucho, prefiero tener que agachar la cabeza y que me miren con cierta lástima a sentirme orgullosa de ser española. ¡Dónde va a parar! Es que, cuando me fui a estudiar fuera gobernaba en España Zapatero y reconozco que me daba vergüenza que estuvieran todo el día felicitándome por lo de los matrimonios homosexuales, por las listas cremallera, por el gobierno con sus ministras… No, no. Eso no puede ser. A mí me gusta ir de víctima y dar pena. Mola mucho más.

Pues hace ya unos años resulta que en un campamento de verano, en Croacia, conocí a un abogado. Sí, uno del talante de Zapatero. Se le veía venir de lejos. Un tono intelectual, un resabiado. Sí, controlaba de historia, de Derecho, de geografía, y muy rojo. Asquerosamente solidario y sin pelos en la lengua. Encima, para colmo, hablaba de maravilla, y eso daba más asco todavía. Porque cuando Eduardo defendía a un compañero portugués lo hacía desde dentro, era capaz de mover montañas. Menudo peligro. Ya les cuento, un rojo de esos que encima parecen normales. Con sus estudios, con su oficio, vaya, que lo disimula y todo, pues no lleva rastas, ni coletas ni grita nada sobre Venezuela. Un rojo muy peligroso.

Yo no me esperaba otra cosa de él, para qué le voy a engañar. No podía salir nada bueno de este chico. Nada bueno para la derecha, quiero decir. Hoy le ha dado por reivindicar la memoria histórica, ¿sabe usted? Qué ganas tienen algunos de remover la mierda, la verdad. Con lo bien que están las familias sin saber en qué lugar se cargaron a sus abuelos, a sus hermanos, a sus maridos, a sus amigos. ¿Qué necesidad de saber tiene la gente a estas alturas? Un sinsentido, ya ven. Como si a alguien le importara lo que robaron los nacionales, los expolios, las violaciones, las vejaciones. ¡Qué mal gusto! Solo falta ahora que la gente reivindique los derechos de aquéllos rojos infames.

Estos rojos asquerosos no se enteran de que hay cosas que es mejor no tocar. Es más, por mucho que no quieran reconocerlo, con Franco vivíamos muy bien. Cuarenta años de avances, de libertades (nunca confundirlo con libertinaje, que era lo que los rojos tenían). Un gobierno como Dios manda. Y menos mal que llegaron, con aquél glorioso alzamiento. Menos mal. Porque España, en la Segunda República iba ya por mal camino: que si reformas agrarias, que si educación pública, que si sanidad, matrimonio civil, eliminación de los privilegios de la iglesia católica, desarrollo en investigación, cultura vanguardista…. Eso era un auténtico cachondeo, un sindiós que había que frenar.

Y menos mal que durante cuarenta años ni Dios abrió la boca para rechistar. Bueno, si alguno hubo ya estaba el garrote y los fusilamientos que eran mano de santo. Los rojos eran rebeldes y cabezotas. Y algunos no eran capaces ni si quiera de disimular.

Nos ha tocado tragar con la democracia, en fin, eso es otro capítulo. Pero sin duda lo que se hizo bien hecho está, y lo mejor que podemos tener en este país es silencio, sobre todo de los rojos que aún quedan. Son molestos, y cada día hacen más ruido.

Como les decía, este picapleitos, Eduardo Ranz, tiene la poca vergüenza de denunciar a un puñado de alcaldes y alcaldesas (Albacete, Alicante, Almería, Astorga, Ávila, Badajoz, Barcelona, Bilbao, Burgos, Ceuta, Cáceres, Córdoba, Fuentes de Oñoro, Guadalajara, Huelva, Las Navas del Marqués, Las Palmas de Gran Canaria, Lugo, Madrid, San Lorenzo de El Escorial, Medina del Campo, Melilla, Oviedo, Palencia, Palma de Mallorca, Quart de Poblet, Salamanca, Santa Cruz de Tenerife, Sevilla, Tarifa, Utrera, Verín, Vigo, Villamuriel de Cerrato, Zamora, Zaragoza) así como a los responsables de diversas Embajadas españolas en Marruecos, Panamá y Bolivia, porque han tenido a bien mantener limpia nuestra honorable memoria. Dice que se incumple la Ley de Memoria histórica, el muy insensato. Ya les avisaba de que este chico está muy puesto, porque además alega que estos Ayuntamientos y Embajadas no han aplicado la jurisprudencia del Tribunal Supremo, y de otros Juzgados y Tribunales establecida al respecto; y han hecho el más omiso de los casos del Informe de la Asamblea Parlamentaria del Consejo de Europa Firmado en París el 17 de Marzo de 2006, y del Informe del Relator Especial sobre la promoción de la verdad, la justicia, la reparación y las garantías de no repetición, Pablo de Greiff, de 22 de julio de 2014.

Alucina usted, ¿verdad? Es que, por si fuera poca la desvergüenza de este letrado, además, tiene el descaro de hacer algo por vez primera en este país. Lo diferente de estas acciones se basa en que por primera vez se presenta un conjunto de escritos denunciando penalmente a los alcaldes y alcaldesas de los municipios, a título particular, en base a un delito de desobediencia del art. 410.1 del Código Penal, y subsidiariamente, de una falta contra el Orden Público; y paralelamente se presenta en el correspondiente Consistorio, Derecho Fundamental de petición, en base a la  Constitución Española de 1978, en donde se solicita se proceda a la retirada de escudos, insignias, placas y otros objetivos o menciones conmemorativas de exaltación de la sublevación militar, y represión de la dictadura, así como se solicita al propio Ayuntamiento, que proceda a la elaboración de un catálogo de vestigios relativos a la Guerra Civil y la Dictadura franquista. Todo ello simultaneado con un escrito de queja al Defensor del Pueblo, y diversas formulaciones de queja, ante el Ministerio de Asuntos Exteriores de España y de las Embajadas de Marruecos, Panamá y Bolivia en España, respecto de la simbología franquista en Embajadas.

Solamente a un rojo peligroso se le puede ocurrir denunciar a Ana Botella, y en San Lorenzo de el Escorial, a su alcalde, por mantener en pie esa gran obra que es El Valle de los Caídos.
Pero lo peor, querido lector, es que esto no acaba aquí. La idea es seguir trabajando en tener información de más vestigios, así como de dar respuesta a los procedimientos que se inicien, y presentar el próximo 14 de abril (cómo no) nuevos procedimientos de retirada de simbología franquista, expuesta en propiedades de la Iglesia Católica y colegios religiosos.

Con mi mala memoria este tipo de cosas hacen que tengamos que acordarnos de esos rojos y de la madre que los parió…

Beatriz Talegón es militante socialista y presidenta de Foro Ético
@BeatrizTalegon
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