http://elpais.com/cultura/2013/05/23/actualidad/1369325482_199873.html
Documentos desclasificados revelan que se pagaron 200 millones de libras al círculo de generales
El MI6, el servicio de espionaje británico, sobornó a generales españoles para que estos disuadieran a Franco de entrar en la Segunda Guerra Mundial del lado de Hitler. Documentos secretos ahora desclasificados revelan que se pagaron el equivalente a 200 millones de libras de hoy (235 millones de euros) que fueron a parar a militares del círculo del general Franco, armadores y varios agentes espías.
Esta información que ha publicado hoy el diario The Guardian en su web ha sido un asunto mencionado por algunos historiadores españoles pero ahora parece que por fin se muestran detalles inéditos. El historiador Jorge M. Reverte asegura que estos pagos se gestionaron "a través del empresario balear Juan March y que un agente inglés en la Embajada británica en Madrid era el intermediario". "March habló con generales importantes como Aranda y aunque simuló que el dinero lo ponía él, venía de los británicos" a través de bancos en Estados Unidos.
El dinero fue entregado a través de una cuenta en Nueva York de un banco suizo, según el diario británico, que sitúa como urdidor de la trama al embajador británico en Madrid, Samuel Hoare. Los documentos desclasificados muestran a un Hoare preocupado porque pensaba que era inminente la entrada española en la Segunda Guerra Mundial y que, por lo tanto, Franco abandonaría la neutralidad mostrada al inicio del conflicto.
En junio de 1940, nueve meses después de que Hitler hubiera empezado la guerra con la invasión de Polonia, Hoare pidió parte del dinero "sin retraso" al Foreign Office (Ministerio de Asuntos Exteriores) y añadía en su comunicación que si había dudas, se consultara al primer ministro, Winston Churchill, quien respondió posteriormente en un telegrama: "Sí, por supuesto".
"Que España entre o no en la guerra depende de la rapidez de nuestra acción", telegrafió Hoare en un aviso urgente al MI6 para que pagara sin demora a los agentes al servicio de los intereses británicos. "La situación es crucial. No puedo malgastar más tiempo en explicar nuestra posición en este asunto".
La tensión aumentó cuando en octubre de 1940 se produjo la célebre y fotografiada entrevista de Hitler y Franco en Hendaya. Hoare explica incluso que hubo partidas que se destinaron a detener a personas que intentaban conspirar y persuadir al dictador para que de una vez apoyara militarmente a Hitler. Entre los militares favorables a una España en la guerra mundial estaba el general Muñoz Grandes", señala Reverte. El historiador y escritor sostiene que un factor importante que tuvo en cuenta Franco fue el suministro de gasolina a una España recién salida de la guerra civil, en manos estadounidenses.
"Franco estuvo jugando hasta 1942 con esta posibilidad de entrar o no en la guerra hasta que se produjo el desembarco aliado en el norte de África. Entonces vio que no había opciones de ganar la guerra", asegura el historiador autor de obras como La batalla del Ebro y La división azul.
En una de las comunicaciones secretas de Hoare con el secretario de Relaciones Exteriores, Lord Halifax, se mencionan también varias reuniones de agentes británicos con republicanos y guerrilleros españoles para animarlos a una insurrección en el caso de que en España entraran tropas alemanas. Ese mensaje secreto termina con una indicación claro a Halifax: "Por favor, quema esta carta cuando la hayas leído".
Sin embargo, cuando los contactos con estos republicanos españoles (los rojos, como se les llama en los documentos) llegó a oídos de Winston Churchill, este mostró su preocupación así que instó al ministro de la Guerra, Hugh Dalton, a que interviniera para acabar con las reuniones.
Un espía vestido de mujer
Entre las historias novelescas de este asunto destaca la de oficial del MI6 Dudley Clarke, arrestado por la policía en Madrid en la Segunda Guerra Mundial cuando iba disfrazado de mujer. Clarke dijo a los agentes que era un periodista del diario The Times que quería escribir una novela sobre cómo reaccionaban los hombres al paso de las mujeres en la calle. Tan estrambótica historia mantiene el nivel cuando en el registro de los enseres de Clarke, este les dice a los policías españoles que la ropa de mujer de su maleta era para una señora de Gibraltar, pero que había decidido antes probársela él y que todo "era una broma". John Le Carré se quedaría boquiabierto al saber que la policía se maravilló con un rollo de papel higiénico que también llevaba Clarke y cuya suavidad y textura llevó a los agentes a someterlo a pruebas químicas. Finalmente, Clarke fue puesto en libertad pero sus superiores le mandaron rápidamente a Gibraltar. "Mantenedle vigilado y le mandáis en el próximo avión a Oriente Próximo", ordenaron al gobernador de Gibraltar y "si muestra signos de trastorno mental, lo mandáis a casa en el primer barco".
2 comentaris:
Al blog de la germanista Rosa Sala Rose hi apareix una anècdota molt bona de l'ambaixador britànic Samuel Hoare http://rosasalarose.blogspot.com.es/2011/07/el-incidente-diplomatico-de-samuel.html
Al blog de la germanista Rosa Sala Rose hi apareix una anècdota molt bona de l'ambaixador britànic Samuel Hoare http://rosasalarose.blogspot.com.es/2011/07/el-incidente-diplomatico-de-samuel.html
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