dissabte, 7 de febrer del 2009

Uno de los nuestros. Escàndol al PP de Madrid: L'Aguirregate i Los hombres de Paco. 07/02/2009.

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Cinco casos para una comisión

La presunta trama de espionaje en la Comunidad de Madr tiene escenarios entremezclados


VERA GUTIÉRREZ CALVO - Madrid - 07/02/2009

El objeto de la comisión de investigación creada en el Parlamento madrileño es uno: "Analizar y evaluar las responsabilidades políticas que pudieran derivarse en relación con el supuesto espionaje político en la Comunidad de Madrid". Pero los caminos para llegar a ese objetivo pueden ser varios, porque el escándalo tiene frentes distintos que se entremezclan. Para tratar de esclarecerlos, PSOE e IU registraron ayer mismo su solicitud de comparecencias: una lista con 56 nombres que aún debe pasar el filtro del PP. Éstos son algunos de los asuntos sobre los que la comisión tratará de arrojar luz:

Garzón desmantela una gran trama de corrupción política vinculada al PP

Espionaje político en la Comunidad de Madrid

- Seguimientos parapoliciales a adversarios de Aguirre. En abril de 2008, el vicealcalde, Manuel Cobo, y el ex consejero Alfredo Prada -enfrentados políticamente a Esperanza Aguirre- fueron sometidos a seguimiento por un grupo de agentes que trabajaban supuestamente en la Consejería de Interior de la Comunidad de Madrid. Eso se deduce de los partes de seguimiento, publicados por EL PAÍS, donde los espías hablan de "nuestro director, Sergio" -supuestamente Sergio Gamón, entonces director general de Seguridad- y de "Miguel" -supuestamente el ex subdirector Miguel Castaño-. Los agentes se encaminan a veces a la "D. G.", identificada con la Dirección General de Seguridad. El máximo responsable de la consejería es Francisco Granados, aunque fuentes cercanas a él y a Prada aseguran que Gamón no respondía ante Granados sino ante el vicepresidente Ignacio González (el número dos de Esperanza Aguirre) y el viceconsejero Alejandro Halffter, un hombre de González.

- Asalto al despacho de un alto cargo. El 27 de junio de 2008, Sergio Gamón, director general de Seguridad, se presenta con varios agentes en un organismo de la Consejería de Justicia, entra en un despacho y requisa un ordenador. El despacho es de Juan Carlos Fernández, hombre de confianza de quien ha sido destituido como consejero de Justicia la víspera: Alfredo Prada (después de colocarse del lado de Rajoy en la batalla de poder en el PP). El ordenador contiene supuestamente informes confidenciales (algunas fuentes aseguran que es un dossier contra Granados; otras, que se trata de información contra González). El asunto ya salió a la luz pública entonces (Gamón fue destituido por el asalto al despacho, aunque permaneció en nómina de la Comunidad), pero ahora vuelve a cobrar relevancia porque otro de los altos cargos que ha sido espiado es Juan Carlos Fernández. En los dossiers aparece con el apodo de "el cabezón": así es como era llamado en la consejería según confirman distintos responsables de ésta.

- Espionaje al vicepresidente. Ignacio González fue grabado con cámara oculta durante un viaje oficial a Colombia en agosto de 2008, según figura en uno de los dossiers publicados por EL PAÍS. Un segundo dossier informaba de un viaje privado del vicepresidente a Suráfrica cuatro meses antes, y denunciaba adjudicaciones presuntamente irregulares de la Comunidad a empresas (como un tercer dossier, divulgado por Público). Uno de los empresarios iba en el avión con González; en otros casos las empresas están ligadas a familiares del vicepresidente. PSOE e IU llaman a declarar a varios empresarios.

Éste es uno de los episodios más confusos del escándalo, porque González aparece a la vez como víctima de espionaje y acusado de irregularidades en el ejercicio de su cargo. Y también porque algunos de los sospechosos de ordenar el resto de seguimientos eran hombres de confianza del vicepresidente.

- Las denuncias ante la dirección nacional del PP. El ex tesorero del PP, Álvaro Lapuerta, comunicó en mayo de 2008 a su presidente, Mariano Rajoy, que creía estar siendo espiado por gente relacionada con la Comunidad de Madrid, según ha explicado el propio Lapuerta y confirmado el PP. Esperanza Aguirre, por otro lado, asegura que Lapuerta había tenido acceso a informes que atentaban contra el honor de Ignacio González y Francisco Granados, y que avisó a Rajoy en 2006; éste se limita a decir que él no vio ningún dossier.

- Un 'CNI' autonómico. En junio de 2008 y ante la creciente sensación de que altos cargos del Gobierno regional, él incluido, estaban siendo espiados, González barajó crear un servicio secreto similar al CNI. Encargó un borrador del proyecto a Luis Vicente Moro, ex delegado del Gobierno en Ceuta, pero finalmente el plan quedó aparcado. La Comunidad de Madrid carece de competencias para tener un CNI.

El PSOE mira a Gallardón
Entre las 33 personas con nombre y apellidos que el PSOE quiere llamar a la comisión de investigación (además de un número indeterminado de asesores) hay cuatro altos cargos que no lo son de la Comunidad sino del Ayuntamiento de Madrid: el alcalde, Alberto Ruiz-Gallardón; su concejal de Seguridad, Pedro Calvo; Emilio Monteagudo, inspector jefe de la Policía Municipal; y Juan Carlos Durán, director de Seguridad Corporativa.

El PSOE los llama porque, en los días en que salió a la luz el escándalo del espionaje en la Comunidad, el diario El Mundo publicó que el Ayuntamiento tiene una unidad "parapolicial" con competencias supuestamente fuera del control de la Policía Municipal. Aunque no ha surgido ninguna información sobre espionaje realizado por esta unidad, el PSOE cree que "hay que abordar todo lo que ha ido saliendo", explica su portavoz, Maru Menéndez. Una estrategia de la que disiente IU, que en sus 23 solicitudes de comparecencia sólo ha incluido a Gallardón y que prefiere centrarse en la Comunidad de Madrid.

También figura en la lista de ambos partidos el vicealcalde Manuel Cobo, pero él sí como víctima de la supuesta trama de espionaje político en la Comunidad.
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Arranca la 'comisión de los espías'

Los populares rechazan dos sesiones de tarde y no garantizan repreguntas

C. E. CUÉ / J. S. GONZÁLEZ - Madrid - 07/02/2009

No había prácticamente empezado la comisión de investigación sobre el espionaje en la Comunidad de Madrid, y el presidente, Benjamín Martín Vasco, del PP, ya mostraba sus cartas. Hasta cuatro veces quitó la palabra a Maru Menéndez, la portavoz socialista, y a Inés Sabanés, de IU, ante el estupor de ambas.

Primer día, primeras tensiones
IU y PSOE intentan evitar retrasos en la investigación
El PP se resiste a aclarar si apoyará la citación a Rajoy
Cinco casos para una comisión
Garzón desmantela una gran trama de corrupción política vinculada al PP

"Mal empezamos, presidente si me quita la palabra el primer día", le espetó Menéndez. "Presidente, no sabe lo que voy a reclamar, permítame que lo reclame, por favor", se quejó Sabanés cuando Martín Vasco no le dejaba ni siquiera exponer su petición. El presidente, teóricamente un cargo institucional, llegó a decir en un momento: "Entiendo la buena voluntad del Grupo Popular", para aplaudir una intervención de David Pérez, el portavoz del PP. Pérez es el jefe de Martín Vasco, que no es un diputado cualquiera, sino un miembro de la dirección del grupo, por tanto, un aguirrista de la absoluta confianza de la cúpula.

Toda esta bronca se produjo sin que hubiera ningún compareciente polémico, mientras se discutían cosas tan básicas cómo qué días de la semana se trabajará. Después de una sesión de control del jueves durísima, en la que Esperanza Aguirre recuperó escándalos socialistas de hace más de 20 años, lo de ayer es sólo un pequeño avance de una comisión que el PP pretende controlar hasta sus últimos detalles para evitar que se deteriore aún más la imagen de Aguirre y su Gobierno.

El PP arrancó utilizando su mayoría absoluta para poner varias zancadillas a la oposición. Primero, decidió que sólo habrá tres días hábiles: lunes y miércoles a jornada completa y viernes sólo por la mañana. El martes, adujo el PP, hay junta de portavoces, y el jueves pleno. IU replicó: pongamos también el martes por la tarde, y ampliamos a la tarde del viernes, para poder agilizar. Los diputados del PP, con poco margen porque las decisiones políticas se toman en la Puerta del Sol, donde está el Gobierno madrileño, votaron en contra incluso de esta pequeña ampliación.

Los populares no dieron ninguna garantía de que la comisión pueda ser considerada de investigación, esto es, que incluya repreguntas y capacidad de interrogar realmente al compareciente, como sucedió en todas las comisiones importantes del Congreso. La última fue la del 11-M, con interrogatorios de hasta 12 horas, como el de José María Aznar.

Según el reglamento, el PP puede forzar que haya comparecencias de poco más de una hora y sin ninguna repregunta, como una "sucesión de monólogos", en palabras de Menéndez. El PP no rechazó de plano la idea de las repreguntas, pero tampoco se comprometió a nada. Y la actitud del presidente, cortando constantemente a la oposición, hizo temer a PSOE e IU que no va a dar ningún tipo de facilidades cuando estén allí miembros del Gobierno del PP, y por tanto jefes supremos de Martín Vasco.

El PP puso otras zancadillas de las que la oposición ni siquiera se percató en un primer momento. Concentrados como estaban en las repreguntas y otro tipo de cuestiones, no cayeron en la cuenta de que los populares aprovechaban su mayoría para dilatar al máximo los plazos para empezar a trabajar. Hasta el punto de que aún no se sabe cuándo arrancará. Según lo votado ayer, podría retrasarse indefinidamente la llegada del primer compareciente.

El PP, al contrario que PSOE e IU, no registró ayer sus peticiones, y hasta que no lo haga no se podrá votar y arrancar la comisión. Además, hay que dar un plazo de tres días desde que se llama al primero. La situación llega al absurdo de que, aunque el PP ha prometido ser flexible, formalmente la fecha final de la comisión es el 28 de febrero, pero al paso confuso que marcó ayer el PP para esa fecha podrían no estar ni siquiera decididos los comparecientes. El 1 de marzo son las elecciones gallegas y vascas, claves para el PP.

Primer día, primeras tensiones
- David Pérez (PP): El portavoz del PP se indignó con la presencia de Tomás Gómez, que no es diputado, en la Asamblea: "Hay una voluntad de aprovechamiento político descarado. Hay un tiempo para los partidos y un tiempo para los representantes parlamentarios. No respetar esto es no respetar la democracia".

- Maru Menéndez (PSOE). A la segunda interrupción del presidente, la socialista se enfadó: "Mal empezamos si el primer día me retira la palabra. Por favor, permítame expresarme y sabrá lo que quiero decir". Después dijo que la actitud del PP puede convertir este órgano en una "comisión tapadera".

- Inés Sabanés (IU). También interrumpida varias veces por el presidente, del PP, se indignó: "No sabe aún lo que voy a reclamar, permítame que lo reclame, por favor", clamó. Después señaló que sería un "verdadero escándalo político" si el PP veta la comparecencia de personajes clave e impide prolongar la comisión después del 28 de febrero.

- Tomás Gómez (PSOE): "El presidente de la comisión es un intransigente que representa el sector más duro del PP. Venía todo atado y bien atado por Esperanza Aguirre".
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El PP se guarda todas las llaves de la comisión del espionaje en Madrid

Con su mayoría otorga la presidencia a un miembro del PP, no aclara cuándo arrancarán las comparecencias, ni confirma quiere que vaya.

JUANMA ROMERO - Madrid - 07/02/2009 07:30

La flexibilidad puede convertirse también en una poderosa rigidez. El PP de Madrid construyó ese escenario ayer, el día en que se constituyó la comisión de investigación encargada de analizar la presunta red de espionaje de la Comunidad. Buscó complacer parcialmente a su oposición en la Cámara regional y al tiempo guardarse todas las llaves.

Primera herramienta: con su mayoría, otorgó la presidencia de la comisión a Benjamín Martín Vasco. PSOE e IU intentaron que recayese en Inés Sabanés, la líder de la federación en la Asamblea. Rechazo rotundo del PP, que también se quedó con la secretaría del órgano (Gádor Ongil). La vicepresidencia recayó en la socialista Encarnación Moya.

Los plazos, “sin problema”
Segunda herramienta: los plazos. He ahí la clave. A propuesta de Martín Vasco, los grupos tienen hasta el miércoles 11 para registrar sus peticiones de informes y datos. Cinco días después de recibir “toda” la documentación, concluirá el plazo para ingresar las solicitudes de comparecencia. Ayer, la oposición hizo llegar las suyas: 33 los socialistas; 23, IU. Pero el portavoz del PP, David Pérez, no adelantó ni quién quiere que acuda, ni cuándo formalizará sus peticiones. La prensa le apretó lo que pudo. Pérez, nervioso, avanzó que la intención de su grupo es “llegar hasta el fondo”, así que aceptará cualquier compareciencia que “no aporte confusión”. Y por ello, enfatizó, la duración de la comisión “no será problema”.

Tercera llave: hasta cuándo. El PP se compromete a prorrogar más allá del 28 de febrero si es preciso. Si no, habría menos de seis sesiones –la última semana de febrero es, en principio, inhábil–.

La oposición se aferró a lo único logrado ayer: que el PP les dejase repreguntar en la comisión y no les cerrase de inmediato la ventanilla de comparecencias. “El Gobierno tiene el dictamen en la cabeza”, dijo Maru Menéndez (PSOE), y “si no flexibiliza los tiempos, será una tapadera”. Para Sabanés, es algo similar, un “escándalo político”.

CÓMO SE TRABAJARÁ
Tres sesiones semanalesLa comisión se reunirá los lunes y miércoles (mañana y tarde) y los viernes, sólo por la mañana.

Mínimo, hasta el viernes, nadaLa Mesa de la Cámara ha de calificar los escritos de los grupos, y los trasladará a la Mesa de la comisión. El PP, con su mayoría, controla los tiempos. En todo caso, la primera comparecencia no será antes del viernes.

Con la duda de RajoyPSOE e IU piden que acudan Dolores de Cospedal, Esperanza Aguirre, Ignacio González, Alberto Ruiz-Gallardón, Manuel Cobo, Alfredo Prada, Álvaro Lapuerta, Sergio Gamón, Marcos Peña, Ildefonso de Miguel... IU añade a su lista a Mariano Rajoy.

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Jesús Maraña

«¡Mire cómo tiemblo!»

06 Feb 2009 22:49

La comisión de investigación sobre las tramas de espionaje en la Comunidad de Madrid ya ha iniciado su andadura hacia ninguna parte. El pasado jueves, la portavoz de Izquierda Unida, Inés Sabanés, reprochó con absoluta claridad a Esperanza Aguirre en el pleno de la Asamblea el hecho de que pretenda limitar las pesquisas parlamentarias a un simple juego de espías sin trasfondo político. Apuntó certera hacia lo verdaderamente importante: el Gobierno del PP en Madrid debe aclarar no sólo quién y con qué dinero se ha dedicado a espiar al prójimo, sino por qué y para qué lo ha hecho. ¿Contienen los ya famosos dossiers indicios de corrupción que apuntan a lo más alto del PP madrileño y del gobierno autonómico? Esperanza Aguirre levantó la mano, interrumpió el discurso de Sabanés y espetó un sonoro «¡mire cómo tiemblo!».

Efectivamente, la dama más liberal de las filas del PP no teme en absoluto los resultados de una comisión de investigación que está presidida por un diputado del PP y cuya secretaria será nada menos que Gádor Ongil, ex consejera del gobierno de Aguirre y estrechamente relacionada con otro nombre clave en la compleja red del PP de Madrid, Mario Mingo, médico de Aznar y especialista en poner y quitar alcaldes en esa zona noroeste de la comunidad que ayer mismo el juez Garzón empezó a peinar con el objetivo de aclarar las oscuras relaciones entre determinados constructores y ciertos personajes (¡oh, sorpresa!), también vinculados al PP.

Esperanza Aguirre temblaría un poco más si hubiera aceptado el mínimo gesto de higiene democrática de formar una comisión presidida por un representante de otro partido, como es costumbre en el Congreso de los Diputados. Pero, claro, si esa comisión no tuviera mayoría absoluta del PP y estuviera presidida, por ejemplo, por Inés Sabanés (como proponían PSOE e IU), a lo mejor pondría la lupa en todas y cada una de las decisiones tomadas por el todopoderoso vicepresidente de la Comunidad, Ignacio González, cuya habilidad para conceder adjudicaciones millonarias a empresas relacionadas con amigos y parientes es impresionante.

Prepotencia infinita
Ignacio González, mano derecha e izquierda de Aguirre desde hace años, tampoco tiembla. Es más, está muy acostumbrado a hacer temblar a los demás. Ahora se dedica a enviar burofax a los medios que han publicado datos sobre esas sospechosas adjudicaciones amenazando al mensajero con todos los infiernos judiciales si se atreve a seguir desvelando las exitosas aventuras económicas de algunos familiares. Utiliza para ello a uno de los bufetes de abogados más caros de España en el que (¡oh, sorpresa!) también trabaja una cuñada del propio González. Confunde con absoluto desparpajo el derecho a la intimidad de sus parientes con el derecho de los ciudadanos a conocer cualquier información relacionada con el manejo que los servidores públicos hacen del dinero de los contribuyentes. González no tiembla porque lleva años dirigiendo todos los hilos de la política madrileña mientras su jefa, Esperanza Aguirre, se entretiene en disputar a Ruiz-Gallardón la sucesión de Mariano Rajoy. González y Aguirre se aportan mutuamente una tranquilidad absoluta, porque comparten la satisfacción de haber convertido Madrid en un cafetal dirigido con mano de hierro bajo guante liberal. Yo pongo aquí a mi prima y tú le puedes dar esa concesión al socio de tu cuñado. Si el nepotismo, la prepotencia y la sensación de impunidad se perpetúan en el tiempo, llega un momento en el que uno llega a convencerse de que no hay límite, incluso puede creer que esa es la forma más eficaz de hacer política.

Como apuntaba Torres Mora en estas mismas páginas hace unos días, no se espían unos a otros para averiguar qué hacen, sino “porque se conocen demasiado bien”. Después de las extrañas y casi olvidadas visitas de Montserrat Corulla al Ayuntamiento de Gallardón, alguien en la Puerta del Sol pensó que merecía la pena vigilar al adversario.

Lo que hasta el momento se conoce públicamente de la trama de espionaje es una broma si se compara con lo que queda por demostrar y con lo que quizás sea el objetivo del siempre oportuno u oportunista juez Garzón: Madrid no es un cortijo. El PP no puede escudarse en el cinismo del “hoy por ti, mañana por mí”. No todos son iguales. El “¡mire cómo tiemblo!” de Esperanza Aguirre suena a impunidad y a prepotencia.

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Aguirre: "En el PP nos dedicamos a construir hospitales y no a espiar"

"Si algún cargo del PP ha hecho alguna recalificación urbanística, tendrá que vérselas con la Justicia", afirma la presidenta de Madrid.

Rajoy asegura que Aguirre va a demostrar su verdad

El candidato del PP en Ourense ocultó a Hacienda 240.000 euros
El fichaje estrella de Feijóo, que recibió ese dinero en las Caimán, obligado a dimitir.

Cuando acaba la ética, queda la estética, por Marco Schwartz

Basagoiti está "harto del lío" entre Aguirre y Rajoy
Hizo extensivo este sentir a los militantes del partido y a "todos" sus líderes regionales.
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Censura "las formas" con las que ha comenzado la comisión de investigación en la Asamblea porque no son "las más adecuadas"
De la Vega espera que el PP explique la verdad del espionaje “cuanto antes”

Cruce de acusaciones entre PP, PSOE e IU
Tomás Gómez acusa a Aguirre de tener "atada y bien atada" la comisión de investigación

Tensa constitución de la Comisión de Investigación por la trama de espionaje en Madrid
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