La casa se dividió en dos partes y una de ellas se vendió a la familia del periodista Antonio Herrero
La residencia de verano que Carmen Franco, fallecida hace unos días, y el marqués de Villaverde adquirieron en Marbella fue fraccionada en dos para su venta. Una parte de ella, según ha podido confirmar Vanitatis, fue vendida a la familia del conocido periodista de la COPE Antonio Herrero. La venta, en concreto, pertenece a lo que era la parte del jardín y la casa de invitados. Todo formaba parte de lo que se denominó en su día, y aún sigue en pie, 'Villa Verde'. La casa, situada en la urbanización Reserva de los Monteros, fue parcelada y vendida por los herederos de Cristóbal Martínez Bordiú.
Valorada registralmente en 60 millones de las antiguas pesetas, fue adquirida por Roberto Osborne y la familia Herrero. Este medio se ha puesto en contacto con los familiares que adquirieron esa parte de la finca de Carmen Franco. “Nosotros les compramos una parcela en los Monteros, que era una parte más pequeña segregada de la finca original. La parcela que había detrás, la que se llamaba Villa Verde, era la finca original y la casa de ellos”, aseguran.
Esta finca, no ocupada actualmente, pertenece a unos empresarios suizos que la adquirieron en su día a los herederos. La mansión principal se vendió mucho antes que la parte segregada que acabaron comprando los Herrero. La casa central que habitó la familia Franco está justo detrás de la parcela que compró la familia del conocido periodista.
El casoplón del marqués
El enclave en el que está situada la casa se levantó en Marbella en 1950. Fue el financiero Ignacio Coca quien construyó esa urbanización de lujo, llamada Los Monteros. El empresario, creador de un banco que llevó su mismo nombre, estaba muy bien relacionado con altas esferas del régimen de Franco. Él fue el creador de este complejo en el que se desarrolló la zona de más “poderío” de la Marbella de entonces. Lo que hoy es Guadalmina entonces se llamaba Los Monteros. Tras comprar la gran finca se desarrollaron, por una parte, el hotel de cinco estrellas, por donde pasó buena parte la jet europea (desde los duques de Windsor a Audrey Hepburn o la reina de Dinamarca) el golf Río Real y la propia urbanización, en la que el marqués de Villaverde no pudo resistirse a vivir junto a los influyentes de la época.
Ese fue el origen de 'Villa Verde', la casa más visitada del régimen y a la queFranco acudía para tirar la cometa con sus nietos. Ministros como Silva Muñoz también adquirieron una residencia a su lado. Hasta el mismo nombre que se le dio a la urbanización de los Franco tenía cierta relación con el régimen: 'Los Monteros' hace referencia a los cazadores que participaban en cacerías organizadas en las que se servían ágapes con champán en el campo y en la que participaban realas de perros persiguiendo venados por el campo.
Al ser ese el deporte preferido de Franco no hubo lugar a dudas para bautizar con el nombre de 'Los Monteros' a esta zona de Marbella, que sigue siendo una de las más ricas de la Costa del Sol. Grandes dignatarios y gente con gran poder adquisitivo compraron villas en los alrededores del hotel, y hoy, la impresión que da 'Los Monteros' es la de privacidad absoluta. Por allí, los precios de una villa en primera línea de playa se disparan por encima de los diez millones de euros. Una de esas propiedades es la del actor Antonio Banderas, que casi roza el mar.
Incosol: la doctora Aslan y Carmencita
Marbella ya había experimentado su primera etapa de desarrollo en los años 50 y primeros 60 cuando muchos oficiales del gobierno de Franco, en especial el Ministro de Trabajo José Antonio Girón, comenzaron a comprar propiedades y a hacer donaciones al Ayuntamiento de Marbella para asegurarse un trato favorable. Consolidado el emporio de Los Monteros y con la llegada de los Franco a la ciudad, el siguiente paso fue la creación del hotel clínica Incosol, que impulsó el yerno del generalísimo muy cerca de su residencia de verano. El marqués de Villaverde reunió a empresarios influyentes del momento como Fierro, Banús y Coca, para convencerles de la idea de crear la clínica más novedosa de Europa. Los empresarios aceptaron pero luego falló el aporte económico y, como resultado, la obra estuvo parada durante año y medio.
Al final fue Ignacio Coca quien asumió su realización. Así, Incosol, que el mismo Franco visitó en su inauguración en 1973, se convirtió en el primer hotel clínica del país. El centro tenía hasta UVI e incorporó las primeras instalaciones de hidromasaje, todo un lujo para la época. La doctora Asland, creadora del método de rejuvenecimiento del lugar, fue tentada por el mismo marqués para que estuviese allí. Además, se dice que hizo muy buenas migas con Carmen Franco. Asland también recibió visitas de nombre como la de Rainiero de Mónaco y el cirujano Cristian Barnard, el primero que realizó un transplante de corazón. Más tarde, en los tiempos de la crisis del petróleo en Incosol, tomaron el relevo los árabes que alquilaban plantas enteras para toda su familia y séquito. Eran los tiempos del príncipe Fahd en este emporio de ocio y salud con fama internacional.
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