sábado, 2 de junio de 2018
La guerra degasta el mundo. Como una fuerza geológica más, la artillería da forma al paisaje. También el pico y la pala, el fuego y la metralla. Algunos elementos transforman de golpe el terreno (una mina), otros lo hacen de forma más lenta: los pasos diarios de miles de soldados encerrados en el campo de batalla como animales en un zoo. La guerra de atrición machaca la moral de los combatientes y de los civiles en las ciudades sitiadas y machaca también el entorno en el que transcurren sus vidas.
El Asilo de Santa Cristina fue primera línea de frente desde mediados de noviembre de 1936 hasta el 28 de marzo de 1939. Es un período de tiempo sin duda muy largo para quienes combatieron allí, pero muy corto en términos geológicos. La intensidad de los procesos geomorfológicos haría pensar que por el campus pasaron los siglos, más que los años.
Contamos con dos fotos de uno de los edificios del asilo tomadas casi desde el mismo sitio (los altos del Hospital Clínico). Casualmente es el edificio donde excavamos en 2017 y donde volveremos a excavar en 2018. Se trata de una nave reutilizada como cantina durante la guerra y que posiblemente sirvió de comedor anteriormente. Al lado se encuentra una construcción de pequeñas dimensiones, que la excavación nos permitió identificar como lavadero.
La primera de las fotos debió de tomarse en un momento inicial de la contienda, quizá a principios de 1937. La segunda hacia el final. La transformación del paisaje es llamativa. En la segunda imagen la iglesia del asilo ha quedado reducida a nada, las ruinas del primer plano se han volatilizado, al igual que las paredes y la techumbre del lavadero. Mientras se esfuman las estructuras positivas, proliferan las negativas: las trincheras y los abrigos subterráneos sustituyen a los muros y los tejados.
Un detalle interesante tiene que ver con el suelo. Al desaparecer la cobertura vegetal, bien porque se limpia o por la deambulación de los soldados (cuyos pasos impiden que se regenere la vegetación), se incrementa la erosión del terreno: la lluvia y el viento arrastran los horizontes O y A (el humus) y queda a la vista la arena subyacente (horizonte B). El campus se convierte en un desierto.
El Antropoceno es la era geológica definida por la participación del ser humano como una fuerza transformadora más -la más importante, de hecho. La arqueología de la Guerra Civil es también la arqueología del Antropoceno.
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