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'Madrid es franquista'
Hoy es 20- N. A las 5:25 de aquel noviembre de 1975 según el parte médico oficial, moría Francisco Franco. Lo hacía el mismo día que Jose Antonio Primo de Rivera sólo que 39 años después. Ambos descansan en el mismo lugar: el Valle de los Caídos. Lugar emblemático para el franquismo y que se sitúa en la falda de la Sierra de Guadarrama. Este es el principal vestigio del pasado régimen que queda en Madrid, pero no es el único. La Federación Estatal de Foros por la Memoria (FEFM) dice que hay más de 200 a día de hoy.
Calles, escudos, placas, arcos, monumentos, estatuas, son muchos los símbolos restantes de la dictadura que se pueden encontrar en la capital española. "Madrid es franquista", afirma sin ambages Edurne Rubio de FEFM. La cita para realizar la ruta por ese Madrid franquista es en la calle General Yagüe, "uno de los mayores asesinos de la España reciente"según le califica Edurne, "el carnicero de Badajoz", añade. Y es que los alrededores del estadio Santiago Bernabéu son un hervidero de calles con nombres de los generales del bando nacional.
Si seguimos el rastro de los generales y sus calles llegamos a Asensio Cabanillas y al antiguo edificio de Loterías donde dos águilas con el lema del franquismo, "una, grande y libre", franquean la entrada de este lugar abandonado situado frente a la Dirección General de la Guardia Civil. "Es el símbolo más fácilmente identificable de la dictadura", comentaba Edurne mientras culpaba a la "voluntad política" de la dejadez a la hora de retirar los símbolos franquistas pese a que el ministro de Justicia, Alberto Ruiz Gallardón, decía que ya se habían retirado un 90% y que el resto se mantiene porque "se necesitan procedimientos largos, costosos o de impacto".
Pintada contra el fascismo
El otro gran símbolo del franquismo restante en Madrid es el Arco de la Victoria frente a la plaza de la Moncloa. Edurne se queja de que el monumento sigue vanagloriando 'los logros' del franquismo. Considera que en España no ha habido ningún Gobierno democrático con el suficiente coraje para hacer justicia a una historia negra del pasado. Lamenta que, como en otros países europeos, no se haya podido afrontar lo ocurrido y que se haya querido tapar y lo justifica en el "continuismo que hay en el poder judicial y en las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado".
Ese continuismo es, a su juicio, el responsable también de la división que hay en España. Que cada artículo, ley, orden, decreto o acción que se haga para recordar a los muertos de uno y otro bando suponga siempre una agresión al contrario. Edurne dice que apenas hay monumentos del bando republicano,"la gente que luchó por la libertad y la justicia social", según les identifica. Sin duda, hay vergüenzas y atrocidades en ambos bandos (como Paracuellos), la diferencia es que uno pasó 40 años bajo el yugo del vencedor y aún no se ha podido quitar el cartel de vencido.
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