Gustau Nerín
Foto: Colección Marín - Kutxa Fototeka
Barcelona. Domingo, 17 de junio de 2018
4 minutos
¿Quiénes fueron los dirigentes del régimen franquista? Tenemos datos aislados sobre ellos, pero por más extraño que parezca, a 40 años de la muerte del dictador, todavía no existía una recopilación sistemática de las biografías de los principales franquistas. Ahora, el historiador Pedro L. Angosto ha decidido resolver esta situación anómala con la publicación de Diccionario del franquismo. Protagonistas y cómplices (1936-1978) (editorial Comares). Esta obra incluye entradas para 400 personajes que fueron puntales del franquismo en diferentes ámbitos (la política, la economía, la religión, las ciencias...). El autor no incluyó más, no porque faltaran los colaboradores del franquismo, sino porque Angosto quería hacer una compilación básica, que constituyera una herramienta de trabajo útil para historiadores y curiosos, y no "una enciclopedia".
En España hubo fascismo. El nacionalcatolicismo es la peculiar versión española del fascismo
En sus propias palabras,
Una de las virtudes del libro es que recupera numerosos textos de los propios franquistas, de tal forma que el lector pueda formarse su propio concepto de los biografiados a través de sus propias palabras, que resultan tremendamente reveladoras (además, ofrece una bibliografía amplia sobre cada biografiado, para aquel que quiera ampliar sus conocimientos). La intención del autor es dejar claro que mienten quienes dicen que en España no hubo un régimen fascista y totalitario. Él denuncia que "el nacionalcatolicismo es la peculiar versión española del fascismo".
Un admirador de Esplá
Pedro Luis Angosto (Caravaca, Murcia, 1960) es historiador y su especialidad es la historia del movimiento obrero en el siglo XX, especialmente durante la República y el franquismo (tanto en el interior como en el exterior). Le apasiona la figura de Carlos Esplá, el periodista y político alicantino que ejerció de ministro de Propaganda republicano tras el inicio de la guerra civil. Algunas de sus obras giran en torno a este intelectual: Sueño y pesadilla del republicanismo español: Carlos Esplá, una biografía política (Biblioteca Nueva) y Carles Esplà, un periodista republicà (en català, amb Julia Puig, en les publicacions de la Universitat de València). Però també ha publicat d'altres llibres com Alfonso XIII. Un rey contra el pueblo (Editorial Renacimiento).
El franquismo no se liberalizó nunca. Las comisarías estuvieron siempre llenas
Una opresión que no acabó nunca
Angosto quiso escribir este libro, también, para dejar claro que el franquismo "no se liberalizó nunca". Frente a quienes reconocen sólo la violencia del primer franquismo y alegan una cierta relajación en el tardofranquismo, Angosto explica que "las comisarias estuvieron siempre llenas" y "los derechos siguieron igual". "El franquismo nació matando y murió matando", reflexiona el historiador, que recuerda el miedo que tenía la gente, incluso en los últimos años del franquismo, de hablar de política. Y afirma que el "sistema de destrucción de derechos" perduró hasta después de la muerte de Franco, porque los mecanismos de terror creados por la gente que aparece en esta biografía no desaparecieron.
Esconder el cuerpo del delito
El autor del Diccionario del franquismo asegura que hubo una estrategia premeditada del franquismo por ocultar la represión. Recuerda que cuando se vio que la derrota nazi era inminente se desmantelaron por completo los campos de concentración españoles, incluso desmontando las barracas y las verjas. Y recuerda que quedan muy pocas imágenes de la represión franquista, a diferencia de la represión nazi, que cuenta con numerosos documentos para documentarla.
Eugeni d'Ors es un ideólogo clave en el franquismo
Un régimen que viene de lejos
Angosto denuncia que las raíces del franquismo se han de buscar muy atrás, como mínimo en la Restauración. Apunta que, además de la ya muy conocida influencia de pensadores como José Antonio o Onésimo Redondo, y de la fascinación por el nazismo y por el fascismo italiano, el franquismo recibió muchos influjos de la reaccionaria Action Française de Charles Maurras, y revela que uno de los pensadores más relevantes para el franquismo fue Eugeni d'Ors. Angosto denuncia las estrechas relaciones entre la alta burguesía y el franquismo, y pone de manifiesto el papel central en el régimen de algunos empresarios, como Joan March o Demetrio Carceller.
Quienes hicieron su fortuna durante el franquismo la siguen acreciendo
La felicidad de los represores
Angosto denuncia que los personajes que salen mencionados en su libro y que sobrevivieron a Franco no tuvieron ningún problema: "No han sufrido nada". Martín Villa fue director de uno de los principales grupos de comunicación españoles, y los torturadores, como Billy el Niño, siguen en su casa recibiendo pensión. "Y quienes hicieron su fortuna durante el franquismo la siguen acreciendo", recuerda, añadiendo que muchos de ellos están en consejos de administración de grandes empresas.
De esos polvos vienen estos lodos
El historiador murciano cree que España, actualmente, tiene un problema, y apunta que ese problema es que "la revolución democrática no ha triunfado" a causa de los retrocesos provocados por el franquismo. Afirma que las élites españolas no han renunciado a los privilegios que les reservó el franquismo. Angosto apunta que la corrupción actual tiene sus orígenes en el franquismo. "No se tolera que se robe un coche, pero en la administración es normal que se robe, ha funcionado siempre, alega", y afirma que "A Franco no le importaba nada lo que hicieras con el dinero y los chanchullos de la administración".
Se explica a los escolares una historia que no es real
El silencio que nos invade
Angosto afirma que todavía hay problemas para tratar estos temas en el Estado español. Y denuncia un intento de correr un tupido velo sobre el pasado: "Hay todavía como un no querer poner nombres y apellidos a los que fueron protagonistas de este período de barbarie". Y afirma que continúa habiendo un intento para distorsionar la historia: "Se explica a los escolares una historia que no es real". Angosto cree que si en las escuelas se diera a conocer lo que realmente pasó, eso "crearía una conmoción como la que se creó en Alemania cuando se proyectaron en las escuelas los documentales rodados en los campos nazis".
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