Pedro Fausto Canales hace años que recurrió a los tribunales para lograr su objetivo, de momento sin éxito
Pedro Fausto Canales lleva años intentando que le devuelvan los restos de su padre que se encuentran en el Valle de los Caídos para enterrarle en el cementerio de Pajares de Adaja (Ávila).
Él tenía dos años cuando su padre fue sacado de su casa el 20 de agosto del 36. Junto con varios vecinos de Pajares de Adaja fue fusilado y enterrado en una cuneta en la cercana localidad de Aldeaseca. El 1 de marzo de 1959, a instancias gubernamentales, sin el consentimiento de los familiares de los asesinados fueron extraidos los restos humanos y el 23 de marzo, una semana antes de la inauguración del Valle de los Caídos fueron enterrados los restos en una caja colectiva.
Pedro Fausto Canales averigüó todo esto años después. Sabe incluso el número de la caja, el 198. No se ha sorprendido por las imágenes que muestran el estado en el que se encuentran parte de los restos humanos enterrados en la cripta porque tuvo oportunidad de comprobarlo en primera persona.
"Sé que en algunos sitios están mejor que en otros, que hay cajas absolutamente enteras que contienen los restos que se trasladaron y otras que están deshechas y por tanto se mezclan los restos óseos con la madera, etc", afirma. Reconoce que hacer las identificaciones puede ser difícil, pero no imposible. "No están peor que debajo de una cuneta, allí por lo menos se sabe donde están", argumenta.
En su lucha por recuperar los restos acudió a la justicia argentina que pidió la exhumación a través de un exhorto enviado al juzgado de El Escorial en julio de 2016. El juzgado rechazó la petición. A pesar de todo Pedro Fausto Canales no se rinde. Hay un lugar en el cementerio de Pajares de Adaja (Ávila) donde espera enterrar a su padre algún día.
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