sábado, 12 de enero de 2013
Rosa Durego Romero, condenada a 20 años de prisión
Rosa
Durego Romero,
apodada “La de las Medias” nació en Dúrcal (Granada) en 1894, de estado viuda, y
vecina de Porcuna, y de profesión “su sexo” (sic), hija de Gabriel Durego
González y Encarnación Romero Puerto, con domicilio en Cruz Dorada, 3, y con
tres hijos. Se casó con Luis García Baudet el
24 de noviembre de 1917, matrimonio que ofició el entonces párroco Felipe
Vallejos Molina.
Según
la ficha de la Comandancia de la Guardia Civil de Porcuna, Rosa
Durego Romero
fue detenida el 15 de abril de 1939 (en todo el sumario viene con el apellido
Dureco, aunque en su acta de matrimonio aparece como Durego) . Pertenecía al
Partido Socialista, y era también “socialista de acción”, es decir, no sólo
había militado en el partido de Don Pablo Iglesias, sino que se había destacado
en huelgas y conflictos de clase. La benemérita, tirando del listado al uso de
acusaciones para las mujeres, dice los siguiente: “esta individua iba siempre a
la cabeza de las manifestaciones pidiendo en grito la cabeza de los presos.
Intervino en el destrozo de imágenes de la Iglesia vistiendo con una sotana y
paseando por el pueblo”. La participación en huelgas, asistir a la Casa del
Pueblo, denunciar a derechistas y quemar o profanar imágenes y templos
católicos, fueron los típicos delitos que cometieron las mujeres, y dependiendo
del caso se chequeaba uno u otro. Por el contrario, la comisión de delitos por
los varones era que siempre iban armados, fueron milicianos voluntarios, y
participaron en detenciones, saqueos de viviendas, guardias de presos y lo peor,
en asesinatos. Siempre es lo mismo, tiraban de un listado de escrito, y según la
inquina personal les ponían o les quitaban. Solo aquellos con un aval derechista
importante, pudo salvarse de la “caza de rojos”.
Sigamos
..., se dice también de Rosa que “su casa era centro de reunión de mujeres que
vociferaban y delataban a las personas de derecha”. Finaliza la ficha de la
detenida con la firma de los dos sabuesos falangistas que habían puesto la
denuncia. Lo mismo, siempre el mismo “modus
operandi”.
Si no había delatores civiles, era la propia Falange o Guardia Civil la que
detenía primero y luego denunciaba.
El
14 de julio de 1939, trasladada ya a las prisiones de Jaén, declara por primera
vez en el sumario ante el juez militar nº 20, Gimeno
Gamarra.
En ella, amén de los datos de filiación y domicilio, dice que no ha pertenecido
a partido alguno, aunque en las elecciones de febrero de 1936 votó por el Frente
Popular. Que se dedicó a su trabajo de hacer medias hasta diciembre de 1936,
cuando abandonó el pueblo por temor a la aviación, viviendo desde ese momento en
Torredelcampo en faenas agrícolas hasta el final de la guerra. Niega, por otro
lado, haber participado en la quema de imágenes y que haya vestido sotana. A
partir de este momento comienzan a llegar al juzgado las declaraciones de los
distintos testigos por parte de la acusación, que en este caso fueron vecinas
suyas, gente humilde y longeva, sin instrucción alguna, que posiblemente
firmasen lo que les pusieran delante, bajo coacciones y amenazas si no lo
hacían. No será la primera vez, ni la última, donde hayamos visto en un sumario,
que la denuncia contra fulano o cetano fue falsa, provocada por las amenazas de
los pistoleros falangistas o el temido sargento de la Guardia Civil. Así fue por
ejemplo el caso de Francisco Navas Uclés
que
veíamos recientemente en otra entrada. Entre los declarantes no faltan aquellos
que interpusieron la denuncia en el cuartel de la guardia civil, así como los
informes de Falange y el Alcalde.
En
el acta de la vis
ta con fecha de 9 de noviembre de 1939, tras haber negado con
rotundidad todas las acusaciones, Rosa
Durego Romero,
de 45 años años edad, es juzgada en consejo de guerra sumarísimo y de urgencia
por un delito de rebelión militar. En la relación de los hechos no se ha
cambiado ni un punto ni una coma de aquella ficha de detención que le hiciese la
Guardia Civil de Porcuna con fecha de 15 de abril de 1939. Es decir, se le
condena por ser socialista, por participar en manifestaciones, por ser gran
propagandista de sus ideas (¡), y cuando estalla el “movimiento revolucionario”
(sic), es decir, el golpe de estado del 17 de julio de 1936, pedía la cabeza de
los derechistas e intervino en el saqueo de la iglesia, poniéndose una sotana
que paseó por el pueblo. “Hechos probados”, sentencia lacónica y marcialmente el
sumario. Suponemos que el derecho a la libertad de expresión, reunión y
manifestación consagrados en la constitución votada de 1931 eran para los
golpistas parte de ese “movimiento revolucionario”. Suponemos también que la
quema de imágenes, otra burda acusación más, es parte también de ese “movimiento
revolucionario”. Suponemos que pasearse con sotana, era parte de la estrategia
revolucionaria marxista, cuando hemos visto que Rosa y su esposo, Luis, se
casaron por la iglesia católica en 1917 Estos fueron sus argumentos
condenatorios, esas sus mentiras.
Palco de las nuevas autoridades franquistas de posguerra en una corrida de toros en Porcuna |
En
fin, evidentemente estamos ante un juicio no sólo inmoral e hipócrita, que
sobrepasa cualquier estadío de cinismo, sino que estamos ante un tribunal
militar ilegal, lo que los historiadores llamamos la “justicia al revés”, pues
fueron aquellos que se levantaron en armas contra la legalidad republicana, los
que aplicaron en la posguerra un código militar que se les debió aplicar a
ellos, porque fueron ellos, o el “movimiento revolucionario” los que primero
detuvieron, asesinaron, violaron e incendiaron.
Rosa
Durego Romero
fue condenada finalmente por un delito de auxilio a la rebelión militar,
“aplicándola en su grado máximo por concurrir las circunstancias agravantes de
peligrosidad social y grave trascendencia de los hechos realizados”. El crimen
no sólo fue “militar”, aunque nunca sostuvo un arma, ni estuvo en la milicia,
sino que conllevó las consecuentes responsabilidades civiles que se encargaría
de juzgar otro tribunal, el del “expolio”, el llamado de Responsabilidades
Políticas, el que condenó a la miseria a miles de españoles para robarles
literalmente sus propiedades, enseres, sueldos, y hasta la propia dignidad
humana. Rosa fue condenada a 20 años de reclusión temporal en lo hoy llamaríamos
burlonamente “juicio exprés”. No tuvo abogado defensor, ni falta que hacía, ni
tampoco hubo testigos de descargo, solo un juez de horca y cuchillo. El 16 de
diciembre de 1939 el auditor de guerra confirmó la sentencia. Comenzaba así, sin
poderlo evitar, el “turismo carcelario” de Rosa, una mujer madura que apenas
había salido de Porcuna. En la distancia quedaba su familia y sus tres
hijos.
Prisión de mujeres de Málaga. Foto obtenida en todoslosnombres.org |
Rosa
Durego
ya había pasado por la prisión habilitada de Porcuna, la vergonzosa y deplorable
Iglesia de Jesús. El día en el que fue juzgada se encontraba en otro infierno
carcelario, la también prisión de Santa Clara de Jaén, viejo convento habilitado
para redimir las penas del rojerío vencido. Allí se encontraba en marzo de 1940,
cumpliendo ya la sentencia. En 1942, estando en la prisión de mujeres de Málaga,
solicitó el indulto a la “Comisión Central de Exámenes de Penas”. La comisión le
denegó la petición en enero de 1943. El 30 de julio de 1943 salía Rosa de la
prisión malagueña en libertad condicional. Estaba libre, pero encarcela en la
España de Franco, sin derechos ni deberes, una liberta
más que tendría que pasarse por el cuartelillo de la guardia civil semanalmente
a recibir los insultos, golpes y demás vejaciones que le aplicasen. De hecho,
por ser madre viuda con tres hijos, fue siempre calificada de “máxima
peligrosidad” por el régimen franquista.
Nos falta finalmente la vida y obra de su esposo, Luis García Baudet, donde suponemos podrían encontrarse algunas de las claves de la detención de Rosa. Como siempre en estos casos, hemos consultado el registro civil de Porcuna y de él aparece su nacimiento y matrimonio con Rosa, pero no su defunción, que debe producirse durante la guerra y inmediatamente después. Seguimos buscando.
Fuente:
-
Expediente sumarísimo y de urgencia nº 16.575, legajo 216/9.089 contra Rosa
Dureco Romero. Archivo Histórico Tribunal Militar Territorial Segundo de
Sevilla.
-
Acta de nacimiento de Manuel García Baudet. Registro Civil de Porcuna
(2013).
-
Acta de matrimonio entre Manuel García Baudet y Rosa Durego Romero. Registro
Civil de Porcuna (2013).
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