La Cadena SER ha tenido acceso a las fotografías del informe forense que el Ejecutivo de Zapatero encargó para conocer el estado de los 33.847 españoles oficialmente enterrados en el monumento
Unos forenses rompen un candado de una trampilla, la abren y al hacerlo se encuentran dos huesos en la tapa, en forma de T; son una tibia y un fémur de alguno de los 10.215 personas, cuyos restos óseos están registrados en los niveles del tercero al quinto de la Capilla del Sepulcro del Valle de los Caídos. Los niveles de esa capilla solamente pueden verse desde el agujero de la trampilla, desde el que el movimiento del suelo permite ver una calavera y varios huesos largos, pero no se puede acceder a ellos. Los habitáculos para el enterramiento de más cadáveres de los niveles superiores están detrás de un muro de hormigón al que no se puede acceder.
Este es solo uno de los problemas con el que se encontraron los forenses a los que el Gobierno de José Luis Rodríguez Zapatero encargó comprobar el estado de los 33.847 españoles que hay registrados en el Valle de los Caídos. El informe se publicó en 2011, dentro de un texto mayor que estudiaba la problemática completa que encierra el monumento. La Cadena SER ha tenido ahora acceso a las fotografías de dicho informe, que muestran cómo se almacenan los cadáveres de los muertos en la Guerra Civil. De los muertos de ambos bandos. El informe forense, firmado por el médico Andrés Bedate el 11 de febrero de 2011, se realizó, según las anotaciones del mismo, casi un año antes, en mayo de 2010. Entonces el monumento se encontraba cerrado al público (desde diciembre de 2009), después de que se desprendiera el brazo de una de las estatuas del exterior del Valle y rozara a un visitante.
Las fotos del estudio antropológico se centran en las dos capillas (la ya citada del Sepulcro y la del Santísimo) situadas a ambos lados del Altar Mayor, donde están enterrados Francisco Franco y José Antonio Primo de Rivera. En la del Santísimo, tal y como indicó José María Calleja en su libro de 2009, se supone que no caben ni creyentes rojos, caídos a manos de Franco, ni, por supuesto, rojos no creyentes, que no cumplen ninguno de los dos requisitos. La situación allí no es mucho mejor. Los dos primeros niveles, donde el equipo forense esperaba encontrar 4.869 restos óseos están vacíos. No hay ni un solo columbario. En el primer nivel hay maquinaria funeraria, según el informe. En el segundo, humedades.
Los forenses sí que acceden al tercer nivel, al detectar una placa de mármol distinta del resto. Detrás, un muro de ladrillo que se derriba; desde él, se ven restos completamente desordenados y fuera de los columbarios. En el cuarto nivel la situación empeora. Desde la apertura se aprecia la mezcla de huesos. Se han fragmentado tanto las cajas como los huesos. Es difícil saber qué más hay en esa altura, porque se han metido los columbarios de los dos primeros niveles e impiden calcular el número de restos óseos. En el quinto nivel de esa capilla, no hay ni cajas: solamente hay huesos puestos en línea.
El informe elaborado concluye que es extremadamente complejo identificar los restos de los enterrados en el monumento. Es el cuarto nivel de los cuatro que determinó el forense, que estima que el número de restos óseos no es calculable. El informe fue presentado en el Ministerio de Presidencia el 29 de noviembre de 2011, nueve días después de que el PSOE perdiera las elecciones generales. El texto solicitaba la recolocación de los restos en condiciones adecuadas. El informe se guardó en un cajón.
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