Asun y Rebeca nos han contando, en ‘Hoy por Hoy Vitoria’, la historia de sus abuelos
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Vitoria-Gasteiz
El 25 de julio de 1936, tres hombres fueron fusilados en un viñedo en Laguardia. Entre ellos se encontraba Juan Larreta, un maestro que, junto a Antonio Bombín, un hortelano fraile franciscano, y un joven cuya identidad aún no ha sido confirmada, perdió la vida por mano de quienes se alzaron contra la democracia en los primeros días de la Guerra Civil. Su memoria ha estado silenciada durante décadas, pero recientemente, un tótem ha sido erigido en su honor, devolviendo la luz a un crimen que durante años permaneció en la oscuridad.
En 'Hoy por Hoy Vitoria' hablamos con Asun Larreta, nieta del maestro fusilado, y Rebeca Marina, nieta de su posible victimario.
Asun Larreta: La lucha por recuperar la memoria
Juan Larreta- el abuelo de Asún Larreta- nació en 1881 y fue maestro. Lo fusilaron en 1936 por sus ideales progresistas. A lo largo de su vida, Juan luchó por la mejora de la educación en los pueblos de Navarra y la Rioja promoviendo la escolarización de adultos y llevando la cultura al pueblo. En Isaba, donde ejerció durante años, organizó actividades culturales y deportivas y defendió los derechos de los trabajadores. "Creó la 'escuela de la vela' para que los niños pudieran continuar sus estudios más allá de los 12 años, a partir de esa edad iban a trabajar así que la escuela se hacía por la noche, a la luz del candil'.
Sin embargo, su labor se encontró con la oposición de sectores conservadores de Isaba, en Navarra, lo que culminó en su traslado en 1921 a Treviana, La Rioja, donde volvió a implicarse en actividades pedagógicas, culturales y políticas, hasta el punto de ser quien proclamó la II República en la localidad. Juan desapareció el 19 de julio de 1936. "Ese día llegaron a las camionetas de requetes y leyeron el bando de Mola entonces le dijo a su hijo que se tenía que ir, le dio un abrazo, algo que no era muy frecuente entre hombres". Ese fue el último día que le vieron con vida.
Juan fue fusilado el 25 de julio, dejando a su familia marcada por el dolor y la orfandad.
Rebeca Marina: La memoria de los descendientes de los represores
Rebeca Marina es historiadora y arqueóloga y es nieta quienes podrían haber estado involucrado en los traslados de prisioneros y asesinatos durante la Guerra Civil. Aunque su familia era carlista y requeté, y estuvo vinculada al bando franquista, Rebeca ha asumido un compromiso activo en la recuperación de la memoria histórica. "En un homenaje a Juan, el abuelo de Asún, dijeron que se les había fusilado en la viña de Marañas, mi familia, así que fui a casa y pregunté a mi madre", nos ha contado. "Ella me reconoció que, de hecho, en la viña estaba la que en el pueblo se conocía como 'la tapia de los muertos'. Según algunos documentos su propio abuelo, José María López 'El Pirri', participó en el traslado de los fusliados con su taxi.
El encuentro de dos historias
Las historias de Asun y Rebeca se cruzan en un momento clave: el homenaje realizado en 2012 en el lugar donde los tres hombres fueron asesinados. Este evento, organizado por las familias de las víctimas, se convirtió en un punto de encuentro entre ellas. Aunque Rebeca proviene de una familia vinculada a los represores, su labor en la recuperación de la memoria histórica le permitió establecer una conexión con Asun y su familia, quienes le ofrecieron un respeto y apoyo incondicional.
Ambas coinciden en que la recuperación de la memoria histórica es crucial para evitar que los horrores de la guerra se repitan. "El 15 de diciembre de 2023, cuando se colocó la placa en memoria de mi abuelo, fue un día muy emotivo", señala Asun. "Fue un acto de esperanza y denuncia, un recordatorio de que no debemos permitir que el fascismo resurja. Rebeca resalta: "Nosotras, como mujeres, hemos asumido el reto de caminar juntas, de hablar en un mismo lenguaje para que no se olvide lo que ocurrió y para construir un futuro en el que los derechos humanos sean respetados."
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