Maryssa Ruiz*. LQSomos. Agosto 2017
Murcia fue otra de las provincias españolas que quedó absolutamente devastada por la guerra civil y donde el franquismo acabó con la vida de un gran número de personas afines al Régimen republicano. Camilo Alonso Vega, íntimo amigo y hombre de confianza de Franco, estaba al frente de la IV División de Navarra y ocupó Murcia implantando un orden que por aquel entonces suponía la muerte de todo el que no apoyase la ideología franquista. Cuando finalizó la guerra, a este hombre le designaron el cargo de Director General de la Guardia Civil (1943-1957) siendo posteriormente el Ministro de Gobernación hasta 1969.
La gran represión franquista murciana empieza una vez finalizada la guerra debido a la gran resistencia por parte de los murcianos que tuvieron durante el período de la misma. A partir de que la guerra terminó se implanta en esta provincia un `paquete represivo´ formado por numerosos instrumentos administrativos, jurídicos, judiciales y políticos que harían de todo aquel cuyas ideas fueran diferentes a la dictadura un ajusticiado más. Los murcianos impusieron una fuerte resistencia ante todas las medidas que el franquismo determinó y lucharon de forma individual o colectiva tanto dentro como fuera de las cárceles.
Pero no bastó la valentía de estos fuertes murcianos para que el Régimen franquista procesara, sometidos a Consejo de guerra, a 34.000 personas por desafección a la `Causa Nacional´; fueron más de 800 los que fusilaron, y a otros muchos a los que habían indultado por `la gracia de SE el Generalísimo´ los terminaron matando también, dando lugar una vez más a la aberración infinita que supone vivir bajo las órdenes de un criminal psicópata sin escrúpulos.
En Murcia hay un total de unas seis fosas comunes en las que se hallaban los restos de los represaliados murcianos, y digo hallaban porque la mayoría han logrado ser exhumadas y los cuerpos trasladados a panteones o nichos de las familias afectadas , a lo que la asociación de la Memoria Histórica ha denominado `Fosa común dignificada´, un acto que muchos Ayuntamientos españoles deberían de tener en cuenta y tomar ejemplo de esta decisión murciana que ha permitido que se haga justicia con la memoria de muchos que murieron defendiendo la libertad.
En estas fosas comunes hubo restos de personas cuyo origen nunca logró averiguarse, así que se levantó un panteón, depositando allí dichos restos, en honor a los `Caídos por la libertad´ en el mismo cementerio y sin la colaboración inicial de ningún partido ni sindicato sino por un grupo de familiares ansiados de ofrecer dignidad y justicia a todo aquel que murió luchando por defender sus ideales. Este panteón no es el único lugar que los murcianos llevaron a cabo para dignificar a las víctimas del franquismo sino que en el mismo cementerio se halla otro panteón con los restos de miembros de Brigadas Internacionales, la mayoría extranjeros pero también españoles del ejército popular, y cerca de éste se puede encontrar otra pequeña tumba con una placa que hace honor a los caídos en las Brigadas Polacas.
Cartagena fue uno de los puntos murcianos más importantes de la represión franquista registrándose unos 157 fusilamientos, la gran mayoría de la Marina Republicana. En la actualidad se encuentran los restos de estos valientes en una fosa común del cementerio de esta ciudad bajo la inscripción de `Marina de Guerra, Caídos en la Guerra civil 1939-1945´.
Lorca y Caravaca de la Cruz también fueron municipios donde los fusilamientos de republicanos se hicieron notar, y es que murieron alrededor de 50 personas pero esta vez no se sabe donde se hallan los restos de estas personas y a fecha de hoy solo queda recordar como héroes a quienes dieron la vida por lo que no hoy ni siquiera muchos recuerdan.
¡NI OLVIDO NI PERDÓN!
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