dilluns, 15 d’abril del 2024

Homenaje a las víctimas del penal franquista de Valdenoceda (Burgos): “No van a quedarse en el olvido”

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BURGOS, 13/04/2024.- Las sobrinas de Vicente Martín Gil, asesinado durante la dictadura franquista en el penal de Valdenoceda de Burgos han recibido sus restos mortales en un acto homenaje de la Asociación de Familiares de Represaliados en el Penal de Valdenoceda. EFE/Santi Otero


Merindad de Valdivielso (Burgos) (EFE).- Ana y Mari Carmen Martín-Gil Velázquez, sobrinas de una de las 153 víctimas mortales del penal de Valdenoceda (Merindad de Valdivielso, Burgos), que albergó a miles de represaliados de la Guerra Civil y el Franquismo entre 1938 y 1943, han defendido la memoria de su tío, que murió por motivos ideológicos, y han asegurado que la historia de las víctimas “no va a quedarse en el olvido”.

Las hermanas Martín-Gil Velázquez han recogido este sábado los restos de su tío Vicente Martín-Gil García-Carpintero, recuperados por la Asociación de Familiares de Represaliados de Valdenoceda en las excavaciones de 2007 e identificados gracias a las muestras de ADN aportadas por otro de sus tíos, y hermano de la víctima.

Vicente Martín-Gil García-Carpintero, natural de Daimiel (Ciudad Real), tenía 20 años cuando fue detenido y acusado de adhesión a la rebelión a consecuencia de una denuncia realizada por vecinos del pueblo, que sabían de su implicación política, la suya y la de toda su familia desde siempre, que “sufrieron los agravios” de la guerra y la postguerra.

“Estaba viendo una película en el NODO, en la que salía Franco, cuando alguien graciosamente le hizo las tijeras a Franco en el bigote y los que había detrás, que sabían quién era mi tío, lo acusaron de que había sido él y lo apresaron e inmediatamente lo llevaron a la cárcel de Valdenoceda”, ha explicado a EFE su sobrina Ana.

A partir de ahí, la familia de Vicente no tuvo más noticias; “las autoridades no nos comentaron ni que había fallecido ni por qué lo apresaron”, ha indicado, y solo supieron del fatal desenlace por una carta que recibió su abuela, la madre de Vicente, firmada por cinco compañeros de la cárcel, con Francisco Alegre a la cabeza, que les comunicaba su muerte.

Vicente, que estaba soltero, murió el 13 de abril de 1941, hace justo 83 años, por meningitis, según el expediente de la prisión, y sus restos se enterraron en la ahora zona ampliada del cementerio, pero la familia nunca le olvidó ni a él ni a otro de sus hermanos, Valentín, al que también mataron por cuestiones ideológicas.

En este caso, Valentín fue a la guerra pero volvió con vida y, en lugar de marcharse a Francia, como otros compañeros, decidió retornar a su pueblo porque estaba recién casado. Sin embargo, nada más llegar, lo apresaron y dejaron que todo aquel que quisiese pasase a pegarle, y lo acabaron matando, ha contado emocionada Ana.

BURGOS, 13/04/2024.- La Asociación de Familiares de Represaliados en el Penal de Valdenoceda recuerda, en un acto homenaje con música, poesía y lectura de manifiesto, a las 153 personas que murieron de frío, hambre y enfermedad en la prisión burgalesa durante la Guerra Civil y el Franquismo. EFE/Santi Otero

Para el padre de Ana y Mari Carmen fue “un duro golpe”, por eso toda la familia se alegró cuando supieron que habían recuperado los restos de Vicente y estaban identificados, pero han tenido que esperar a que falleciese su madre, para quien toda la situación ha sido especialmente dolorosa, para poder recogerlos y llevarlos a enterrar a Daimiel.

Por ese motivo, las hermanas han lamentado que se estén “distorsionando las verdades” y han asegurado que “el dolor que sufrieron su abuela y su padre no es comparable y no se puede hacer olvidar la memoria histórica de personas que no están con sus familias, que están en cunetas o fosas comunes; eso no se puede callar”.

Sin verdad, justicia y reparación no hay concordia

“Habrá concordia cuando haya verdad, justicia y reparación”, ha apuntado el presidente de la Asociación de Familiares de Represaliados de Valdenoceda, José María González, en su intervención durante el acto, que ha servido para homenajear a las víctimas de la prisión, entre las que se encontraba su abuelo, ya identificado.

González ha arremetido contra la Ley de Concordia, cuya propuesta han registrado PP y Vox en las Cortes de Castilla y León, y ha asegurado que “ocultará a las víctimas hasta tal punto que no se podrá hablar de ellas ni difundir los documentos que demuestran los crímenes y los abusos, documentos ya tendenciosos de por sí, que fueron escritos por los vencedores”.

Tampoco fotografías o nombres de las víctimas “con el objetivo de borrarlas definitivamente de la historia”, ha asegurado al tiempo que ha insistido en que la ley es “proyecto esperpéntico y vergonzoso que va en sentido opuesto al respeto hacia los derechos humanos”, y que ignora el dolor de las víctimas y sus descendientes.

Palabras que ha refrendado el senador del PSOE por Burgos, Ander Gil, quien ha asegurado que la memoria es “un deber moral indispensable para neutralizar el olvido y evitar la repetición de los episodios más trágicos de la historia”, y ha insistido en que ningún país puede ser democrático “cuando desde sus instituciones se reescribe la historia para blanquear una dictadura, sepultar el recuerdo de las víctimas y despreciar a las familias”.

BURGOS, 13/04/2024.- El expresidente del Senado, Ander Gil, participa en el acto homenaje que la Asociación de Familiares de Represaliados en el Penal de Valdenoceda celebra en recuerdo de las 153 personas que murieron de frío, hambre y enfermedad en la prisión burgalesa durante la Guerra Civil y el Franquismo, este sábado. EFE/Santi Otero

Pendientes de identificaciones y excavaciones

Vicente Martín-Gil es uno de los 114 represaliados cuyos restos se recuperaron en las excavaciones de 2007, de los 153 que la asociación tiene identificados como fallecidos, pues de los miles de presos que pasaron por el penal algunos salieron vivos y otros, según los supervivientes, eran sacados de madrugada para no volver.

La asociación requiere de financiación para abordar una segunda campaña de excavaciones, y llegar a recuperar la totalidad de los restos, y continuar con las identificaciones, pues solo están identificados 68 cuerpos.

El penal de Valdenoceda, una antigua de fábrica de sedas que en 1938 se convirtió en una prisión de castigo, llegó a albergar casi 1.600 presos, aunque solo tenía capacidad para 300, y estuvo abierta hasta el año 1943. Los presos murieron de frío, hambre y enfermedades.

Los testimonios de los supervivientes hablan de hacinamiento; presos recluidos en celdas en las que, cuando subía el río, el agua les llegaba por el cuello; escasa comida, un plato de caldo con una alubia para comer y media sardina para cenar; chinches y otros insectos; y todo tipo de enfermedades derivadas de condiciones de vida inhumanas.