dimarts, 3 de febrer del 2015

Insoportable condescendencia franquista.


http://www.noticiasdenavarra.com/2015/02/02/opinion/editorial/insoportable-condescendencia-franquista


EDITORIAL DE DIARIO DE NOTICIAS


El Parlamento debate hoy a instancias de I-E una declaración para revocar las distinciones a doce franquistas, incluido el dictador. Navarra tiene pendiente una deslegitimación radical de ese inequívoco y asesino fascismo
Lunes, 2 de Febrero de 2015 - Actualizado a las 06:06h

Casi 80 años después del infausto golpe militar contra la II República española, y cuando han transcurrido tres décadas largas desde el final de la terrible dictadura, Navarra se mantiene indulgente con los horrores del franquismo merced a la actitud del Gobierno foral bajo la dirección de UPN. Muestra inequívoca de la tolerancia del Ejecutivo regionalista es que aún preservan la distinción de hijos adoptivos o predilectos de esta Comunidad hasta doce conspicuos franquistas, entre los que figuran nada menos que siete generales encabezados por el propio Generalísimo, el político colaboracionista Tomás Domínguez Arévalo (el siniestro Conde de Rodezno) y los nefandos obispos Marcelino Olaechea y Manuel Arce. Y ello pese a que la Ley de Memoria Histórica consignó el pasado mes de noviembre como plazo para proceder a la anulación de estos intolerables reconocimientos. Resulta tremendo, además de vergonzoso, que a estas alturas del periplo democrático el Parlamento foral tenga que debatir, como va a suceder hoy mismo, una declaración institucional de Izquierda-Ezkerra para erradicar las susodichas distinciones ante la inacción en cierto sentido cómplice del Gobierno de Barcina, que tampoco se inmuta ante el ignominioso mausoleo del genocida Mola cuando en Navarra murieron 3.500 personas sin que mediara frente de guerra alguno. Aunque solo sea en recuerdo de aquellos cientos de asesinados de una manera tan vil y execrable, a cuya exhumación se les siguen escatimando subvenciones para menoscabo de la máxima dignidad de la que son acreedores y de una mínima reparación del daño -ya que no se hará verdadera justicia con ellos ni con sus descendientes-, el Legislativo está obligado a aprobar la referida declaración para revocar unas distinciones que suponen una absoluta afrenta a la democracia. Desde la premisa de que Navarra tiene pendiente una deslegitimación rotunda y definitiva de ese franquismo del que aún se conservan reminiscencias en ciertas élites de esta Comunidad asociadas a los poderes fácticos de antaño, afortunadamente en plena decadencia. Porque una memoria histórica con mayúsculas debe ser necesariamente crítica, pues la asepsia resulta connivente con quienes construyeron el pasado a tiro limpio o señalaron objetivos a los crueles victimarios.