Miembros de la XIX promoción del Ejército del Aire vetan al militar antifranquista en el aniversario de su ingreso en la Academia de San Javier
El teniente coronel José Ignacio Domínguez recibe una condecoración de la entonces ministra de Defensa, Carme Chacón, junto a otros exmiembros de la Unión Militar Democrática (UMD), en febrero de 2010.
LUIS SEVILLANO
Al entonces capitán de Aviación José Ignacio Domínguez fueron a buscarlo en julio de 1975 para detenerlo, como a sus compañeros de la Unión Militar Democrática (UMD), pero él se encontraba en Francia de vacaciones y se convirtió involuntariamente en portavoz en el exilio de la organización clandestina de militares antifranquistas. En diciembre de 1977, muerto ya el dictador, disuelta la UMD, fue condenado a siete años de prisión y expulsado de las Fuerzas Armadas. Tuvo que pasar otra década para que la democracia venciera la resistencia del sector más inmovilista del Ejército y los úmedos ―como llamaban a los miembros de la UMD― pudieran reincorporarse al servicio activo; aunque el entonces ministro de Defensa, Narcís Serra, les advirtió de que nunca les asignarían un destino, por lo que todos acabaron pidiendo el pase a la reserva.
Han pasado 36 años desde entonces y el hoy teniente coronel retirado José Ignacio Domínguez, abogado y piloto de líneas aéreas, sigue siendo un apestado, al menos para muchos de sus compañeros de armas. El próximo mes de septiembre se cumplen 60 años del ingreso de la XIX promoción de la Academia General del Aire, a la que él pertenece, en el centro donde se forman los pilotos de la Fuerza Aérea. Con este motivo, varios antiguos compañeros han empezado a organizar una visita de la promoción a la Academia de San Javier y otras dependencias del Ejército del Aire en Murcia. Pero al exmiembro de la UMD le han hecho saber que él no está invitado.
No es la primera vez que se le declara persona non grata. En 2010 estaba previsto un evento similar en la base aérea de Morón de la Frontera (Sevilla), con motivo del 50 aniversario de la llegada del primer F-85 Sabre a España, al que estaban invitados todos los pilotos que volaron este modelo de avión, pero en el último momento Domínguez fue vetado por haber cometido el supuesto error de aceptar la medalla militar “que el oportunista Gobierno socialista” había concedido a los exmiembros de la UMD, “además calificándolos de valientes”. “Me imagino que sabrás que ha indignado a las Fuerzas Armadas”, le escribieron los organizadores.
Esta vez, nadie le ha explicado el motivo del veto. El principal impulsor de la iniciativa, el teniente general retirado Pedro Bernal, asegura que no se trata de un acto oficial, sino de una “reunión de amigos”, de militares jubilados que han recuperado sus derechos civiles y a los que a “nadie puede imponer su presencia”. Según Bernal, aún no hay nada decidido, ni se ha pedido autorización para visitar la academia de San Javier. Lo único claro es que Domínguez no es bienvenido. Bernal asegura que él no tiene ningún problema con el exúmedo, pero no ocurre lo mismo con otros excompañeros. “La gente no se quiere reunir con él y no se les puede obligar a punta de pistola”, alega. Cuando se le pregunta por qué, contesta que es “una cuestión personal”.
El 10 de noviembre de 2020, 38 integrantes de la XIX promoción de la Academia General del Aire hicieron pública una carta al Rey en la que, tras expresar su “profunda preocupación” por el supuesto intento del Gobierno de modificar subrepticiamente la Constitución, animaban veladamente a Felipe VI a saltarse su papel constitucional, prometiéndole apoyo si lo hacía. La carta formaba parte de una maniobra de largo alcance con la que buscaban provocar un efecto cascada. Le siguió una misiva similar suscrita por 73 oficiales retirados de la XXIII promoción de la Academia General Militar (Zaragoza) y ya estaban en marcha otras muchas, pero el movimiento se frenó en seco cuando se conoció el chat de la promoción, denominada La 19 del Aire. El general de división Francisco Beca, el mismo que encabezaba la misiva al Rey, escribió en ese grupo de WhatsApp: “Yo confío en que salga otro matarrojos, pero esta vez que no se quede corto. Hay que aniquilar a 26 millones, niños incluidos”.
La Fiscalía archivó la investigación sobre el chat, alegando que las frases, aunque “inapropiadas, excesivas y desafortunadas”, pertenecían a una conversación privada y no constituían delito, pero ello no impidió que el oprobio cayera sobre La 19 del Aire. Paradójicamente, sus miembros no se desmarcaron del general Beca, primer firmante de la carta al Rey y autor de los continuos llamamientos a un sangriento golpe de Estado que salpicaban el chat, sino de Domínguez, al que muchos acusaron de haberlo filtrado, lo que él siempre negó. Lo grave no sería así lo que se decía, sino que se supiera.
El exúmedo ha escrito a la ministra de Defensa, Margarita Robles, para pedirle que no autorice la visita de su promoción a la Academia de San Javier si los organizadores del acto le siguen vetando, ya que ello supondría permitir que se vulnere el artículo 14 de la Constitución ―que prohíbe cualquier discriminación por motivos ideológicos o de otra índole― en una instalación de las Fuerzas Armadas, cuya misión consiste precisamente en garantizarla.
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