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Moncada inaugura un monolito en reconocimiento a 18 vecinos fusilados por el franquismo y otros cuatro represaliados por el nazismo
Manuel Lluesma, vecino de Moncada fusilado por el franquismo LEVANTE-EMV
Moncada | 28·03·23 | 07:00 | Actualizado a las 09:39
Manuel Verdeguer, 51 años, llaurador. Manuel Monzonís, 36 años, turronero. José Mª Orts, 28 años, obrero... La lista sigue hasta contar 22 nombres con sus apellidos y sus respectivos oficios, todos ellos inscritos en el monumento a la memoria democrática que desde este lunes, 27 de marzo, se ubica en la plaza Josefina Caballer de Moncada. Un homenaje que el municipio de l’Horta Nord dedica a sus 18 vecinos fusilados por el franquismo y otros cuatro prisioneros en campos de concentración nazis.
Manuel Lluesma, 41 años, obrero. “Mi abuelo Manuel formaba parte del sindicato obrero de Moncada y de una asociación teatral. Estaba muy ligado a la vida social del pueblo”, relata Lola Celda, actual alcaldesa de Marines y nieta de Lluesma, fusilado por el franquismo tres años después del final de la guerra civil. “Era miembro del Comité Ejecutivo Popular del municipio y, como no localizaron a las personas que participaron en los actos violentos de 1936 en Moncada, montaron una causa general contra todos. Pero mi abuelo se unió al comité en 1937. Pensaba que no le iban a fusilar, porque además nunca estuvo en la primera línea, sólo en enfermería”, cuenta la alcaldesa socialista.
“Mi madre vio con cinco años como fusilaban a su padre –continúa narrando Celda–. Después dejaron el cuerpo en la fosa de Paterna, pero esa misma noche lo sacó su hermano de ahí para depositar sus restos en el cuarto piso. Hace cuatro años descubrimos el nicho y, al sacarlo para hacer la prueba de adn, encontramos una botellita en su bolsillo en la que ponía: soy Manuel Lluesma, me fusilan el 29 de diciembre de 1942, dejo hijos”, rememora Celda, que añade emocionada: “Al menos hemos podido traer sus restos a Moncada y mi madre, aún con vida, por fin puede dejarle flores”.
Adrián Gadea, fusilado en Paterna el 29 de diciembre de 1942 LEVANTE-EMV
La lista continúa y muestra más nombres. Por ejemplo: Adrián Gadea, 36 años, panadero. “Mi abuelo Adrián era de la CNT y participó activamente en la vida política de Moncada, recuerda el actor Ferrán Gadea, famoso por dar vida a ‘Tonet’ en la serie de L’Alqueria Blanca. “Mis familiares me contaron que estuvo en el ayuntamiento en la junta popular, sabía leer y escribir, hacía teatro y pintaba muy bien. Enseñó a leer a la gente del pueblo”, detalla Gadea.
“Le condenaron al exilio siempre que no se llevara a la familia, pero cuando salió de la cárcel fue a por su mujer y sus hijos y estaban esperándole. A mi abuela la raparon y le dieron aceite de ricino. Mi abuelo fue de los últimos fusilados en Paterna porque no tenía delitos de sangre. Le fusilaron por sus ideas”, dice su nieto, que como Lola Celda encuentra cierto consuelo en el destino final de este represaliado: “La hermana de mi abuelo Adrián consiguió sacarlo de la fosa común y ahora descansa con los suyos en el cementerio de Marines”, cuenta el actor.
“No buscamos revanchismo”
Adrián, Manuel y el resto de fusilados moncadenses llevan años en la memoria colectiva del municipio, tal como explica la concejala Feliciana Bondia: “Nosotros los leímos en un pleno hace mucho tiempo, cuando estábamos en la oposición, y el entonces alcalde popular Juan José Medina se levantó y se fue”, señala la delegada de Memoria Histórica en Moncada, añadiendo que el propósito del monolito, como lo fue la lectura en aquel pleno, no es otro que reconocer a las víctimas. “No buscamos revanchismo”, asegura Bondia.
Feli Bondia, Toñi Serna y Concha Andrés, secretarias autonómicas y miembros de la corporación municipal A.MOCANDA
De hecho, el monumento surge de un homenaje a las víctimas del Holocausto celebrado el año pasado en Picassent donde se entregaron “taulells de la memòria” a representantes y familiares de 24 vecinos de l’Horta prisioneros en Auschwitz, Mauthausen o Gusen. “Nosotros recibimos tres azulejos de vecinos de Moncada, este monolito nace de la necesidad de darles un homenaje digno”, relata el arqueólogo municipal y asesor del área de Memoria Histórica, Josep Maria Burriel, encargado asimismo de esculpir un monumento en el que aparecen cuatro nombres –en los registros históricos constaba un cuarto vecino– de represaliados por el nazismo: Francisco Tortosa, Baltasar Picher, Enrique Domènech y Bautista García.
Retirada de simbología franquista
Además, desde el consistorio recuerdan que la instalación del monumento no es la primera acción emprendida por Moncada en materia de memoria democrática. “Este municipio retiró la cruz de la iglesia dedicada a Dios y la patria, puso un pedrusco trabajado con una poesía de Juan Ramón Jiménez –pendiente de restauración–, quitó hace cuatro años las placas falangistas con el yugo y las flechas de más de 300 viviendas, y dio la vuelta al gran cartel situado en la cruz de los caídos que aún tenemos en el cementerio”, detalla Bondia.
De este modo, tras retirar o esconder la simbología franquista, Moncada da un nuevo paso hacia el reconocimiento de las víctimas de la dictadura. Ha sido este lunes por la mañana en un acto solemne con presencia de familiares, representación institucional y Ferrán Gadea como conductor de la ceremonia: “Para mi es importante, me da pena que no lo vea gente de mi familia que ya ha fallecido. Aunque lo pasaron muy mal y en casa era un tabú hablar de todo esto, para ellos hubiese sido un gran acto de justicia”, cierra el actor.
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