Víctimas del franquismo a la ONU: "una fosa común es el mayor libro de historia"
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El franquismo no sobrevivió tantos años apoyado solo "en el miedo y en el terror", sino por las "actitudes complejas" de la población durante este periodo. Así lo afirma el historiador Miguel Ángel del Arco Blanco.
El franquismo no sobrevivió tantos años apoyado solo "en el miedo y en el terror", sino por las "actitudes complejas" de la población durante el largo periodo, que fueron desde la aquiescencia a la oposición, según el historiador Miguel Ángel del Arco Blanco, de la Universidad de Granada.
Del Arco, junto a Carlos Fuentes, de la Universidad de Valencia; Claudio Hernández, de la británica de Leeds; y Jorge Marco, de la Complutense, ha editado un conjunto de quince ensayos de otros tantos historiadores sobre "Actitudes políticas y opinión popular bajo la dictadura franquista (1936-1977)" que han publicado con el título de "No solo miedo" (Comares).
El historiador ha declarado que el "provocador título" de este conjunto de ensayos se debe a que "sin descartar la importancia de la represión, de la intimidación y del control social", la respuesta a la longevidad del régimen está "en las actitudes de los españoles a los que les tocó vivir bajo la dictadura del general Franco".
Según Del Arco, esas actitudes cambiaron "en función de cada momento vital o coyuntura histórica" y tuvieron "múltiples colores y matices: consenso, consentimiento, aquiescencia, indiferencia, pasividad, rechazo, reticencia, resistencia, oposición".
"Todas estas posiciones de individuos y grupos sociales fueron parte de la deriva biológica del régimen, desde los duros años de la posguerra, cuando el silencio o la amenaza de ser encarcelado o ajusticiado fueron destacados, hasta los últimos años, cuando la oposición al régimen fue en aumento desde diversos ámbitos", ha explicado.
"El franquismo gozó de un cierto apoyo popular que le hizo pervivir", concluye el ensayo que lo compara a lo sucedido en la Italia fascista y la Alemania nazi, mientras que otras aportaciones abordan "las actitudes de adhesión de muchos españoles al golpe de Estado o su participación en la brutal represión franquista y quiénes fueron los franquistas que ocuparon las instituciones".
Según Del Arco, esos jerarcas "fueron hombres bastante comunes", sobre todo "los que dirimieron los designios de la dictadura en la esfera local y provincial".
Otros capítulos ahondan en las actitudes culturales de la población, resaltando la adhesión de muchos hacia el franquismo, conmemorando la Guerra Civil y la pérdida de sus seres queridos con las "Cruces de los caídos", y en las resistencias a aceptar la memoria y las verdades impuestas por el franquismo, sobre todo en lo referente a lo sucedido en la contienda.
Los ensayos que analizan los años sesenta y setenta, los del "desarrollismo", cuestionan la versión de la dictadura de que la oposición en España fue algo muy limitado, pero también gran parte de los estudios históricos centrados en este periodo, según los cuales todo fue disidencia y oposición.
"Entre estos dos polos las tonalidades de las actitudes sociales fueron muy variadas, si bien es evidente que el régimen estaba inquieto" por la actitud cada vez más desafecta o pasiva de la población, por la pérdida del favor de sectores de la Iglesia, o por la activación de la protesta y de la movilización en fábricas, asociaciones vecinales y aulas universitarias, explica Del Arco.
Según este historiador, los estudios sobre las actitudes políticas de la población durante el franquismo "pueden parecer algo distantes, pero no es así porque las raíces de los problemas de nuestro presente radican en nuestro pasado, aún no tan lejano".
También ha señalado que en todas las aportaciones de "No solo miedo" hay "una variable común, la interacción constante entre el Estado y la sociedad, entre las instituciones y las gentes, con relaciones de violencia, de coerción, de beneficio económico, de cultura e ideología, de asistencia social o de propaganda".
"Lo más importante es desvelar las estrategias del Estado para condicionar nuestras vidas y nuestras ideas; para conseguirlo el franquismo no se sirvió solo del miedo, ni fue el miedo la única respuesta de los españoles", ha concluido.
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