dimecres, 6 de juny del 2018

García Lorca: víctima del franquismo y de la ‘desmemoria’ histórica


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La localización de los restos del poeta más universal de España sigue siendo un enigma sin resolver

Nacía un 5 de junio de 1898, en la localidad granadina de Fuente Vaqueros. Más tarde se convertiría en uno de los poetas más universales que ha dado España, aunque él no llegara a poder disfrutar de su éxito. El Golpe de Estado fascista lo pilló en la Huerta de San Vicente, el rincón de su infancia. En los años previos a la guerra, por su acercamiento al sistema republicano, los conservadores ya habían puesto su mirada en él como foco de críticas. Se convirtió en una piedra en el zapato de la derecha. Desde varios medios vinculados a Falange soltaban rumores sobre la homosexualidad de García Lorca, acusándolo de prácticas inmorales o de ser cercano al “marxismo judio”.
Federico, sabiendo que la guerra se extendería en el tiempo, pensó en marchar hacia la zona republicana o instalarse en casa de su amigo Manuel de Falla. Pero al final eligió la casa de los padres de su amigo Luis Rosales, un poeta falangista. De poco sirvió el jugar al despiste, ya que el 16 de agosto del 36 fue detenido por Ramón Ruiz Alonso, un ex diputado de la CEDA, y dos días más tarde lo fusilarían por socialista, masón y homosexual. El informe policial afirma que el poeta “fue sacado del Gobierno Civil por fuerzas dependientes del mismo y conducido en un coche al término de Viznar (Granada) y en las inmediaciones del lugar conocido como Fuente Grande, junto a otro detenido cuyas circunstancias personales se desconocen, fue pasado por las armas después de haber confesado”. Además, revela que fue “enterrado en aquel paraje, muy a flor de tierra, en un barranco situado a unos dos kilómetros a la derecha de Fuente Grande, en un lugar que se hace muy difícil de localizar”.

Eterno paradero desconocido

Con respecto al paradero de los restos de Lorca, Ian Gibson, hispanista de origen irlandés reconocido por sus trabajos biográficos sobre el poeta granadino, publicó los primeros datos en 1971 donde insinúa que los restos se encuentran cerca de la Fuente Grande, bajo dos olivos, a unos trescientos metros más abajo de Alfacar. Gibson reconoce que la obsesión de toda su vida ha sido conocer el paradero exacto de los restos “del poeta más importante de España. Esta obsesión comenzó cuando, hace cincuenta años, un enterrador me mostró el lugar bajo los olivos”. Cuando se cumplen 120 años del nacimiento del poeta granadino, Gibson ha revisado el primer libro de su amplia obra, El asesinato de García Lorca, publicado por primera vez en Francia en 1971 -a España no llegaría hasta el año 79- y “descatalogado” desde su última reimpresión, hace más de una década. El historiador lamentó, con motivo de la publicación de esta nueva edición, en la que revisa “la asignatura pendiente” española como es la “búsqueda de la verdad” de los fusilados de la Guerra Civil española, la existencia del “nacionalismo catalán” en un país en el que los nacionalismos “están absolutamente desfasados”.

La memoria histórica no trata de “remover” sino de “dar” a los muertos de la guerra el “entierro digno” que tuvieron los franquistas
“Tener dos idiomas desde la cuna es una bendición. España es un país mestizo aunque no quieran los catalanes y es un país con mucha sangre en las venas y en el que el latín une a españoles y catalanes”, reprocha el famoso hispanista. En este sentido, Gibson aseguró que desea ver una España “tranquila” y “culta”, que actúe como un país “sin separaciones ni divisiones” sino como un “gran territorio con un pacto por la educación y la cultura”. Asimismo, el escritor hizo hace unos meses un llamamiento para que España y sus Administraciones “desentierren a sus fusilados” pues, a su juicio, la memoria histórica no trata de “remover” sino de “dar” a los muertos de la guerra el “entierro digno” que tuvieron los franquistas. “Estamos en el club europeo y no puede ser que tengamos una situación de fosas comunes solo comparable con la de Camboya, tiene que haber un cambio”, demandó Gibson.
En concreto, el autor irlandés revela, en esta nueva edición de su investigación sobre la muerte del poeta granadino, el descubrimiento de archivos telefónicos en los que, según aseguró, se confirma la “implicación” de Queipo de Llano como la “máxima autoridad” que “aprobó” la consulta sobre el fusilamiento del autor de Poeta en Nueva York el verano de 1936. De igual manera, y en línea con una investigación publicada el pasado mes de abril por Víctor Fernández en La Razón que asevera que los restos del poeta fueron cambiados de lugar con la creación del Parque Federico García Lorca de Alfacar (Granada), Gibson calificó de “impactante” que los huesos “se descubrieran” y se cambiasen de lugar “sin que nadie dijese nada”.
Monolito en el que, según Gibsom, está la fosa de Lorca.
“Con la inauguración del parque a mí me dijo el enterrador que había sepultado los huesos de Lorca, y el presidente de la Diputación de Granada dijo al periódico ‘Ideal’ que encontraron los huesos y los metieron en otro lugar pero nadie quiso hacer la búsqueda”, ha matizado Gibson. En esta línea, el historiador destacó que “ahora hay que preguntar” al entonces presidente de la diputación de Andalucía, Antonio Molina, por qué en el año 86 con la construcción del parque “se movieron unos restos que estorbaban”, algo que recordó, “es una ilegalidad” y por qué “nadie dijo nada”. El autor apuntó además que se han llevado a cabo labores de búsqueda en las que un georradar ha encontrado “huesos en una bolsa” en la fuente del parque de Alfacar. “Ahora la Junta de Andalucía tendrá que tomar cartas y espero que tomen medidas”, anadió. Por último, Gibson lamentó que en este país exista una “renuncia” a afrontar este problema pues, a su juicio, aunque “de la derecha no se puede esperar nada” al ser “heredera del pensamiento fascista”, considera “vergonzoso” que la izquierda “bien por cobardía” o porque “era peligroso” no haya “dicho nada”.
“De lo que no cabe duda es que si hay víctimas de la Guerra Civil cuya tumba- o supuesta tumba- está dignificada, esa es sin duda la de Lorca”
Antonio Ramos, periodista y autor de la obra García Lorca en Fuente Vaqueros, cree que todos los familiares tienen derecho a saber donde están los cuerpos de sus fallecidos. “De lo que no cabe duda es que si hay víctimas de la Guerra Civil cuya tumba- o supuesta tumba- está dignificada, esa es sin duda la de Lorca. Y decimos supuesta tumba porque a lo mejor Lorca no está allí. Hay quienes piensan que está en La Huerta de San Vicente, otros dicen que en Mílvar, otros en Nerja en la casa de Isabel García Loca”. Ramos no está de acuerdo con ninguna de estas teorías y piensa que Lorca se encuentra bajo un olivo entre Viznar y Alfacar, cerca de la fuente árabe Inflamar, como apuntaban las investigaciones de Gibson. El periodista destaca la figura de Gerald Brenan, que fue quien descubrió para la opinión pública que Lorca está en el barranco de Víznar –hoy término de Alfacar- y no en el cementerio de Granada. El hispanista Brenan se interesó por el tema y quiso ahondar en sus investigaciones a pesar del riesgo que suponía en la época. Gracias a sus estudios y a los posteriores de Claude Couffon, Fernando Vázquez Ocaña, Marcelle Auclair o el propio Ian Gibson, los pasos hacia el paradero de Lorca siguen adelante en un largo camino. Pero por ahora el poeta seguirá descansando en un lugar perdido. Como si no resultara suficiente humillación el simple y helado hecho de su muerte.