https://documentalismomemorialistayrepublicano.wordpress.com/2017/06/12/la-causa-general-una-abyecta-patrana-al-servicio-de-los-oscuros-instintos-de-los-criminales-franquistas/
En el libro, Víctimas de la guerra civil, Francisco Moreno estudia los mecanismos de represión de la dictadura franquista: “los sublevados contra la República castigaban por «rebelión» a los que habían permanecido leales al Gobierno constitucional, aberración legal llamada «justicia al revés». Se generalizaron consejos de guerra esperpénticos, “farsas jurídicas encubriendo simples represalias políticas” (Secundino Serrano).
Un «menú» de acusaciones se aplicaba a todos los detenidos: ser miembro del comité de guerra, participar en detenciones, incautaciones, informar contra personas de derechas, colaborar en la toma del pueblo, tener ideas marxistas, ser huelguista, voluntario en el ejército republicano, ostentar cargos civiles o militares, etc. El sistema arbitrario de denuncias y acusaciones constituyó un lodazal de pasiones, venganzas, odios personales en el que los hechos de sangre depurados fueron minoría: lo esencial fue la depuración política.
Los consejos de guerra no probaban nada, las denuncias e informes negativos eran incuestionables. El tribunal no incidía en el presunto delito, tendía a la soflama patriotera, los tópicos del nacional-catolicismo, la arenga cuartelera. Se insistía en la trayectoria obrerista de los acusados en los años republicanos, destacando afiliaciones a partidos, sindicatos, enfatizando la graduación en el ejército «rojo» durante la guerra.
El trámite final de las sentencias de muerte era el «enterado» de Franco, cuya mano firmaba todas las sentencias de aquella terrorífica justicia militar. Firmado el «enterado» se ejecutaba la pena. Arbitrariedades y aberraciones eran continuas, el fusilamiento de «Las 13 rosas» fue el 5 de agosto de 1939 en Madrid, pero el «enterado» está fechado UNA SEMANA DESPUÉS, el 13 de agosto. Cuando al régimen le interesaba, sus propios trámites eran papel mojado.
Paloma Seoane Amigo describe en “Represión franquista contra las mujeres. La Causa General de Madrid”, publicado por la UCM: “…Las mujeres fueron encarceladas con el avance de las tropas franquistas. Intelectuales, maestras republicanas, madres, esposas, hijas, hermanas de combatientes, de presos republicanos, con edades, razones y procedencias diversas, fueron detenidas, torturadas salvajemente en calabozos, comisarías para conseguir delaciones, juzgadas por tribunales militares, vejadas hasta lo indecible, fusiladas….Se cometió crueldad y salvajismo contra las mujeres en zona nacional….espantosos los actos cometidos por el Tercio y moros…..La mujer republicana y de izquierdas se mantuvo firme en sus ideales progresistas hasta el punto de ser encarcelada…..La Causa General de Madrid no es una fuente de datos objetiva, por las razones que motivaron su gestación y desarrollo, por su fuerte carácter propagandístico de cara al exterior, por la complejidad de los testimonios, su intencionalidad exculpatoria, sus usos sesgados….”.
Seoane recoge las imputaciones de la causa general, : “Contra Concepción Casado Malsipica (..y otras mujeres..) se siguió procedimiento con el núm. 33.552, por haber formado parte de la checa anarquista denominada “Campo Libre”, situada en el convento de la calle Fuencarral nº 126, cumpliendo órdenes del Comité Regional de Defensa de la CNT.”
ACUSACIÓN FALSA, Fernando Hernández Holgado describe en su Tesis Doctoral “La prisión militante: las cárceles franquistas de mujeres de Barcelona y Madrid (1939-1945)”: “Concepción Casado Malsipica, 23 años, había ingresado en Ventas, y al poco también su hermana Fernanda, 22 años, casada, que entraba con un niño de 2 meses llamado Enrique Mamad. El que fuera secretario general de la UGT, José Rodriguez Vega, coincidió con ellas en la misma comisaría y refiere lo siguiente: “gritos desgarradores salían de las gargantas de las 2 mujeres, estaban siendo cruelmente maltratadas. Aparecieron ambas con las ropas destrozadas, señales en brazos y cara de los golpes recibidos. Las apalearon hasta dejarlas sin sentido, al niño de Fernanda lo lanzaron violentamente contra un sofá después de arrebatárselo a la madre, sentimos igualmente el llanto del niño. Fernanda y Concha fueron juzgadas el 24 de diciembre de 1939, en la causa, 33. 558, y fusiladas en las tapias del cementerio del Este el 19 de febrero de 1940, junto a otras 15 personas, entras ellas Antonia Torre Yela, la rosa número 14. Su único delito, servir de cocineras y limpiadoras de una organización libertaria de Madrid”. Ver también Eduardo Montagut Contreras (Concha y Fernanda).
Continúa Seoane: “..Clara de Pablo Garrido…se le siguió procedimiento nº. 10.450, por haber pertenecido a la checa de la calle Españoleto nº 19, participando en los crímenes que por la misma se cometieron, y al radio comunista de Guirlandera-Prosperidad..”.
TODO MENTIRAS OBSCENAS. Tesis de Holgado: “El texto memorialístico Cárcel de Ventas, de Mercedes Núñez Targa es igualmente rico en nombres de penadas que llegó a conocer durante su estancia en prisión: “Muchas compañeras han dejado la vida ante los pelotones de ejecución: cayó Clarita de Pablo, 20 años, estampadora, parecía salida del pincel de Romero de Torres, fusilada el 7 de diciembre de 1940; cayó Elena Cuartero, que tenía más de 50; y las hermanas Paula, 24 años, y Milagros Orozco Córdoba, 22 años, viuda, que entró en Ventas con un niño de 15 meses, Justo de las Muelas Orozco…condenadas en la misma causa que Clara de Pablo…ejecutadas el último día del año 1940….Y tantas otras.. la lista es larga..”. Un vecino de las hermanas Orozco cuenta: ..”Soy de Yuncler y recuerdo la historia de estas 2 hermanas, conozco a su hijo y a la familia. Pobrecillas sin haber hecho nada, y la familia Franco viviendo a costa de todos los españoles, con tanto daño como hicieron..”
Juana Doña relata en la obra de Moreno: “..una compañera de la cárcel de Ventas de Madrid era Clara, muchacha jovial y alegre de 20 años. «Su madre dice que haciendo gestiones en Capitanía para salvarla, el denunciante, que perseguía a Clara con saña, la miró sonriendo». Mal presagio. El juez militar acosaba sexualmente a la joven Clara que era muy joven y frágil, su cara de un candor nada común la hacía atrayente a primera vista; esto le trajo malas consecuencias; el juez la sometió a un asedio pertinaz, venía a verla casi todos los días para hacerle “proposiciones”, como no conseguía nada siguieron las “amenazas”. Clara fue condenada a muerte y fusilada en Madrid. La única Clara que aparece en los listados [ A y B ], de presas de Ventas y fusilada en las tapias del Este, es Clara de Pablo Garrido.
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