Carrero Blanco escondió, hasta su ascenso a los cielos, una carrera literaria poco conocida en la actualidad. El frustrado sucesor de Franco, además de Almirante y fundador de los servicios de inteligencia españoles, escribió bajo pseudónimo una serie de artículos y libros en los que explicaba su parcial visión de España. Con el alias de Juan de la Cosa se atrevió a soñar un universo paralelo en el que las tropas republicanas acababan ahogando el golpe de estado. Como no podía ser de otra manera, el marino auguraba el peor de los destinos para España: una guerra contra Hitler.
Carrero escritor
El almirante Carrero Blanco tuvo en común con Francisco Franco (autor del guión de la película Raza bajo el nombre de Jaime de Andrade) el publicar bajo pseudónimo. Era Ginés de Buitrago, cuando escribía sus columnas en el diario Arriba, y algunos de sus escritos fueron emitidos en programas de Radio Nacional de España ocultando su identidad como Nauticus y Orión. Solo escribía con su verdadero nombre cuando se trataba de obras directamente relacionadas con su empleo, como, durante la década de los 30 y 40, “Las Baleares durante la Guerra de América en el siglo XVIII” (escrita en francés), “Arte Naval Militar, Ideas básicas sobre la Guerra Marítima” o la seguramente fascinante “Cinemática Aeronaval”.
Carrero, escritor oculto
Usando el de Juan de la Cosa (sí, igual que el navegante y cartógrafo), defendía a través de sus escritor que las dos experiencias republicanas habían sido un desastre y que lo mejor para España era una monarquía. Según Manu Escrig, era un fan de Felipe II, al que consideraba un auténtico campeón de la cristiandad. También embestía contra el comunismo y otros enemigos del regimen en libros como “Comentarios de un español” (1947), “España ante el mundo. Proceso de un aislamiento” (1950) o “Las Modernas Torres de Babel“ (1957) .
Carrero coquetea con la ciencia ficción
Lo de los alias da mucha libertad creativa, Carrero se vino arriba y se atrevió con la historia contrafactual o ucronía. Como en la novela (y serie de televisión de la mano de Amazon) “El Hombre en el Castillo” (Philip K. Dick, 1962), que especula sobre una victoria germanojaponesa en la II Guerra Mundial, en encontramos un párrafo en el que el malogrado dictador especula sobre sobre el destino de España de haber fracasado el golpe de estado. Someramente, sin fantasías en las que imaginar a un Franco refugiado en algún país latinoamericano o a España convertida en una república soviética más.
Como comenta el artículo de la Wikipedia dedicado al militar y político (o algo) español, este opinaba que España hubiera ido a la guerra contra Alemania y probablemente hubiera capitulado en junio de 1940, al mismo tiempo que Francia. Así lo dejó plasmado en “Lo que pudo pasar, Artículos del almirante recopilados desde 1945″.
“…Pues bien, gracias al Movimiento Nacional , en junio de 1940 los alemanes se encontraron al llegar a los Pirineos con un pueblo aguerrido que había recuperado el concepto de dignidad nacional, que, prefiriendo morir a ser cipayo, estaba dispuesto a batirse con el beligerante que pisase su suelo, fuese quien fuese, para defender los derechos de neutralidad y los sagrados intereses de España, que estaban al margen del pleito que se debatía con las armas, y … los alemanes quedaron detenidos en el Pirineo. La neutralidad española, respaldada por el prestigio de sus soldados y de su Caudillo, logró lo que no habían podido conseguir las armas aliadas : poner un dique al alud de la Wehrmacht.”
Ante esa perspectiva, y sin plantearse que la contraofensiva aliada habría lanzado quizás desembarcos en Málaga y Cádiz tras la Operación Torch de 1943 en el norte de África, España hubiese quedado según Carrero bajo la férula nazi. Vamos, tampoco es que hubiese mucha diferencia con lo que tuvimos hasta 1975.
El informe Carrero y el futuro de España
En todo caso, el alud de la Wehrmacht no había sido parado por el prestigio de ningún soldado ni por el de ningún Caudillo, y quizás tampoco lo hubiese sido de ondear en Madrid la tricolor republicana. De haber fracasado Franco , el estado ruinoso de carreteras y vías férreas españolas, que hubiesen ralentizado la “guerra relámpago” en uno de los países mas montañosos de Europa, hubiese sido suficiente revulsivo para un plan de invasión nazi. A Hitler (por mucho que soñase con conquistar el peñón de Gibraltar) muy probablemente le hubiese interesado más mantener a España neutral, aunque fuese roja, para impedir así que los aliados desembarcasen tropas en la península. Al menos hasta asegurarse el triunfo en la Batalla de Inglaterra.
Precisamente Carrero, por cierto, había realizado el 11 de noviembre de 1940 un informe en el que detallaba, a petición del ministro de Marina Salvador Moreno Fernández, veintiuna razones por las cuales España no debía entrar en la II Guerra Mundial del lado de Alemania. Carrero sabía del estado catastrófico del ejército, las infraestructuras y la economía del país.
El informe de Carrero no es que fuese crucial para el destino de España. Hitler no quería enemistarse con los franceses prometiendo ceder territorios de las colonias galas al dictador español, que podía haber sido un ‘bluf’ en el terreno militar como Mussolini y (como contó ABC) los suculentos sobornos britanicos a generales españoles y al mismísimo hermano del Caudillo, Nicolás Franco, destremparon las ansias belicistas de los halcones del régimen.
Se estaba mejor en el cuartel, con una cervecita y una tortilla, disfrutando de las libras esterlinas caídas en la talega, pero por España, siempre por España.
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Etiquetas: adolf hitler, carrero blanco, españa, francisco franco, guerra civil, historia de españa, libros, segunda guerra mundial, segunda república, ucronías
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