la localidad vizcaína albergó un campo de concentración franquista en 1937, que pasó a ser prisión dos años después
El Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos Gogora está contacto con los familiares de las víctimas para intentar identificarles
El Gobierno reanuda las exhumaciones en el Valle de los Caídos
Los trabajos de exhumación que se están llevando a cabo en el cementerio de Orduña han permitido localizar una treintena de restos víctimas de la prisión franquista situada en la ciudad vizcaína.
Esta actuación se enmarca en el programa de 'Búsqueda de desaparecidos de la Guerra Civil' del Gobierno Vasco, en convenio con la Sociedad de Ciencias Aranzadi, y con la colaboración del Ayuntamiento de Orduña.
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Según informa el Gobierno vasco, el Instituto de la Memoria, la Convivencia y los Derechos Humanos Gogora está contacto con los familiares de las víctimas de esta prisión" con el objetivo de mantenerles informados de los avances en los trabajos de exhumación, que se prevé se alarguen hasta el domingo día 11 de diciembre, así como de las labores identificativas que se puedan llevar a cabo en adelante".
Ya en 2014 se exhumaron los restos de 14 personas que murieron en la Prisión Central de Orduña, presumiblemente entre febrero y junio de 1941. Fueron localizados en la entrada del cementerio, a mano derecha.
Para poder actuar sobre la zona, este pasado verano, el ayuntamiento tuvo que trasladar los restos mortales depositados en casi un centenar de nichos, que posteriormente fueron derruidos.
Los trabajos de investigación y prospección realizados desde entonces apuntaban a la posibilidad de que existieran otras áreas de enterramiento en el propio cementerio, extremo que se ha podido confirmar con este hallazgo.
Campo de concentración y prisión
El campo de concentración de Orduña, en los terrenos del colegio de los Padres Jesuitas, comenzó a funcionar en julio de 1937, cuando el bando sublevado puso en marcha una red de campos para concentrar de forma masiva a los combatientes republicanos apresados y clasificarlos dependiendo de su grado de implicación en favor de la República.
La mayoría de estos campos se clausuraron en 1939; salvo algunos, como el de Orduña (1939-1941), que pasaron a ser prisiones.
El perfil de los presos cambió al finalizar la contienda, provenían de lugares alejados de Euskadi. Así, se sabe que la mayoría de las personas que fallecieron estando cautivas en Orduña eran naturales de las comunidades de Extremadura, Andalucía, Castilla la Mancha y Cataluña.
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