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Rafael Espino, el presidente de la asociación memorialista Aremehisa que lleva casi dos décadas buscando los lugares y ubicaciones de las fosas comunes en las que fueron enterradas las víctimas de la represión franquista durante la Guerra Civil y la posguerra en la provincia de Córdoba, acaba de publicar Desaparecidos, un libro que recoge mediante testimonios y reconstrucciones históricas la memoria de esas víctimas.
“Este libro pretende ser un homenaje a todas ellos. Un último intento por recuperar del olvido esa parte de la historia que jamás se contó para que por fin pueda ser conocida”, expone el autor. “Pretende ser una muestra del alcance de la tragedia y denunciar que los crímenes, hasta el día de hoy, permanecen impunes”.
Cuenta Rafael Espino que Desaparecidos es el primero de un proyecto que abarca tres libros y que la idea de escribirlos surgió, en realidad, hace “casi 20 años, cuando caen en mis manos los primeros listados con nombres de personas fusiladas y 'desaparecidas'. Trabajar con esos nombres, sus edades, sus profesiones... investigando los primeros datos de filiación personal, los nombres de los padres, esposa, hijos, etcétera, me llevó a plantearme la necesidad de intentar sacarlos del olvido. Sus nombres anónimos formaron alguna vez parte activa de la sociedad”.
En todo ese trabajo, Espino rescata “sus pequeñas vidas, cargadas de afectos y sentimientos. Era necesario, además de conocer sus nombres, sacar del olvido donde sepultaron también sus vidas. Contar a la sociedad quiénes fueron estas personas, por qué fueron detenidas, asesinadas y por qué se les hizo desaparecer física y documentalmente”, relata. “Durante casi dos décadas, y aunque en todos los casos no ha podido ser posible, he trabajado en este contexto y con ese objetivo”.
Espino ha recopilado los testimonios de cientos de familias que, durante esos casi veinte años, “me han abierto los cajones de sus memorias, los íntimos sentimientos más profundos, facilitando datos, fotografías e información acerca de sus familiares 'desaparecidos'. Y con eso he trabajado, tejiendo y cosiendo los retales personales encontrados aquí y allá, hasta conformar pequeñas biografías que nos hablan de ellos, de sus vidas, sus trabajos, sus sueños, sus miedos, sus muertes y desapariciones”.
Tres volúmenes para poder recoger a todas las víctimas
Por eso, Desaparecidos es solo la primera parte de toda esa recopilación: “Es tan elevado el volumen que he tenido que dividir en tres volúmenes el trabajo”, cada uno de ellos con más de doscientas páginas dedicadas a recuperar la memoria de las víctimas. Víctimas de Córdoba capital y la provincia, que 'desaparecieron' en el periodo de la Guerra Civil y la represión franquista de posguerra.
De hecho, con este trabajo publicado ahora, salen del anonimato y se recupera los nombres y la historia de personas de Córdoba, Aguilar de la Frontera, Fernán Núñez, Montemayor, Puente Genil, San Sebastián de los Ballesteros, Castro del Río, Cabra, Monturque, Montilla y Peñarroya -Pueblonuevo. Y a ellos, en los siguientes volúmenes, se irán incorporando otras muchas más localidades de origen de las víctimas, como Baena, Moriles, Lucena o La Victoria, entre otras.
Desaparecidos trata de ser así “un homenaje las víctimas, donde capturar la memoria y la lucha de aquellos que fueron injustamente asesinados y olvidados”. Con su narrativa, apuesta por mantener vivo el recuerdo y la dignidad de las víctimas, convirtiendo el dolor en un acto de resistencia y justicia histórica.
La presentación de Desaparecidos, que cuenta con un prólogo de la arqueóloga Virginia Barea Pareja, tendrá lugar el próximo 22 de febrero a las 19:00 en el Salón de Actos del Casino Aguilarense, en la plaza Llano de las Coronadas de Aguilar de la Frontera (Córdoba).
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