La firma Arqueoantro realiza el hallazgo durante la segunda fase de la campaña de trabajos coordinada en el cementerio público de Enguera - En un primer momento se identificó a una primera víctima bajo el mausoleo del doctor Albiñana
Sus nombres son Pedro Herrero, Leandro Pastor, Antonio Rico, Pedro Simón, Salvador Gómez, Miguel Rovira, Ricardo Simón, José Barrón y Emilio Marín. Eran un guardia de asalto, dos alcaldes, tres concejales y tres integrantes del Comité Ejecutivo Popular. Todos fueron fusilados en el cementerio de Enguera por su filiación con la República al finalizar la Guerra Civil. Fue un episodio de opresión y venganza. Un aviso para el pueblo, un escarmiento.
Las falsas causas de muerte que les atribuyeron las autoridades franquistas fueron variadas: parálisis cardíaca, síncope, asistolia, anemia aguda o hemorragias; entre otras. Tampoco se identificó la fosa del camposanto en la que se arrojaron sus cuerpos.
Y años después, el Franquismo erigió un mausoleo en la zona a José María Albiñana (1883-1936), considerado por los historiadores el primer fascista de España.
Desde febrero del año pasado se intenta reparar la memoria de los represaliados. De algún modo, hacer justicia. No es un trabajo fácil. Pero, poco a poco, ya está dando sus primeros frutos.
Técnicos de la firma especializada Arqueoantro hallaron la semana pasada los cuerpos de cuatro de los nueve republicanos en la fosa común. Ayer, los operarios aún estaban trabajando para identificar a más víctimas y poder exhumar los restos que quedan.
La tumba del fundador del Partido Nacionalista Español fue retirada durante la primera fase de los trabajos. Ya restituida y limpiada, los operarios han excavado en los terrenos anexos. El georradar dio las primeras pistas concretas. Ha sido un largo camino.
En marzo de 2022 se encontró debajo del mausoleo los restos del primer fusilado, que fue asesinado el 25 de mayo de 1939. Ahora se han hallado de forma separada tres cuerpos —se cree que podría haber cuatro más, asesinados el 6 de junio de 1939— y los restos del último fusilado, represaliado 10 días después.
Alfredo Barberàn, investigador memorialista local y representante de la Asociación Progresista Socialista de Enguera —que agrupa a las familias— ha seguido el caso de cerca. No en vano, él es responsable de la investigación que ubicó los cuerpos en el cementerio.Ayer atendió a Levante-EMV y explicó que «debajo del mausoleo salió el cuerpo de la primera víctima, identificada por elementos como sus botas o uniforme. Ahora, han salido cuatro más. Creemos que vamos a encontrarlos a todos. Ese es el objetivo».
«Lo más difícil va a ser saber quienes son. Desde que iniciamos las investigaciones pensamos que estaban en esta zona. Hay que determinar si hay más. La teoría es que han aparecido en sitios diferentes porque fueron tres ejecuciones distintas», expuso.
Balas de 7 y 9 milímetros
Arantxa Jansen es la técnica de Arqueoantro que está trabajando sobre el terreno. Ayer explicó que todos los indicios apuntan a víctimas de episodios violentos:«Tienen traumatismos perimorten que se vinculan a momentos de violencia. También se han encontrado proyectiles de 9 milímetros que se conectan al ‘tiro de gracia’ y de 7 milímetros, usados en los fusiles Mauser de entonces».
A su vez, también detalló que los cuerpos han sido hallados con diverso material de la época con los que se les puede asociar, como botones de nácar o de metal o algunos enganches. «Se ha de tener claro que hablamos de tres momentos distintos, por lo que están en diferentes lugares. Después de acabar se han de realizar las pruebas de ADN. No creo que los resultados estén antes de seis meses, sino más».
Los trabajos en Enguera aún durarán bastante tiempo.
«Aquí venimos un poco a ciegas, tener resultados es una alegría»
Cuestionada sobre las diferencias entre la campaña que se está coordinando en Enguera con la realizada en otras localidades como Paterna, Jansen lo tuvo lo claro: «Lo que se puede destacar respecto a otras intervenciones es que al llegar a Enguera no estaba nada seguro, solo había indicios y una investigación histórica. En otras zonas sí tenemos las fosas más delimitadas. Hablamos también de unos trabajos de localización, queremos encontrar a nueve represaliados. Aquí venimos un poco a ciegas y poder dar con los restos es una alegría inmensa, ya que hablamos de un cementerio bastante grande». «Tenemos claro que estamos ayudando a hacer justicia. Ese es el objetivo final de los trabajos», comentó. «Una vez encontrado el primer cuerpo dedujimos que los presos que cavaron la fosa lo harían en un terreno cercano. Y acertamos», explicó ayer la experta de Arqueoantro.
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