dissabte, 26 de setembre del 2015

27 de septiembre. 42 años después de los últimos 5 asesinatos de Franco.


http://memoriarepressiofranquista.blogspot.com.es/2015/09/acto-homenaje-los-ultimos-fusilados-del.html









José Humberto Baena tenía 24 años cuando lo ejecutaron. Su triste destino fue ser el último fusilado del franquismo, acusado del asesinato del policía armada Lucio Rodríguez. Hasta el último momento mantuvo ante su familia que era inocente.
En unas conmovedoras cartas, a las que en el documental pone voz el actor Alberto San Juan, relató sus últimos días y, ante su inmediato desenlace, escribió: 'Que mi muerte sea la última que dicte un tribunal militar'.
Xosé Humberto Baena era militante del FRAP, y murió fusilado el 27 de septiembre de 1975 tras un Consejo de Guerra Sumarísimo. En el proceso no se presentaron pruebas materiales ni testigo alguno. Xosé Humberto siempre mantuvo ante su familia que era inocente.
Flor, hermana de Xosé Humberto Baena, prosigue la incansable lucha que determinó la vida de sus padres durante los últimos años de su vida: reivindicar la inocencia y la memoria de su hermano. Xosé Humberto era militante del FRAP, y murió fusilado el 27 de septiembre de 1975 tras un Consejo de Guerra Sumarísimo, en las postrimerías del franquismo, donde fue acusado del atentado que mató al policía armada Lucio Rodríguez. En el proceso no se presentaron pruebas materiales ni testigo alguno. Xosé Humberto siempre mantuvo ante su familia que era inocente. 
"La violencia acostumbra a engendrar la violencia" Esquilo.
El último fusilado gallego del franquismo fue Xosé Humberto Baena Alonso, obrero metalúrgico, de 24 años de edad, militante del PCE (m-l) y del FRAP

http://cadenaser.com/programa/2015/09/26/hora_14_fin_de_semana/1443234392_423008.html

40 años de los últimos fusilamientos ordenados por el régimen de Franco

El 26 de septiembre de 1975, el Consejo de Ministros revisaba las once sentencias de muerte dictadas por varios Consejos de Guerra celebrados desde finales de agosto. A cinco de los condenados se les denegó la conmutación de la pena por la de reclusión y fueron ejecutados al día siguiente por la mañana.

De izquierda a derecha y de arriba a abajo: José Luis Sánchez Bravo, Xosé Humberto Baena, Ramón García Sanz, Ángel Otaegi y Juan Paredes
De izquierda a derecha y de arriba a abajo: José Luis Sánchez Bravo, Xosé Humberto Baena, Ramón García Sanz, Ángel Otaegi y Juan Paredes
El 27 de septiembre, al alba, como presentía Luis Eduardo Aute en la canción que les dedicó, tras la noche vino la noche más larga. Dos miembros de ETA político-militar, Ángel Otaegi, acusado de participar en un atentado en Azpeitia en el que murió un guardia civil, y Juan Paredes Manot, implicado en un atraco al Banco Santander en el que murió un policía, fueron fusilados en Burgos y en Barcelona, respectivamente. Otros tres militantes del FRAP (Frente Revolucionario Antifascista y Patriota), Ramón García Sanz, José Humberto Baena y José Luis Sánchez Bravo fueron ejecutados en Hoyo de Manzanares (Madrid), acusados de participar en dos atentados en los que murieron también un policía y un guardia civil.
Los procesos judiciales se realizaron mediante el procedimiento militar sumarísimo, para evitar que los juicios se alargaran en medio de un debate internacional cada vez más vivo. Uno de los abogados de los miembros del FRAP juzgados en El Goloso (Madrid), Juan Aguirre, recordaba, en un acto organizado por el Centro Internacional de Prensa, en Madrid, aquellos procesos carentes de las más mínimas garantías. “La única garantía o seguridad jurídica era que había que fusilar. Pudimos hablar con nuestros defendidos el día antes del juicio y apenas 5 minutos, única y exclusivamente para que nos firmaran el escrito de designación. No nos entregaron el escrito de acusación del fiscal hasta que se lo solicitamos. Querían que hiciéramos nuestras conclusiones y pidiéramos pruebas sin saber de qué se les acusaba”. Tanto Juan Aguirre como el resto de abogados defensores, excepto dos, fueron expulsados de la sala del juicio a punta de pistola solo por intentar denunciar las irregularidades del proceso.
Entre los presos condenados a muerte indultados por el consejo de ministros del 26 de septiembre, a los que se les conmutó la pena capital por varias décadas de reclusión en la cárcel, estaba el periodista Manuel Blanco Chivite. Chivite señala que cuando fueron detenidos no les hicieron parte de entrada en la Dirección General de Seguridad (DGS). "Por lo tanto, no estábamos detenidos. Fue un secuestro. Fue una situación en la que, durante varios días, no estábamos en ningún lado”.
Otro de los acusados del FRAP, condenado a 30 años de prisión, Pablo Mayoral, se refiere a las contradicciones que se ponían de manifiesto, a veces, en las acusaciones. “Se dio la circunstancia de que a mí me abrieron un segundo Consejo de Guerra acusándome de las heridas que había sufrido un policía en unos actos que se produjeron estando yo en la cárcel. Ese Consejo de Guerra no llegó a celebrarse porque Franco murió antes”.

La movilización internacional

Antes de llevarse a cabo los fusilamientos, fueron numerosas las voces que se alzaron pidiendo al dictador que detuviera las ejecuciones. Hubo actos de protesta frente a las embajadas de España en las principales ciudades del mundo. El Papa Pablo VI solicitó clemencia al dictador, y tanto la Comunidad Económica Europea como la ONU exigieron el indulto. Pero nada de esto llegó a oídos de los condenados. Manuel Blanco Chivite dice que no se enteraron de nada porque todos estaban “en celdas de aislamiento. Durante todo el proceso estuvimos sin contacto con los abogados ni la familia, en una galería de celdas bajo tierra. Los que fuimos condenados a muerte volvimos a esa situación de aislamiento después de habernos sacado dos o tres días antes del Consejo de Guerra”.
Los condenados no supieron del clamor internacional, y la mayoría de los españoles tampoco. Así que el día 27 de septiembre se llevaron a cabo los fusilamientos. La ola de condena se incrementó, y algunos países retiraron a sus representantes diplomáticos de Madrid. México llegó a pedir la expulsión de España de Naciones Unidas. La respuesta del franquismo fue convocar un gran acto de adhesión al dictador en la Plaza de Oriente de Madrid el 1 de octubre de 1975. Un decrépito Franco salía al balcón del Palacio Real para atribuir las protestas en el extranjero a una conspiración masónica y comunista. Fue su última aparición pública antes de su muerte, 50 días después.

Una amnistía injusta

Manuel Blanco Chivite y Pablo Mayoral se enteraron de la muerte de Franco en la cárcel. “Recibimos la noticia por la mañana, por la algarabía de los presos comunes en el patio. Lo estaban celebrando. Todos pensamos que había pasado algo, y como estábamos esperando que ocurriera de un momento a otro, nos dijimos: ‘este ha muerto’”.
Pero ellos continuaron en prisión. Fueron movidos, eso sí. Separados y trasladados a otros penales. Empezaron a notar que algo estaba cambiando cuando los funcionarios de prisiones se les acercaban para decirles que ellos eran profesionales, y que todo lo que habían hecho durante el franquismo (sobre todo en cuestiones de malos tratos, como recuerdan tanto Chivite como Mayoral) se debía a su profesionalidad.
Y entonces, en octubre de 1977 llegó la Ley de Amnistía, con la que los presos políticos empezaron a salir de prisión. Blanco Chivite se queja de que él no necesita “ninguna amnistía por haber formado parte de la resistencia antifascista. Porque he cumplido con un deber: enfrentarme a un tirano y a una dictadura. Eso es un deber ciudadano, muy difícil de llevar”. Chivite también recuerda que esa misma Ley de Amnistía dejaba impunes a todos los criminales de la dictadura, con los que quedaban equiparados quienes resistieron al franquismo. “Ninguno de esos criminales”, señala, “fue nunca detenido, procesado ni juzgado”.
La historia quiso que él fuera uno de los últimos 11 condenados a muerte por el régimen de Franco, 5 de los cuales son recordados como los últimos ejecutados de la dictadura. En un año, el de 1975, en el que otras 23 personas murieron a manos de las fuerzas del orden en actos de represión de manifestaciones o en controles de carreteras. Pablo Mayoral está convencido de que “ese 27 de septiembre fue el inicio del declive del franquismo. La gran movilización nacional y, sobre todo, de los ciudadanos europeos, fue la puntilla del régimen. A partir de ahí ya nada fue igual. Ya nada fue lo mismo”.
___________________




EL DÍA EN QUE COMENZÓ LA DESAPARICIÓN DEL FRANQUISMO

Las presiones internacionales no pudieron frenar los cinco fusilamientos del 27 de septiembre de 1975

El 27 de septiembre de 1975 cinco militantes de dos organizaciones que se habían distinguido en la lucha armada contra el régimen del general Franco, el Frente Revolucionario Antifascista y Patriótico (FRAP) y ETA, fueron fusilados en Madrid, Barcelona y Burgos al cumplirse las condenas de muerte dictadas contra ellos en tres consejos de guerra. Los mismos tribunales sentenciaron a la pena capital a otras seis personas más, indultadas en última instancia por el general Franco. Diez años después de aquel episodio que puso fin al estilo político del franquismo, y que causó honda conmoción en el mundo, sólo dos de los sentenciados a muerte siguen militando políticamente.
Ángel Otaegui, mientro de ETA condenado por cooperación en el asesinato del cabo de la Guardia Civil Gregorio Posadas, fue ejecutado en el penal burgalés de Villalón, a las 8.30 de la mañana del día 27 de septiembre de 1975. Cinco minutos después era fusilado en Barcelona el también miembro de ETA Juan Paredes Manot Txiki, acusado de ser el ejecutor material de Posadas. En el campo de tiro de Hoyo de Manzanares (Madrid), a partir de las 9.20 de la mañana y con intervalos matemáticos de 20 minutos, se enfrentan al pelotón de ejecución los militantes del FRAP José Humberto Baena, Ramón García Sanz y José Luis Sánchez Bravo. Ese mismo día comenzó la desaparición del franquismo.
Una inmensa conmoción internacional acompañó a los cinco fusilamientos, acordados el día anterior, 26 de septiembre, en Consejo de Ministros y por unanimidad.
Apenas cuatro días antes, la policía había expulsado de España a varios intelectuales franceses, entre ellos el actor Yves Montand, el realizador Costa Gavras y el escritor Regis Debray, que intentaban divulgar en Madrid un escrito de condena contra el régimen franquista, suscrito por Jean Paul Sartre, André Malraux, Louis Aragón y Pierre Mendes-France. La inminencia de las ejecuciones había movilizado al mundo entero, y de todas partes llegaban mensajes pidiendo clemencia. Pero, aquella noche del 26 el jefe del Estado se había acostado ordenando taxativamente que no les despertasen bajo ningún pretexto. Si no le habían conmovido los ruegos de Pablo VI, menos aún iba a hacerlo la imagen del primer ministro sueco Olof Palme, pidiendo con una hucha por las calles de Estocolmo en favor de las familias de los condenados. O la carta de su propio hermano, Nicolás Franco, recordándole: "Tú eres un buen cristiano, después te arrepentirás".
Pese a todo, algunos periódicos de aquel sábado, 27 de septiembre, se habían plegado a las consignas y titulaban a toda página: "Hubo clemencia", refiriéndose a los seis indultos que la generosidad del general había acordado: el ser especialmente joven, mujer o universitario permitió seguir viviendo a los miembros del FRAP Manuel Blanco Chivite, VIadimiro Fernández, Concepción Tristán, María Jesús Dasca y Manuel Cañaveras, a quienes el tribunal también había condenado a muerte. Al etarra José Antonio Garmendia, Tupa, le salvó el disparo que la policía le hizo en San Sebastián meses antes, al ser detenido; la bala le había lesionado seriamente el cerebro, según pudo demostrar su abogado, Juan María Bandrés.
Los fusilamientos del 27 de septiembre horrorizaron a la opinión pública nacional e internacional. Las irregularidades en los procesos, en los que se acusaba a los condenados de ser autores directos o indirectos de la muerte de varios miembros de las fuerzas del orden, habían sido abundantemente puestas de manifiesto por relevantes juristas europeos. El día 29, el presidente mexicano, Luis Echevarría, quien había ayudado sin disimulo al nacimiento de la Junta Democrática, pidió al secretario general de las Naciones Unidas que suspenda la pertenencia de España a la ONU. La reacción del régimen fue fulminante: se prohibió a las emisoras de radio emitir rancheras. Paralelamente, la Embajada de España en Lisboa quedó semidestruida por la acción de airados manifestantes. 12 embajadores occidentales abandonaron Madrid, llamados por sus gobiernos.
Nunca el régimen había estado tan solo. El 1 de octubre, y gracias a una eficaz labor de los servicios que dirige el teniente coronel José Ignacio San Martín, se convocó una espontánea manifestación en la plaza de Oriente. Allí, con voz trémula, y aquejado de fuertes temblores, el general dijo a la multitud que: "Todo lo que en España y Europa se haarmao obedece a una conspiración masónico-izquierdista, en contubernio con la subversión comunista-terrorista en lo social, que si a nosotros nos honra, a ellos les envilece". Las imágenes de aquel acto, en el que pudo verse al jefe del Estado sollozando senilmente, figuran entre las últimas en las que aparece el general todavía en pie.




El precio de olvidar un 27 de septiembre

En la madrugada del 27 de septiembre de 1975 en instalaciones militares de Burgos, Barcelona y Hoyo de Manzanares el franquismo fusiló a cinco jóvenes: José Humberto, José Luis, Ramón, Juan y Ángel
Si ya sabe lo que ocurrió en la madrugada del 27 de septiembre de 1975 en instalaciones militares de Burgos, Barcelona y Hoyo de Manzanares puede ahorrarse leer este artículo. Efectivamente trata de la muerte por fusilamiento de cinco jóvenes, José Humberto, José Luis, Ramón, Juan y Ángel.
La actualidad dice que debiera escribir sobre la dimisión del ministro Gallardón, pues tiene alcance político ya que Gallardón pertenece al mismo grupo generacional de Rajoy, jóvenes franquistas que se reunieron bajo Manuel Fraga Iribarne para fundar la derecha. La tensión dramática en su despedida se debe a que no es una dimisión sino el final de una agonía, Rajoy lo cocinó cual "bistec tártaro" y se lo merendó. Que haya quien diga a estas alturas que Rajoy es un político moderado, demócrata o que es falto de carácter, sólo se explica bien por una falta de perspicacia mayúscula o bien por un cinismo de aúpa.
La actualidad también me dice que debiera ocuparme de escribir algo sobre el viaje del rey Felipe a Washington, asunto muchísimo más trascendente que el canibalismo en la derecha posfranquista y sobre el que no veo que se diga lo esencial: este rey se presenta ante el emperador de turno para renovar el vasallaje del Reino de España a los EE UU. El rey Juan Carlos sucedió a Franco por un acuerdo entre éste y el imperio que incluía entregar el Sáhara a Marruecos, mantener las bases y entrar en la OTAN. Felipe sucede a su padre para mantener la continuidad, volverá bendecido. Lo más extraordinario de la entrega total de la soberanía del Estado español a los EE UU, antes de entregar el resto a Alemania, es que nadie se acuerda de eso, se ha vuelto trasparente. Y mientras nos volvemos todos locos discutiendo la soberanía del Estado sobre los catalanes.
Pero tanto el canibalismo dentro del PP como el servilismo de este Estado ante sus amos no me van a disuadir de escribir como cada año allí donde me dejen sobre aquellos fusilamientos tan tan lejanos y olvidados que, sin embargo, a mí me parecen cercanos y vívidos.
El franquismo fue un régimen criminal y contra él nacieron generaciones que lucharon con la palabra y también con las armas. Las organizaciones a las que pertenecían aquellos cinco jóvenes antifascistas cometieron crímenes y matar es matar, mataron a algunas malas personas que torturaban y a otras que eran guardias simplemente porque no tenían muchas más oportunidades que escoger eso o la emigración. Es cierto que militantes de aquellas organizaciones habían matado, como es cierto que el Régimen utilizaba a la Guardia Civil, Policía Armada y Brigada Político Social para encarcelar, torturaba y matar personas desarmadas. Y el Régimen utilizaba la muerte como regla de aprendizaje, nuestras lecciones fueron conocer cómo se pedían penas de muerte en el Consejo de Burgos, cómo ametrallaron a Amador, Daniel y decenas de obreros en Ferrol, cómo asesinaron a Puig Antich directamente sus torturadores en un cuartucho siniestro, cómo acribillaron por la espalda a Moncho Reboiras también en Ferrol, cómo fusilaron sin posibilidad de defensa a esos cinco jóvenes…
Eran unos rehenes del Régimen molestos para todos, nadie los quería. La principal organización antifascista, el PCE, en aquel momento no solo estaba muy lejos de la lucha armada sino que defendía la "reconciliación nacional". Se trataba de luchadores desesperados, ni siquiera muchos de quienes comprendíamos su desesperación, porque era la nuestra, estábamos de acuerdo con sus métodos. Sus cadáveres escarnecidos fueron entregados a sus humillados familiares y la historia siguió su curso, más detenciones, torturas y muertes, hasta que brindaron con champán por una constitución que barrió mágicamente las tinieblas del pasado. Hicieron magia y ante nuestros ojos se desvaneció tanto el franquismo como el antifranquismo. Sin embargo, aquellos asesinatos fueron lo más real de aquel periodo, fueron una firma al pie del testamento político de Franco y la garantía de que el proceso político que, sin duda, sería arduo y azaroso nunca dejaría de estar bajo la tutela del Ejército.
Pero si escribo cada año un artículo sobre aquellos jóvenes no es por compasión, eso fue hace ya 39 años, sino por puro egoísmo. Escribo para recordar que aquello existió porque lo que vino después lo sepultó y solo se nos permitió recordar a un abuelete "autoritario" y a una "dictablanda". Escribo este artículo para desmentir a los intelectuales que se dedicaron a explicar que los antifranquistas no eran demócratas. Por supuesto que no lo eran. Simplemente era imposible ser fácticamente demócrata en España, solo se podía ser franquista, antifranquista o no. Fuimos educados muerte a muerte por asesinos.
Aquellos jóvenes fueron generados políticamente directamente por el franquismo. Dos de ellos procedían de Vigo, concretamente del 72 en Vigo. ¿Les parece que cae muy lejos? No tanto. A principios de los años noventa un alcalde de Vigo del PSOE, no le llamaré "socialista", recibía a un cargo del Ministerio del Interior en su ciudad y tras entrevistarse revelaba a la prensa que un amigo mío había "cantado" cuando fue detenido y torturado en la huelga general viguesa en el año 1972. Aquella autoridad del Gobierno había sido uno de los torturadores desplazados a una ciudad en huelga total, miles de despedidos, cientos de detenidos y cientos de torturados, y sus méritos canallescos como esbirro le habían deparado una brillante carrera en la democracia española. No, el franquismo y los franquistas no nos quedan tan lejos, estuvieron siempre ahí, progresando y gobernando. Y de aquel 72 vigués, de la radicalización obrera tras aquella represión, nació aquella izquierda desesperada. Años después un alcalde de la misma ciudad, "socialista", se reiría con las anécdotas y chascarrillos que le contaría un verdugo de paso por provincias.
Aquellos cinco cuerpos caídos no son una estampa agradable para nadie, mucho menos para una sociedad infantilizada que conmemora el asesinato de Miguel Ángel Blanco, pero no es capaz de recordar aquellos otros días de aguarda en que el Ejército los tuvo presos para el matadero. Olvidar, insistía Shakespeare una vez y otra, puede ser una bendición para un corazón oprimido pero el precio de que hayamos olvidado esas cosas terribles es tener a Rajoy y demás gobernándonos. 


http://solidaridadultimasvictimasfranquismo.blogspot.com/


En defensa de los derechos y la memoria de los últimos fusilados del franquismo, luchadores por la libertad y víctimas de la represión de una dictadura fascista. En defensa de todos sus compañeros.

27 DE SEPTIEMBRE DE 2014: EL PESO DE UN TIEMPO QUE NO PASA.

Desde que se puso en marcha esta iniciativa-blog algunos de los firmantes nos han ido dejando. Ellos ya no están aquí para constatar que caen las hojas del calendario de la eterna transición hacia una nueva dictadura, esta vez con lo peor de cada casa: el rancio franquismo y el neoliberalismo descarnado, sin que la justicia se apee del tren del rentable pacto del olvido. La indignación de estas compañeras y compañeros no se extinguió como sus vidas, su lucha y militancia  pasó a engrosar las filas de la memoria colectiva y a llenar el bote de resistencia, el de la digna rabia que exige sin dilación reparación.

A l@s compañer@s que como Txiki son viento de libertad, a los que no lloramos si no que recordamos y reivindicamos, como ejemplo de compromiso y combate por la defensa de los derechos humanos y su amparo para todas las víctimas del franquismo y las más ignoradas víctimas de la transición.  A es@s compañer@s que levantaron el puño contra la opresión, la censura y la tortura desde todas las trincheras del frente antifascista no los olvidaremos. Como no lo hacemos en el caso de los últimos fusilados del franquismo a quienes seguimos reivindicando como luchadores contra la dictadura y por las libertades.

Por eso este 27 de septiembre nuestro homenaje es para todas las víctimas, para todos los que dijeron no al fascismo y para los que siguen haciéndolo hoy asumiendo consecuencias impropias de cualquier estado democrático. Este nacional-estado en evidente déficit de garantías para el desarrollo de las libertades individuales y colectivas, que se escuda en una ley condenada internacionalmente por atentar contra los principios de verdad, justicia y reparación, sigue negando sistemáticamente a los que sí supieron estar a la altura de las circunstancias arriesgándolo y dándolo todo. Las víctimas vencidas y condenadas eternamente en la causa del general asesino. Los verdugos, la mayoría muertos con honores o en el anonimato de sus culpas y otros vivos sabiéndose impunes y disfrutando de las prebendas conseguidas. Es la consecuencia de la ley marcial del 77 que sigue poniendo punto y final a las justas aspiraciones de los que nunca quisieron un Reino de España inamovible en los Principios del Movimiento.

Pero como decía la canción tenemos la cabeza dura los defensores de la memoria antifascista y estamos dispuestos a seguir construyendo el puente de los derechos humanos por muchas veces que lo derriben. Lo haremos los que tenemos aliento junto con quienes nos alientan desde su recuerdo. Un puente hasta Buenos Aires. Seguiremos cruzando el Atlántico en cientos de barquitos cuyas velas del papel de las querellas y denuncias contra los crímenes del franquismo surcaran el océano empujados por un vendaval de libertad,  desobediente e insumiso, hacia el mejor de los puertos.


Ramón, Txiki, Xosé Humberto, Angel, José Luis, no olvidamos, no perdonamos, luchamos.

36 AÑOS DE SEPTIEMBRES SIN JUSTICIA

Van cayendo los 27 de septiembre del calendario de la democracia transicional monárquica del estado español. Seguimos transitando a la nada o al desastre, que al final es lo mismo, la ausencia de derecho a tomar nuestras propias decisiones, de libertad para escoger nuestros caminos, de amparo que nos proteja de los estadios de represión, de justicia para los muertos y los vivos, para los hallados y los no encontrados, viviendo en su stand by de falsas reconciliaciones. Pasa otro 27 de septiembre sin más avances que el tesón de nuestra memoria que se niega a dejar en la cuneta del olvido a quienes defendieron con todo lo que tenían unas ideas, que no murieron cuando fueron asesinados con total impunidad. Otro 27 de culpables no juzgados, no cuestionados, no acusados más que por aquellos que siguen luchando por la verdad, la justicia y la reparación para todas las víctimas del fascismo español durante la dictadura y en la transición, víctimas de crímenes de estado.
Señalados como delincuentes, como terroristas, los antifascistas asesinados en los últimos años de la dictadura fueron objeto del terrorismo más reprobable, el que ejerce el estado. Les robaron la vida a garrote o a fuerza de fusil, y quisieron también robarles la dignidad, pero esa era demasiado grande para tan cobardes asesinos hacedores de sentencias de muerte.
Otro 27 de septiembre en pie, con los puños en alto, la cabeza erguida, recogiendo su testigo, pues la lucha continua de muy distintas maneras contra los mismos enemigos, con otros nombres y otras caras, pero los mismos oponentes, el pueblo versus los que se empeñan en oprimirnos y explotarnos a su mayor beneficio.
Hoy 27 de septiembre de 2011, 36 años después, no olvidamos, no oblidem, non esquecemos, ez dugu ahazten.
Jon Paredes Manot “Txiki”, Angel Otaegi, José Luis Sánchez-Bravo Solla, Ramón García Sanz, Xosé Humberto Baena, PRESENTES.



27-S 2010, OTRO SEPTIEMBRE DE IMPUNIDAD











Ayer, hace 35 años


Como hace un año, dos, cuatro o 35, cada septiembre seguimos recordando a los asesinados el 27 de septiembre de 1975: Baena, Sánchez-Bravo, García Sanz, Paredes Manot “Txiki” y Otaegi, militantes de las organizaciones antifascistas FRAP y ETA.

En Euskadi, Catalunya, Madrid, País Valencià y otros puntos del estado español, se harán actos que recuerden los últimos asesinatos del dictador fascista Franco, un mes y medio antes de morir miserablemente. En estos actos se seguirá pidiendo la anulación de estos y de todos los juicios del fascismo español y la aplicación del principio universal de VERDAD, JUSTICIA Y REPARACIÓN. Y, por la proximidad de fechas, el secuestro y entrega de la Gestapo a los fascistas españoles del President de la Generalitat, LLuís Companys y su posterior ejecución en el castillo de Montjuïc.

Estos actos, más allá de ser homenajes particulares lo son universales porque constituyen un reconocimiento a todos y todas las antifascistas del estado español, a todos y todas aquellas que dieron su vida por la libertad, a los asesinados en juicios farsa, a los esclavos y esclavas del fascismo, a los maquis, a los inmolados e inmoladas en los campos de exterminio nazis, a los que lucharon en las duras condiciones de clandestinidad contra el fascismo, en las cárceles, el exilio…, hasta la muerte del dictador y durante los “años de plomo” de la llamada Transición del régimen y sus cómplices “demócratas”. Y, desde luego, la denuncia de esa pirueta jurídica que califica a los militantes antifascistas que utilizaron todos los medios posibles para luchar contra la dictadura de “terroristas”.

En momentos como los actuales, donde un fascismo adaptado a las nuevas necesidades del capital, sigue siendo culpable de convulsiones económicas y políticas y retrocesos, gravísimos retrocesos, en los derechos sociales y democráticos conseguidos a través de la lucha, no sería vano recordar, que, pese a la “Transición” y a los “Pactos de la Moncloa”, los treinta y cinco años trascurridos, no nos han dado ni una sociedad más justa, ni los derechos de decisión, ni mayor grado de democracia, ni la ampliación substancial de los derechos participativos, ni la restitución de la legalidad republicana. Por tanto, la lucha por la ruptura democrática, bajo otras circunstancias políticas y organizativas, sigue vigente junto a su carácter antifascista.

Otro septiembre más, pese a los intentos de inducción a la amnesia colectiva y a la criminalización de la memoria de los últimas víctimas del franquismo, no olvidamos.

Seguimos recogiendo vuestras adhesiones y damos las gracias a todas las personas que hasta la fecha han suscrito nuestra carta abierta.








Ahir, fa 35 anys

Com fa un any, dos, quatre o 35, cada setembre seguim recordant als assassinats el 27 de setembre de 1975: Baena, Sánchez-Bravo, García Sanz, Paredes Manot “Txiki” i *Otaegi, militants de les organitzacions antifeixistes FRAP i ETA.

A Euskadi, Catalunya, Madrid, País Valencià i altres punts de l'estat espanyol, es faran actes que recordin els últims assassinats del dictador feixista Franco, un mes i mig abans de morir miserablement. En aquests actes es seguirà demanant l'anul·lació d'aquests i de tots els judicis del feixisme espanyol i l'aplicació del principi universal de VERITAT, JUSTÍCIA I REPARACIÓ. I, per la proximitat de dates, el segrest i lliurament de la Gestapo als feixistes espanyols del President de la Generalitat, Lluís Companys i la seva posterior execució al castell de Montjuïc.

Aquests actes, més enllà de ser homenatges particulars ho són universals perquè constitueixen un reconeixement a tots i totes les antifeixistes de l'estat espanyol, a tots i totes aquelles que van donar la seva vida per la llibertat, els assassinats en judicis farsa, els esclaus i esclaves del feixisme, els maquis, els immolats i immolades en els camps d'extermini nazis, els quals van lluitar en les dures condicions de clandestinitat contra el feixisme, a les presons, l'exili…, fins a la mort del dictador i durant els “anys de plom” de l'anomenada Transició del règim i els seus còmplices “demòcrates”. I, per descomptat, la denúncia d'aquesta pirueta jurídica que qualifica als militants antifeixistes que van utilitzar tots els mitjans possibles per lluitar contra la dictadura de “terroristes”.

En moments com els actuals, on un feixisme adaptat a les noves necessitats del capital, segueix sent culpable de convulsions econòmiques i polítiques i d’un retrocés, gravíssim retrocés, en els drets socials i democràtics aconseguits a través de la lluita, no seria va recordar, que, malgrat la “Transició” i als “Pactes de la Moncloa”, els trenta-cinc anys transcorreguts, no ens han donat ni una societat més justa, ni els drets de decisió, ni major grau de democràcia, ni l'ampliació substancial dels drets participatius, ni la restitució de la legalitat republicana. Per tant, la lluita per la ruptura democràtica, sota altres circumstàncies polítiques i organitzatives, segueix vigent al costat del seu caràcter antifeixista.

Un altre setembre més, malgrat els intents d'inducció a l'amnèsia col·lectiva i a la criminalització de la memòria dels últimes víctimes del franquisme, no oblidem.

Seguim recollint les vostres adhesions i donem les gràcies a totes les persones que fins avui han subscrit la nostra carta oberta.








Atzo, orain dela 35 urte

Orain dela urte bat, bi, bost edo 35 urte bezala, irailero egin ohi dugun bezala, orain dela 35 urte,1975ko irailak 27an erahilak izan ziren ; Baena, Sanchez Bravo, Garcia Sanz, Paredes Manot “Txiki” eta Otaegi, FRAP eta ETAko kideak omentzen ditugu.

Hilabete bat hil baino lehenago, Franco diktadore faxistaren eskuetan burutako azken erahilak gogoratuko diren ekitaldi ezberdinak ospatuko dira, Euskal Herrian, Catalunyan, Madriden, Valentziar Herrian eta estatuko puntu ezberdinetan. Ekitaldi hauetan, alde batetik, español faxismoak burutatako epaiketa hauek eta gainontzeko epaiketen baliogabetasuna eskatuko da, eta bestetik, unibertsaltasunaren abiaburua diren, EGIA, JUSTIZIA ETA KALTEORDAINAREN ezarpena ere. Egunaren hurbiltasunarengatik ere, , Gestapoaren aldetik Lluis Companys, Generalitateko Lehendakaria zenaren kontra egin zen bahiketa, faxista españolei ematea eta ondorengo Montjuíckeko Gazteluaren erahilketa gogoratu nahi dugu.

Ekitaldi hauek, ez dira homenaldi zehatzak soilik, unibertsalak dira, haintzat hartu nahi ditugu diktadorearen heriotza gertatu zen arte, eta ondoren “berunezko urteak” bezala ezagututako garaiean, erregimenaren Transzizioan, sasidemokratez babestua, borrokan aritu ziren antifacista guztiak, askatasunaren izenean bizitza eman zuten guztiak, faxismoaren menpeko guztiak, exterminio kanpoetan erahildako guztiak, Klasdestinitateko, kartzeletako, herbesteratzeko egoera gogorretan faxismoaren aurka borrokan jardun ziren guztiak. Guzti honekin batera, borrokan aritu ziren kide guztiei “terroristatzat” jotzen duen itzulipurdi juridikoa salatu nahi dugu.

Gaur egun, kapitalaren izenean faxismo moldatu bat bizitzen ari gara. Guzti honek, gorabehera ekonomiko eta politikoak jasan arazten dizkigu, eta honen ondorioz hainbeste borrokatu dugun eskubide sozial eta demokratikoaren atzeraka bat jasan arazten digu. Nahiz eta “Transizioa” eta “ Moncloa Hitzarmenez” dena mozorrotu nahi, iragandako 35 urteak, ez digute gizarte justu bat, ezta erabakitzeko eskubi aukera, ezta demokrazi maila altuago bat eman, ezta partehartze eskubidea eta republikaren legalitatea. Ondorioz, indarrean dirau izaera antifaxistarekin bat, demokrazi honen hausketa, helburutzat egoera politiko eta antolakuntza berri batzuk nahi ditugu.

Zuen atxikimenduak jasotzen jarraitzen ditugu eta eskerrak eman nahi dizkizuegu orain arte gure eskutitz irekiaren alde sinatu duzuen guztiei.






Onte, hai 35 anos
Como hai un ano, dous, catro ou 35, cada setembro seguimos lembrando aos asasinados o 27 de setembro de 1975: Baena, Sánchez-Bravo, García Sanz, Paredes Manot “Txiki” e Otaegi, militantes das organizacións antifascistas FRAP e ETA.
En Euskadi, Catalunya, Madrid, País Valencià e outros puntos do estado español, faranse actos que lembren os últimos asasinatos do ditador fascista Franco, un mes e medio antes de morrer miserablemente. Nestes actos seguirase pedindo a anulación destes e de todos os xuízos do fascismo español e a aplicación do principio universal de verdade, XUSTIZA E REPARACIÓN. E, pola proximidade de datas, o secuestro e entrega da Gestapo aos fascistas españois do President da Generalitat, Lluís Companys e a súa posterior execución no castelo de Montjuïc.
Estes actos, máis aló de ser homenaxes particulares o son universais porque constitúen un recoñecemento a todos e todas as antifascistas do estado español, a todos e todas aquelas que deron a súa vida pola liberdade, aos asasinados en xuízos farsa, aos escravos e escravas do fascismo, aos maquis, aos inmolados e inmoladas nos campos de exterminio nazis, aos que loitaron nas duras condicións de clandestinidade contra o fascismo, nos cárceres, o exilio?, até a morte do ditador e durante os “anos de chumbo” da chamada Transición do réxime e os seus cómplices “demócratas”. E, desde logo, a denuncia desa pirueta xurídica que cualifica aos militantes antifascistas que utilizaron todos os medios posibles para loitar contra a ditadura de “terroristas”.
En momentos como os actuais, onde un fascismo adaptado ás novas necesidades do capital, segue sendo culpable de convulsións económicas e políticas e retrocesos, gravísimos retrocesos, nos dereitos sociais e democráticos conseguidos a través da loita, non sería van lembrar, que, a pesar da “Transición” e aos “Pactos da Moncloa”, os trinta e cinco anos trascurridos, non nos deron nin unha sociedade máis xusta, nin os dereitos de decisión, nin maior grao de democracia, nin a ampliación substancial dos dereitos participativos, nin a restitución da legalidade republicana. Por tanto, a loita pola ruptura democrática, baixo outras circunstancias políticas e organizativas, segue vixente xunto ao seu carácter antifascista.
Outro setembro máis, a pesar dos intentos de indución á amnesia colectiva e á criminalización da memoria das últimas vítimas do franquismo, non esquecemos.
Seguimos recollendo as vosas adhesións e damos as grazas a todas as persoas que até a data subscribiron a nosa carta aberta.

CARTA ABIERTA. 27/09/75: LOS ÚLTIMOS ANTIFASCISTAS ASESINADOS POR EL DICTADOR FRANCO





Como ex-militantes del PCE (m-l) y del FRAP, ante la decisión de la Comisión de Valoración de la llamada Ley de la Memoria Histórica, que rechaza la condición del víctima de José Luís Sánchez-Bravo Solla (fusilado el 27/09/1975), al interpretar dicha comisión y los informes policiales requeridos, que el Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) fue una organización terrorista negándole su carácter político y antifascista,
exponemos:
1. El 27 de septiembre de 1975 cinco antifascistas eran fusilados en distintos lugares del estado. En Hoyo de Manzanares (Madrid), los militantes del PCE (m-l) y del FRAP: Xosé Humberto Baena, José LuísSánchez-Bravo Solla y Ramón García Sanz. En Cerdanyola del Vallès (Barcelona), el militante de ETA: Juan Paredes “Txiki”. Y en el Penal de Villalón (Burgos), el también militante de ETA: Ángel Otaegi.
2. Las sentencias se dictaron en consejos de guerra sumarísimos, sin pruebas, sin garantías judiciales, con expulsión de abogados, sin tener en cuenta las torturas a que fueron sometidos los detenidos. La violencia fascista de la dictadura mostró, una vez más, su rostro más feroz.
3. El Consejo de Ministros del día 26 de septiembre de 1975, por unanimidad y pronunciamiento personal, ratificó las cinco sentencias de muerte y se conmutaron las de los militantes del PCE (m-l) y el FRAP: Manuel Blanco Chivite, VIadimiro Fernández, Concepción Tristán, María Jesús Dasca y Manuel Cañaveras.
4. Ante la ola de manifestaciones y protestas estatales e internacionales, de repulsa de estos crímenes, el 1 de Octubre 1975 un Franco balbuceante junto a Juan Carlos de Borbón salían al balcón del Palacio de Oriente a recibir los aplausos de los fascistas allí congregados. El dictador moría cuarenta días después y Juan Carlos era proclamado rey de la monarquía instaurada por Franco.
5. El Comité pro-Frente Revolucionario Antifascista y Patriota (FRAP) y posteriormente el FRAP, presido por Julio Álvarez del Vayo, era ante todo un marco político de carácter frentista, antifascista y republicano, que adecuó sus formas de lucha y autodefensa popular a las ofensivas represivas de la dictadura.
6. La llamada Ley de Amnistía de 1977, es la base sobre la que construyó el modelo de impunidad español de los crímenes de lesa humanidad y la vulneración permanente de los derechos humanos del nacional-catolicismo fascista español, y que pone en el mismo plano de igualdad a víctimas y verdugos.
7. El fascismo español ha sido denunciado en los procesos de Núremberg, en Naciones Unidas y por toda la legislación internacional sobre la imprescriptibilidad de los crímenes de lesa humanidad. Ratificado todo ello recientemente, por primera vez en sede judicial, por el juez Garzón.
8. La llamada Ley de la Memoria Histórica, la 52/07, es un simple maquillaje del modelo de impunidad construido en 1977. Una ley que deja fuera de la “memoria oficial” a los guerrilleros, luchadores por la Libertad y la República, a los niños secuestrados, robados a sus madres en las cárceles fascistas y entregadas a familias del régimen, a los que resistieron legítimamente al fascismo por todos los medios, que no anula las farsas de juicios de los tribunales ilegales del franquismo y otros aspectos no menos importantes de 40 años de violencia fascista.
9. Que es inadmisible que en 2009, todavía, la policía del estado español siga ratificándose en el carácter terrorista del FRAP basándose en una sentencia franquista y por tanto concediendo toda legalidad al sistema judicial de la dictadura.
Más allá de nuestros aciertos y errores, no renunciamos a nuestro pasado y presente antifascista y republicano. Ni aceptamos, ni nos resignamos a ser tratados de “terroristas”. Seguiremos, en el marco de esta democracia de baja intensidad y/o a nivel internacional, luchando por los principios democráticos de Verdad, Justicia y Reparación, contra la vulneración de los derechos humanos, contra las injustas sentencias de los tribunales militares y civiles, los crímenes de estado, las limitaciones de los derechos civiles, contra la tortura… aquí y en cualquier parte del mundo.
Estado español, junio de 2009
FIRMANTES:
Álvaro Fernández Alonso, Milagros Riera, Joan Aguirrezabal Foraste, Manolo Blanco Chivite, Celso X.López-Pazos, Mariano López Díaz , Pablo Mayoral Rueda, Luis Puicercus Vázquez, Alejandro Pacheco Yepes, Teodoro Canales Barbero, Josep Algarra i Donet, Antonio Jiménez Aguado, Ángel Poyatos Eras, César Oliveras i Ravi, Jesús Marchante Ruiz, Pedro Cruz Lino, Juan Vivanco ………