Posted: 05 Nov 2014 05:01 AM
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El Gobierno español no podrá
alegar esta vez, como hizo al inicio con los primeros imputados de la
querella argentina, que no sabe si viven ni dónde. Los últimos 20 son harto
conocidos no solo por pasado, sino por presente: hay un consejero del «banco
malo», académicos, conferenciantes, abogados… Hasta un franquista que sigue
dando nombre a un instituto.
El Gobierno español ha
respondido al segundo grupo de imputaciones y órdenes de detención por la
querella argentina con el mismo silencio con que recibió la primera, hace
ahora catorce meses. Sin embargo, este es mucho más impresentable. En
setiembre de 2013, la decisión de la jueza María Servini tuvo un impacto
escaso, porque aquellos cuatro nombres de acusados de torturas no eran
conocidos por la gran masa y tampoco tenían actividad pública. De hecho,
costó un cierto tiempo comprobar que dos de ellos habían muerto ya (los otros
dos, el capitán Jesús Muñecas y «Billy el Niño», sí terminaron pasando por el
juzgado). Esta vez, en cambio, la inacción de Madrid quedará aún más en
evidencia, porque los 20 franquistas reclamados ahora siguen teniendo en su
mayoría una actividad muy conocida, incluso en ámbitos oficiales.
El nombre que más destaca del
grupo, el exministro de Interior Rodolfo
Martín Villa, es también el que más suena a nivel
empresarial. Tras dejar la política cruzó la puerta giratoria y ha ido
saltando de consejo en consejo de administración y de sector en sector:
energía (Endesa, desde 1997); telecomunicaciones (Sogecable, desde 2004); y
ahora inmobiliario (Sareb, desde 2012).
A sus 80 años recién cumplidos,
Martín Villa pertenece ahora al consejo de administración del «banco malo»
creado por el Estado para limpiar el sector inmobiliario, por lo que no debe
ser nada difícil encontrarlo. Figura entre los consejeros denominados como
«dominicales». La remuneración anual de estos cargos, que ha sido polémica,
asciende a 75.000 euros, elevados a 95.000 si presiden algún comité, a lo que
hay que sumar las retribuciones variables. Sareb afirma que Rodolfo Martín
Villa ha renunciado a su remuneración al igual que otro consejero. Resulta
lógico que no necesite dinero tras su amplio currículum político y
empresarial (aún sigue siendo presidente de honor de Endesa), pero sí parece
interesarle mantener presencia en estas altas esferas económicas y en el
ámbito semipúblico.
Osorio, activo y polémico
Alfonso Osorio está imputado igualmente por la matanza de Gasteiz y, como
Martín Villa, ha sido empresario energético además de político (presidió
Petromed hasta 1990). Su actividad es pública, continua y conocida. Ha
aparecido en programas de televisión, ha dado charlas -incluso sobre «la
reconstrucción de la democracia», hace ahora un año en Granada- y ha tenido
-o tiene aún- militancia en el PP. De hecho, protagonizó en 2009 un agrio
cara a cara con el exministro de Interior y entonces eurodiputado Jaime Mayor
Oreja. En un congreso católico, Osorio le reprochó que el PP no fuera más
belicoso aún contra el aborto. «Un católico tiene que responder a sus
principios cuando gobierna, y si no, que no se llame católico o que deje de
gobernar», espetó el que fuera ministro de Franco al ministro de Aznar.
Osorio ofreció una entrevista a
“El Mundo” en junio de 2013 en la que intentaba dar un perfil reformista y
exponía su temor sobre la evolución de la situación en Catalunya. Indicaba al
presidente español que «como no tome medidas, vamos a tener un disgusto, y en
este caso el gran responsable ante la Historia será Mariano Rajoy». La
periodista Victoria Prego era la entrevistadora, quizás haya guardado su
teléfono.
Tampoco parece haber mayor
problema para encontrar -la jueza argentina lo que reclama es detener- a Antonio Troncoso de Castro,
el militar que firmó las condenas de muerte del proceso de Burgos. Aunque han
pasado ya 44 años de aquello, sigue en activo en actos como el de la
Hermandad de Antiguos Caballeros Legionarios celebrada el pasado setiembre en
Arbo (Pontevedra). Intervino en la conmemoración del segundo aniversario de
la batalla de Mourentán, de la llamada «guerra de independencia» española
contra los franceses. Una crónica del acto apunta que «hubo una misa de
campaña para rezar por todos los caídos de las Fuerzas Armadas, tras lo cual
se sirvió un rancho legionario y hubo una convivencia legionaria muy animada
y distendida». Se apunta en la misma que Troncoso es legionario de honor con
graduación de coronel.
De José Utrera Molina
se ha remarcado demasiado su condición de suegro de Alberto Ruiz Gallardón,
pero bastante más relevante para el caso resulta su condición de patrono de
la Fundación Francisco Franco. Tiene el grado de caballero de honor de la
misma desde 2010.
«Franco nunca fue un
totalitario, soy testigo», afirma Utrera Molina, que ha defendido ese régimen
en su libro de memorias, “Sin cambiar de bandera”. También escribió un
panegírico franquista otro de los imputados que sigue vivo, Licinio de la Fuente,
igualmente ministro con el franquismo. En este caso, el título del libelo no
es menos clarificador: “Valió la pena”.
Licinio de la Fuente es otro de
los que ha hecho carrerón empresarial en constructoras (Dragados), banca
(Central Hispano, Banco Gallego), mutualidades… Su presencia fue
redescubierta en 2002, y con ese motivo “El Mundo” elaboró un reportaje que
lo definía como uno de los ministros más populares del franquismo. Quizás por
eso dio nombre a un instituto de enseñanza secundaria en Coín (Málaga). Lo
llamativo es que siga siendo así, pese a que hace ya un par de años que la
Junta de Andalucía viene anticipando medidas para evitar estas denominaciones
franquistas. Y más estrambótica aún en este caso de Málaga, dado que Licinio
de la Fuente ha hecho toda su carrera entre Toledo, Madrid y Extremadura.
Abogados en ejercicio
La abogacía es otro ámbito en
el que dejan huella estos auténticos dinosaurios franquistas, ahora
reclamados por la Justicia desde Argentina. Nunca se ha ocultado, por
ejemplo, el citado Antonio de Troncoso de Castro. Se anuncia en la web
abogadosmilitares.com como director-fundador y consejero de Troncoso y
Reigada S.L. Ahí explica que es «coronel auditor del Cuerpo Jurídico Militar,
diplomado en Derecho Penal Militar, exfiscal del Tribunal Supremo, exvocal
del Tribunal Marítimo Central, letrado de ACAL (Acción contra el Acoso
Laboral) y especialista en Derecho Militar, de la Guardia Civil y de las
Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado».
Bastante más conectado con la
rabiosa actualidad es el desempeño profesional de Carlos Rey,
reclamado por Servini por haber firmado la condena de muerte del estudiante
Salvador Puig Antich en 1974. El diario “Ara” ha revelado en su portada que
aquel Carlos Rey es ahora el abogado de la líder del PP catalán, Alicia
Sánchez Camacho, en el turbio caso del espionaje de la agencia Método 3.
Desde fuentes cercanas al PP ya se insiste en la torpeza de Sánchez Camacho
al escoger tal letrado. Por tanto, más cerca aún tiene el Ejecutivo español a
este reclamado por la Justicia.
Seguir el rastro del resto de
franquistas cuya detención se reclama resulta más complicado, puesto que su
cualificación era menor (varios policías, un médico…) y por tanto su
actividad posterior también ha sido más escasa o más privada. Algunos de
ellos podrían haber fallecido, como ocurrió con dos de los cuatro primeros
imputados. Es el caso, por ejemplo, de Antonio
Barrera de Irimo, acusado también por la muerte de Puig
Antich y exministro de Hacienda. Falleció hace dos meses, a los 85 años, con
todas sus condecoraciones intactas y pudiendo jactarse de haber sido el
representante español para la entrada en la Comunidad Europea, una década
después de morir Franco.
Martín Villa y Suárez, en la Real Academia de
las Ciencias Morales y Políticas
En el Estado español pasan
cosas tan peculiares como que dos de los imputados por crímenes franquistas
pertenezcan a la Real Academia de las Ciencias Morales y Políticas, definida
a sí misma como «foro de encuentro de los saberes sociales, económicos,
filosóficos, políticos y jurídicos». Se trata de Rodolfo Martín Villa y
Fernando Suárez González, este último acusado de convalidar las sentencias de
muerte de setiembre de 1975. Martín Villa asumió la llamada «medalla número
28» de esta academia en sustituto de otro ministro franquista fallecido,
Manuel Fraga. R.S.
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Blog d'en Jordi Grau i Gatell d'informació sobre les atrocitats del Franquisme..... "Las voces y las imágenes del pasado se unen con las del presente para impedir el olvido. Pero estas voces e imágenes también sirven para recordar la cobardía de los que nada hicieron cuando se cometieron crímenes atroces, los que permitieron la impunidad de los culpables y los que, ahora, continúan indiferentes ante el desamparo de las víctimas" (Baltasar Garzón).
divendres, 7 de novembre del 2014
Franquistas vivitos, coleando… y mandando
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