https://lasmerindadesenlamemoria.wordpress.com/2017/06/14/fosa-de-bocos/
Durante aquellos agustiosos días y noches de 1936 y 1937 los altos se convirtieron en lugares de impunes asesinatos. El alto de Bocos no iba a ser menos al igual que otros altos del País: La Mazorra, La Horca, La Brujula. Situado a780 metros de altitud delimita a Villarcayo con Montija hacia el Norte está rodeado de un entorno que esconde tesoros como la necrópolis medieval de Peña Horrero, o una zona húmeda de gran valor ecológico las lagunas de Antuzanos (o de Gayangos). Los rumores sobre fosas en Bocos siempre han sido comunes. Seguimos pidendoos colaboración para esclarecer auqellos tristes sucesos.
Cuando en los 80, se arregló la carretera de Bocos C-629, parece ser que apareció un cadáver (o más, no se sabe) en una de las cunetas. La familia de Aurelio siempre ha pensado que era su tío. Como dato, según parece, la misma noche que a Aurelio, también se llevaron a otro vecino de Torme y lo asesinaron, pero no se supo dónde.
Aurelio López Sobrado, vecino de Villacomparada y que residía en lo que hoy es la casa rural El Tirabeque y donde regentaba una taberna. Los propietarios de la casa eran Los Churrucas, familia de derechas y alcalde franquista de la Merindad de Castilla La Vieja. Aurelio, estaba de alquiler y teniendo ya unos 45 o 50 años, había conseguido reunir el dinero suficiente para hacerse una casa de 4 viviendas en Villarcayo y con una lonja debajo.
En el verano de 1936, recien iniciado el golpe de estado, una noche, el taxista de Villarcayo Enrique, disfrazado con tricornio y capa de guardia civil y acompañado de algunas personas más, detuvieron a Aurelio López, pidieron una botella de licor y un vaso bien fuerte y se lo llevaron en dirección a Bocos, parándose a la salida del pueblo para pedirle a uno de los vecinos un pico y una pala.
Al rato, los asesinos, volvieron a Villarcayo y se reunieron en el bar El Singer, sito en la plaza, portando las orejas y todo lo que tenía de hombre el tal Aurelio, y allí estuvieron bebiendo y riéndose a carcajadas.
SU CUÑADO: DOROTEO
Su cuñado era Doroteo López Sainz de 41 años, labrador y vecino de Horna (Villarcayo). En abril de 1934 es detenido, junto a varios vecinos de Pedrosa (socialistas y republicanos) por tenencia de armas. (Dos pistolas, que le entregó un primo suyo antes de marcharse para Barcelona y una escopeta de su propiedad). Le llevaron detenido a la cárcel de Villarcayo y puesto en libertad a los 3 días, cuando demostró la procedencia de las armas. Detenido por las Fuerzas armadas rebeldes 05/08/1936 hasta 01/08/1938 en la prisión de Valdenoceda. Debía ser concejal. Según el testimonio de su hija, le sacaron de casa la Guardia Civil, esposado y le llevaron en un coche a la cárcel de Villarcayo. Le acusaron de comunista y de tener munición en casa. Le requisaron todo lo que tenía en casa y en la taberna sita en los bajos de la casa. También le obligaron a su mujer, bajo amenazas, a llevarles los 6 mejores corderos a las cocinas que tenían montadas los Falangistas en las Escuelas de Villarcayo.
A los 2 días, a Doroteo de la cárcel de Villarcayo le trasladaron al Penal de Burgos. Allí estuvo dos años preso y ejerció de encargado en la Cantera de Hontoria, donde realizaban trabajos los presos cada día y donde coincidió con los presos de Villarcayo Julio López Linares y Ángel López García nº 313 en El Penal de Valdenoceda, vecinos de Villarcayo y a quienes ayudaba en la cantera y que posteriormente, al igual que él, fueron trasladados al Penal de Valdenoceda, donde estuvieron otros 2 años, más o menos. Doroteo López Sainz, consiguió salir del Penal con la ayuda de los buenos informes que dieron de él, el médico de Villarcayo Isidoro, Urbano Bienes, Iñigo el pastelero y el dueño de la fábrica de harinas de Horna.
Transcurrido un año, cuando ya había otro Alcalde en Horna, le vuelven a denunciar. Sin pérdida de tiempo, Doroteo se fue a Burgos, a donde un abogado de responsabilidades políticas, llamado Amancio Blanco, y allí se enteró de quién la había denunciado, la primera vez y la segunda y no era otro que el Alcalde de Horna, Fermín Serna y Serna, vecino suyo de toda la vida, vivían uno enfrente del otro y hasta estando en la cárcel Doroteo, la mujer de Fermín, le iba a visitar. En fín, ver para creer.
VOLVEMOS A LA FOSA DE BOCOS
Por las informaciones escasas que nos ha llegado hay tres hombres enterrados por la zona de Bocos, un primer hombre enterrado en una finca encima del camino de Barruso que sale a la C-629, otro enterrado en otra zona de Bocos probablemente en dirección a Mozares. Dos vecinos del pueblo fueron obligados a hacer la zanja donde enterraron al muerto. Decían que era un obrero que trabajaba en la fábrica de Churruca (que está a la entrada de Torme). Dejaron fuera una pierna al enterrarle. (Suposiciones). Y un tercero en el Alto de Bocos donde en las obras de arreglo de la carretera C-629 (AÑOS 80) se encontró al menos un cuerpo y se volvió a dejar donde estaba. ¿La empresa constructora por adjudicación pública haya un cadáver y no lo comunica al juez? Lo vuelve a enterrar y ya está. ¿Qué País sin ética y de “chichinabo” es este?
Además de Aurelio López Sobrado, tenemos noticia que Heliodoro PérezToyos, que era encargado de mantenimiento en la Estación de Ferrocarril de Horna (Villarcayo) y afiliado a U.G.T. una noche de Septiembre / Octubre de 1.936, vinieron a buscarle a su casa en Horna, el jefe de Falange en Villarcayo, un taxista (habitual de estos “trabajos”) y otro pistolero. No fue el único paseado esa noche, dos o tres más. Dicen que les asesinaros y enterraron en una curva del Puerto de Bocos. Otros dicen que en el cruce de Torme, otros junto a la ermita de Torme.
Como se puede comprobar son muchas las tinieblas en las que se haya la historia reciente de nuestra comarca y en las que los datos poco a poco nos van ayudando a completarla.
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