http://www.foroporlamemoria.info/2015/11/cinco-mitos-sobre-franco-que-siguen-vivos-contra-toda-evidencia/
04.11.2015
‘Franco. Caudillo de España’ no deja de crecer. Hablamos de la biografía de referencia sobre el Generalísimo, publicada por Paul Preston en 1993, corregida y aumentada en varias ocasiones, y que ahora, al borde del 40 aniversario de la muerte de Francisco Franco, llega a las librerías en una nueva edición que se alarga hasta las 1.087 páginas.
El volumen incluye varias novedades. Por un lado, Preston ha incorporado sus “últimas investigaciones y las de otros historiadores” con el objeto de “matizar” y “enriquecer” temas como el papel de Franco en la Guerra Civil, la represión bélica, sus relaciones con Hitler o las circunstancias de su muerte.
‘Franco. Caudillo de España’ es un libro en construcción; entre otras cosas porque la bibliografía sobre el dictador se ha movido mucho desde 1992. “En el prólogo a la edición de 2002 pude reflexionar sobre la relativa pobreza de las biografías de Franco anteriores a la primera edición y sobre las importantes aportaciones posteriores. Los 13 años transcurridos han proporcionado una visión aún más rica de la complejidad que plantea biografiar una figura tan enigmática y sobre la cual se han fabricado tantos mitos”, aclara Preston en el texto.
A desmontar dichos mitos dedica Preston uno de los dos nuevos capítulos del libro -‘Una reflexión posterior: biografiar a Franco’- en el que analiza “cómo ha evolucionado la manera de biografiar al Caudillo, desde las hagiografías anteriores a su muerte, pasando por una fase infinitamente más crítica, por no decir demoledora a juzgar por las histéricas reacciones franquistas que mi libro suscitó, para volver más recientemente a los intentos infructuosos de reivindicar su figura”.
La ola revisionista de la última década pilló desprevenido a Preston. El historiador acabó así la primera edición de ‘Franco. Caudillo de España’: “El 20 de noviembre de todos los años, un grupo de sus más fervientes partidarios se concentra y grita ‘Franco resucita, el pueblo te necesita’. Pero cada año son menos los envejecidos franquistas irreductibles. Muy pronto ya no quedará ninguno”. Pero no: “Al escribir esas líneas, pensé que así sería y, por lo que se refiere a ‘los envejecidos franquistas irreductibles’, así va siendo el caso por razones biológicas. Sin embargo, la mitología y las leyendas franquistas han resultado muchísimo más duraderas de lo que se podría haber imaginado a principio de los años noventa”, escribe ahora.
Dicho lo cual, Preston procede a enumerar los cinco “mitos principales” sobre Franco que “persisten entre los admiradores del dictador” pese a “haber sido desmantelados por investigaciones históricas solventes”.
Tomen nota:
-“Que Franco ganó la Guerra Civil española a base de unas habilidades estratégicas dignas de Napoléón”.
-“Que durante la Segunda Guerra Mundial, Franco salvó a España de la destrucción al resistir valientemente las exigencias de Hitler para que entrara en el conflicto al lado del Eje”.
-“Que después de 1945, Franco salvó a España de las consecuencias de un asedio económico montado por las potencias democráticas con la intención de destruir un régimen del cual sentían envidia”.
-“Que Franco era el arquitecto del milagro económico en los años sesenta”.
-“Y que Franco previó y fomentó la transición a la democracia que siguió a su muerte”.
Mamporro al revisionista
Uno de los objetivos originales de Preston era “demostrar que ninguno” de estos mitos “podía sostenerse”, lo que explicaría, según él, la “hostilidad” con la que los “franquistas irreductibles” recibieron ‘Franco. Caudillo de España” en 1993. El historiador británico recuerda los casos de Ricardo de la Cierva y Ángel Palomino, que acusaron a Preston de estar influido por “la masonería”, por “la internacional socialista” y hasta por el “oro de Moscú”. “La visión de Franco que subyace en el punto de vista de estos autores es un eco de las hagiografías de antaño que dominaban el escenario durante la vida del personaje”, contraataca ahora Preston.
El hispanista divide en dos campos a los historiadores que justifican el franquismo. Por un lado, los “escritores franquistas entusiastas”, como el “terrorista arrepentido Pío Moa”. Según Preston, Moa “disminuye tanto el nivel de hambre en los años cuarenta como la represión franquista” en sus libros.
Pio Moa disminuye tanto el nivel de hambre en los años cuarenta como la represión franquista
Mucho más sutiles serían autores como Stanley Payne y Jesús Palacios, que ofrecen una “versión también positiva, pero más suave, más aparentemente plausible, de Franco como un hombre apolítico, cuya gran hazaña era la modernización de España”.
“Así pues, existen esfuerzos para dar un giro hacia una historia profranquista. Aunque hay menos ancianos irreductibles, algunos quieren hacer aceptable la memoria de Franco. Pío Moa nos resucita una imagen de Franco que habría sido bienvenida por el propio Caudillo. Lo que nos presentan Payne y Palacios ahora es un Franco para el siglo XXI, un modernizador moderado. Sin embargo, el peso de las investigaciones académicas serias empuja el balance en sentido contrario”, aclara Preston.
Aunque hay menos ancianos irreductibles, algunos quieren hacer aceptable la memoria de Franco
El historiador remata el capítulo nuevo con una pincelada sobre la corrupción de Franco, “apenas tratada” en ediciones anteriores de su libro, y lo hace apoyándose en estudios recientes de otros historiadores. “Ha perdurado la convicción de que Franco era un hombre honesto y austero. La conclusión de los artículos de Javier Otero y el estudio profundo del profesor Ángel Viñas es que la idea convencional del Franco sin afán de lucro no se sostiene… Otero descubrió que en los dos últimos años de la Guerra Civil española Franco había acumulado una fortuna de 34 millones de pesetas de la época… Viñas calcula que ‘en términos de euros de 2010 (…) se trató de una suma de 388 millones’. Parece que esto era simplemente la punta de un iceberg colosal”, zanja Preston.
El libro, por cierto, se abre con una página de agradecimientos en que el Preston de 1993 hace gala de un humor típicamente británico. “Durante muchos años, mi esposa, Gabrielle, soportó la presencia en nuestro hogar de un desagradable huésped, que no había invitado, en la persona de Francisco Franco. Sin su tolerancia y apoyo, la vida con el Caudillo hubiera provocado una ruptura mucho antes de que el libro hubiera concluido”. ¡Zas!
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