http://www.noticiasdealava.com/2016/01/12/araba/placas-y-cruces-por-la-patria-mapa-de-la-vitoria-franquista
REMINISCENCIAS DE LA DICTADURA
Gasteiz aguarda aún la reactivación del grupo de trabajo para la recuperación de la memoria histórica. Un foro que tendrá aún tarea por hacer en la lucha por eliminar de una vez por toda la simbología de la dictadura en la ciudad.
UN REPORTAJE DE DAVID ORTEGA. FOTOGRAFÍA JORGE MUÑOZ - Martes, 12 de Enero de 2016 - Actualizado a las 06:13h
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Han pasado casi dos años desde que el por entonces alcalde de Vitoria, Javier Maroto, asegurase que en la capital alavesa los símbolos franquistas “no existían” en lugares públicos, sólo en edificios privados. Lo que no era verdad entonces tampoco es verdad ahora, y la realidad es que, pese a la supuesta obligación legal de retirar cualquier simbología del franquismo, Gasteiz continúa albergando reminiscencias de la dictadura en forma de nombres de calles y algunos monumentos, algo que también se mantiene en otras localidades del territorio alavés. Ni las resoluciones en las Juntas Generales de Álava ni los planes a corto plazo de los municipios alaveses han avanzado muchos pasos en ese sentido, aunque ahora que algunas corporaciones municipales de la provincia, entre ellas la gasteiztarra, han cambiado de manos tras las elecciones de mayo, son sus nuevos responsables los que tienen la sartén por el mango.
Hace poco más de un mes, el portavoz socialista en el Consistorio vitoriano, Peio López de Munain, reclamaba la reactivación del grupo de trabajo para la recuperación de la memoria histórica de las víctimas del franquismo, una medida puesta en marcha durante la pasada legislatura pero inactiva desde hace meses.
Para el grupo municipal socialista, el nuevo ejecutivo local, del que de hecho podrían pasar a formar parte próximamente, “debe retirar cuanto antes la simbología del régimen franquista todavía presente en nuestra ciudad, además de recordar a sus víctimas”. Fue en la última legislatura popular cuando se creó el citado foro de representantes políticos, historiadores y agentes sociales, que abordó cuestiones como la retirada de los símbolos de edificios de Vitoria, la intervención sobre los cargos honoríficos y calles con denominación franquista o la elaboración de un censo oficial de víctimas del régimen.
Un grupo de trabajo que “debe retomar cuanto antes su actividad”, según los socialistas, pero que, a tenor del escaso trabajo acometido realmente a la hora de erradicar las imágenes franquistas en la ciudad, tendrá todavía mucho por hacer -y mucho por convencer- para que Gasteiz sea más pronto que tarde una ciudad libre de recuerdos de la dictadura.
Y es que, tomando como referencia el exhaustivo informe elaborado por los historiadores Aitor González de Langarica y Virginia López de Maturana, que a petición del Gobierno Vasco catalogaron la totalidad de símbolos y monumentos que ensalzan en Euskadi la Guerra Civil y la dictadura, en Vitoria y el resto de Álava queda aún un largo trecho por recorrer. De hecho, de las más de una decena de calles o plazas y los tres símbolos franquistas que el informe marcaba en su momento, hace tres años, el único que por ahora se ha procedido no a eliminar, pero sí a tapar, ha sido el enorme escudo que preside el interior de la Catedral Nueva, inaugurada en persona por Francisco Franco en 1969. Una decisión tomada en noviembre de 2014 por el ahora exobispo de Vitoria, Miguel Asurmendi, coincidiendo con la ceremonia de beatificación del sacerdote Pedro Asúa, fusilado por milicianos antifascistas en la localidad cántabra de Liendo en agosto de 1936. En su momento, Memoria-Gasteiz, la plataforma contra los crímenes del franquismo, abogaba en un informe por que el citado escudo de la Catedral Nueva se eliminara o se contextualizara. El obispo tiró por la calle de en medio y lo tapó.
Contextualizarlo in situ “para que la actual exaltación de la dictadura se convierta en la explicación histórica que contextualice la denuncia de los crímenes del franquismo” es también el requerimiento que el grupo hace para la cruz de Olarizu, “otro de los ejemplos principales de al pervivencia de la simbología” franquista de Gasteiz. Como bien recuerdan los dos autores del documento encargado por el Gobierno Vasco, la cruz de grandes dimensiones que otea Vitoria cual Cristo de Corcovado “fue erigida en 1952 conmemorando la celebración de la Santa Misión en la capital alavesa”, entre el 4 y el 18 de noviembre de 1951. Finalizada, se planteó su construcción, y en marzo de 1952 el gobernador civil de la época, Luis Martín-Ballestero “en nombre del Consejo Provincial del Movimiento” decidió añadir una nueva placa con los nombres de los religiosos alaveses ejecutados durante la Guerra Civil, “aprovechando la conmemoración de un acto exclusivamente religioso para introducir otro elemento con una carga simbólica de contenido político”.
Junto al tapado de la Catedral Nueva, el segundo escudo de exaltación franquista es el situado en la Subdelegación del Gobierno central en Vitoria, edificio inaugurado el 8 de agosto de 1953 en presencia del dictador, con el águila de San Juan y el clásico “una, grande y libre”. Sobre este escudo, y al contrario que el de la Catedral Nueva, Memoria-Gasteiz reclamaba en su documento “su retirada sin más consideraciones técnicas al respecto al cumplirse los requisitos legales necesarios”.
Además, y dejando a un lado la multitud de edificios con placas del Instituto Nacional de la Vivienda, de obligada colocación durante la dictadura, el catálogo de simbología franquista enumeraba hasta una docena de calles y plazas con denominaciones procedentes de la época de la dictadura que deberían estar sobre la mesa.
Desde la propia Plaza Nueva, antigua Plaza España “denominada así a petición de un grupo de vitorianos como homenaje a “nuestra España ultrajada”, la dedicada a Ramiro de Maeztu, “que llevó al Ayuntamiento a partir en dos tramos la calle Domingo Beltrán” para bautizar uno de ellos con el nombre del escritor vitoriano, o la calle Portal de Villarreal, nombrada así “para conmemorar la batalla de Villarreal en noviembre de 1936 y que a lo largo de la vía sigue conservando algunos letreros con su antigua denominación, en lugar de la actual Portal de Legutiano”. También destacan las vías “que recuerdan a alcaldes de la dictadura”, como José Lejarreta y Pedro Orbea, además del Paso del Duende “denominado así como homenaje a Norberto Mendoza, que firmaba en uno de los diarios locales de la época bajo el seudónimo Duende del Campillo.
Por último, el documento recuerda calles con nombres que “el franquismo fagocitó en símbolos propios, como los de los sacerdotes vascos Vicente Manterola y Pedro Asúa” o nombres “de personajes locales vinculados a la Diputación” como Luis María Uriarte, Gregorio Altube, José María Díaz de Mendívil y Vicente Abreu”.
Foro de trabajo. Durante la pasada legislatura se creó en el Ayuntamiento de Vitoria el grupo de trabajo para la recuperación de la memoria histórica. El mes pasado el grupo socialista reclamaba su reactivación a la mayor brevedad para retomar el trabajo perdido durante los últimos meses, en los que no se ha mantenido vivo.
Calles y monumentos. Cuando se reactive, el grupo tendrá sobre la mesa continuar con labores como la eliminación de simbología franquista de la ciudad.
las claves
Localidades como Laguardia, Legutiano y Caicedo conservan también monumentos
GASTEIZ - Además de incluir la simbología franquista de Vitoria, el catálogo elaborado en su día por Aitor González de Langarica y Virginia López de Maturana recordaba también las localidades del territorio que todavía cuentan también con monumentos y calles. Así, el documento recoge monumentos como el de Legutiano, “que recuerda a los requetés navarros caídos en la batalla acontecida en esta localidad entre el 30 de noviembre y el 24 de diciembre de 1936” y en el que, además de una cruz, luce una inscripción en su parte frontal en la que puede leerse “la División Navarra a sus caídos en esta zona”.
El catálogo documenta también, “como vestigio histórico”, la lápida cercana al pueblo de Urbina, en recuerdo a tres militares alemanes fallecidos en 1937. En Laguardia, el estudio recuerda la placa “que trata de exaltar la figura de Luis Rabanera”, primer jefe requeté alavés muerto en el frente de Bizkaia en 1937. El recuerdo, elaborado en mármol y situado en la fachada del edificio del portal número 19 de la calle Santa Engracia, incluía un largo texto en el que subrayan la muerte de Rabanera “por Dios y por la Patria” o el grito “todo por Dios y por España”.
LANTARÓN Y FONTECHA Del municipio de Lantarón sacan a colación dos símbolos, la lápida que recuerda a los muertos del bando sublevado, en la plaza del pueblo de Caicedo, bajo una cruz de poco más de un metro de altura y con el texto “caídos por Dios y por España y su revolución nacional sindicalista”.
También destacan el “curioso símbolo fascista italiano” de Fontecha. Una placa tallada en piedra colocada en la fachada de uno de los antiguos edificios del municipio “que pudieron servir de cuartel y alojamiento al cuerpo de tropas voluntarias, la fuerza italiana de combate enviada a España por Benito Mussolini para apoyar al bando sublevado en la Guerra Civil”. Además, resaltan las múltiples placas de viviendas edificadas durante el franquismo en distintas calles de Llodio. -DNA
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