dimecres, 14 de febrer del 2024

Localizan los restos de dos de los 45 fusilados en el cementerio de Xàtiva

 

El simposium de Ulleye divulga los resultados de las exhumaciones de las fosas comunes del Franquismo realizadas en la capital de la Costera


Sara Mejías, presidenta de la Asociación Víctimas del Franquismo del Cementerio de Xàtiva.

Sara Mejías, presidenta de la Asociación Víctimas del Franquismo del Cementerio de Xàtiva. / LEVANTE-EMV

Salvador Català

El pasado fin de semana se desarrollaron en la Casa de la Cultura de Xàtiva las XV jornadas del Simposio «Víctimes del Bombardeig de l’Estació», organizadas por la editorial Ulleye, que fue dedicado este año a desarrollar historias personales, y profundizar sobre las biografías de diferentes personajes que sufrieron represión durante la dictadura. Se aprovechó también la ocasión para que Sara Mejías, presidenta de la Asociación Víctimas del Franquismo del Cementerio de Xàtiva, expusiese las conclusiones de los trabajos forenses y arqueológicos realizados durante el pasado año para localizar las fosas de represaliados en el camposanto setabense.

Por lo que se refiere a biografías rescatadas del olvido, se analizó en la presente edición, la lucha sindical del setabense Marcel.lí Miravalles y la presión policial, que le llevó a emigrar forzosamente a Benetússer para poder encontrar trabajo en tiempos del posfranquismo. Se reconstruyó la biografía del médico Ernesto Sanz, como máximo representante de la sanidad pública, encargado de gestionar las consecuencias de la catástrofe humanitaria ocasionada por el bombardeo de Xàtiva. Se recreó el pensamiento del soldado republicano Emili Monzó, tras su regreso a la España de la Transición, después de décadas de forzado exilio, la historia del maquis Josep Llinares Beltrán, natural de la Pobla Llarga, y los golpes perpetrados por la Agrupación de Guerrilleros de Levante, en la Costera. Se puso también nombre y apellidos a la Quinta Columna, a los espías setabenses que contribuyeron a la causa franquista desde la retaguardia republicana.

Primera exhumación

Dio voz también el simposio a la Asociación Víctimas del Franquismo del Cementerio de Xàtiva, con el objeto de presentar los resultados de la primera campaña de exhumación de las fosas comunes del franquismo. De los iniciales objetivos previstos, sólo se ha conseguido localizar los restos de dos víctimas: Manuel Cháfer Cháfer «el gallo», en el cementerio católico, y la de Jose María Blanch Maynou, en el civil. Ambas de fácil localización gracias a la existencia de documentación oficial en el primero, y de losa identificativa, en el segundo. En el caso de Manuel Cháfer, se sabía de su localización gracias a la documentación «…ha sido enterrado el día dos de octubre de 1939 en la fosa común, patio segundo frente nicho 148 del lado primero..». Pero desgraciadamente en la fosa aludida, además de los restos del «gallo», se encontraron los restos de otros cuerpos «ordinarios», es decir de gente sin recursos no reclamada, sin dinero para costearse una sepultura digna. No eran víctimas de la represión franquista. El análisis de los restos de Manuel Cháfer confirman su ejecución extrajudicial, y corroboran las diligencias de la autopsia oficial realizada por los doctores Ubeda y Cuquerella en su época, como muerte violenta causada por arma de fuego, con linchamiento previo, que contradice la diligencia de la Guardia Civil, de que fue un suicidio, como consecuencia de verse acorralado en el momento de su detención.

En el caso de José María Blanch Maybou, la enorme losa con su nombre, sirvió de pista para localizar su paradero. Como en el caso del gallo, su cuerpo se encontró junto a cadáveres ordinarios, procedentes de enterramientos de gente sin recursos. Asesinado en la primera saca de Casablanca, el 15 de mayo de 1939, junto a otros cuatro reos, se esperaba que allí pudiera localizarse la fosa de Casablanca, pero como en otros casos, parece que a sus familiares se les permitió ubicar el cadáver en una tumba individual con losa identificativa. Por lo que se refiere a sus restos, se puede afirmar que era Jose María Blanch por presentar dos fracturas y un traumatismo con orificio de entrada y salida, causados por tres proyectiles disparados por arma de fuego, situado uno de ellos, en el occipital, lo que hace pensar que recibió tiro de gracia.   

En ambos casos, todos los indicios encontrados permiten confirmar la identidad de las víctimas, en espera de que las pruebas de ADN. Para la presidenta de la asociación, los resultados obtenidos no fueron los esperados, al faltar 45 víctimas por localizar, y no haber dado con la fosa de las ejecuciones de Casablanca. Pero no desisten en localizarla en algún otro rincón de la parte civil de la necrópolis setabense